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La presa de Cheste, un proyecto prácticamente descartado

La creación de este embalse en la rambla del Poyo se rechazó en 2012 y los nuevos planes contra riadas ni lo contemplan

Gonzalo Bosch

Valencia

Lunes, 28 de julio 2025, 00:21

El que fuera presidente del Gobierno de España a comienzos de siglo, José María Aznar, creó en el año 2001 el conocido como Plan Hidrológico Nacional (PHN), un ambicioso proyecto de gestión del agua para todo el país cuyo objetivo principal buscaba trasvasar grandes cantidades hídricas de la cuenca del Ebro a las comunidades mediterráneas de Cataluña, la Comunitat, Murcia y parte de Andalucía. Sin embargo, dicho plan también contemplaba maniobras de gestión hídrica en la región valenciana enfocadas al almacenamiento del agua y a la protección de las poblaciones antes posibles avenidas. Entre los distintos trabajos se encontraba la construcción de una presa en Cheste que embalsara agua en el barranco de Chiva (Poyo) a su paso por el municipio. Pese a incluirse en los planes de cuenca de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a inicios de esa misma década, el proyecto se consideró como de 'impacto menor' y acabó descartado para siempre.

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Que el barranco del Poyo es una rambla con un gran riesgo potencial en caso de barrancadas se conoce desde hace décadas. Por eso el PHN de 2001 ya contemplaba una serie de medidas para mejorar la capacidad de protección de la provincia. Como todo gran proyecto, no fue hasta el año 2004 cuando la idea se puso sobre el papel, de la mano de la CHJ, y se anunció a bombo y platillo la construcción de una presa en Cheste capaz de reducir el impacto de posibles barrancadas en la rambla del Poyo.

El desarrollo de esta barrera permitiría embalsar hasta 8 hectómetros cúbicos de agua a su paso por el municipio. El objetivo de esta presa era regular los caudales procedentes de la cuenca alta de los barrancos del Poyo y del Pozalet. La infraestructura prevista incluía la construcción de otros dos diques –uno en cada barranco– que desaguarían en el cauce del Poyo para reducir el caudal de agua en ambos casos por el efecto de laminación del propio embalse. El plan planteaba la adecuación del barranco desde su cruce con el by-pass. La actuación propuesta consistía en la ejecución de un parque con función de laguna de laminación aguas arriba de dicho by-pass. En este punto se preveía la creación de una gran vía verde de unos 30 metros de ancho que terminaría en un parque que actuaría como laguna de acumulación en casos de avenidas. Con este anuncio, el Gobierno de España presumía que mejoraría la protección de hasta 16 municipios de la provincia. Estos eran Alaquàs, Aldaia, Catarroja, Cheste, Xirivella, Godelleta, Massanassa, Paiporta, Picanya, Ribarroja, Torrent, Quart de Poblet, Loriguilla, Mislata y Valencia. Municipios que, varios de ellos, acabaron con el agua al cuello el pasado 29 de octubre.

Sin embargo, como muchos otros proyectos redactados y trabajados desde el ministerio competente, o directamente por la CHJ, desde el anuncio de construcción de esta infraestructura no vuelve a haber noticias hasta la Resolución del 16 de diciembre de 2011, de la Secretaría de Estado de Cambio Climático, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto 'Adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera, Valencia'. Este documento publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y redactado por el Ministerio de Medio Ambiente reflejaba en su 'Alternativa 1' de actuaciones en la zona del curso bajo del barranco del Poyo la construcción de dicha presa con las características ya conocidas.

Tras el desarrollo del Estudio de Soluciones del proyecto antes mencionado, el 5 de enero de 2012 se publicó también en el BOE el informe de la CHJ que defendía lo siguiente. «la ejecución de una presa en Cheste que permita reducir los caudales punta en la cuenca media y baja, cumple su objetivo parcialmente al no posibilitar la eliminación de ninguna de las actuaciones que se plantean en las demás alternativas de no presas. Ello, sumado al elevado coste social, económico y ambiental que supondría la ejecución de la presa, lleva a considerar esta alternativa como menos adecuada». De un plumazo, la administración que propuso este trabajo como alternativa para proteger a las poblaciones cercanas a la rambla del Poyo lo descartó de manera definitiva tras un nuevo estudio de posibilidades. Fuentes consultadas por este periódico comentaron que por aquel entonces el Ayuntamiento de Cheste, entre las opciones que se le ofrecieron como medida para mejorar el curso de la rambla aminorando su riesgo potencial, descartó la idea de un embalse para aprovechar el espacio con otras alternativas. Desde 2012, la presa de Cheste no ha vuelto a situarse encima de la mesa como opción para mejorar la protección de la provincia ante nuevas riadas.

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Ahora, la pregunta que se hacen todos los valencianos es obvia. ¿La construcción de la Presa de Cheste habría salvado a los municipios de l'Horta Sud de la barrancada del 29 de octubre? Pues la realidad es que no. Tras las consultas realizadas por LAS PROVINCIAS a expertos en este tipo de infraestructuras y lo que se conoce del proyecto descartado, la realidad es que el embalse de 8 hectómetros cúbicos de agua prácticamente no habría minimizado la violencia con la que circuló un agua que a la altura de Cheste se calcula que se acumularon más de 110 hectómetros cúbicos. Eso sí, los mismos expertos recalcan que la presencia de una presa en la zona, sumada a otros proyectos de protección de mayor envergadura como los desvíos de los barrancos, habría ayudado a minimizar el impacto de la mayor avenida conocida de los últimos años. En definitiva, las fuentes consultadas utilizaban el término 'impacto menor' para explicar que la presa de Cheste no era un «proyecto salvador» ni mucho menos, pero habría sumado en un hipotético sistema de protección.

Durante las semanas posteriores a la riada del pasado octubre, tanto la presa de Vilamarxant como el embalse en Cheste se utilizaron para defender que si se hubieran construido se hubiera salvado a los municipios de l'Horta Sud de la increíble avenida que sufrieron. Sin embargo, los expertos insisten que ante una avenida de estas características nada habría salvado a la población de l'Horta Sud más que un desvío de los barrancos al cauce del río Turia creado en el Plan Sur. De hecho, semanas después de la barrancada de octubre, la CHJ valoró que esta construcción habría minimizado de manera testimonial el efecto del agua sobre los municipios afectados, pues las lluvias de aquel día fueron de dimensiones catastróficas.

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En esta línea, ¿Las administraciones actuales se plantean recuperar este proyecto dentro de las medidas contra inundaciones para la provincia de Valencia? Lo cierto es que esa catalogación de 'impacto menor' gana más peso si ningún proyecto parece tenerla en cuenta. El Plan contra inundaciones sometido a consulta pública por el Gobierno de España no menciona en ningún momento la creación de un embalse en Cheste. Del mismo modo, la Generalitat presentó alegaciones a dicho plan por «olvidar» la inclusión de obras hidráulicas. Sin embargo, así como mencionan ejemplos como la presa de Vilamarxant, no se hace referencia al proyecto en Cheste. El arquitecto Julio Gómez-Perretta, hijo del arquitecto del plan sur, fue de los pocos en apostar por construir presas de cabecera entre la zona de Vilamarxant y la de Cheste y Chiva para crear zonas de recogida de agua, aunque esto únicamente sirviera como medida para ganar tiempo de reacción aguas abajo en caso de grandes avenidas.

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