Paiporta sin piscina aunque con bus a la playa de Pinedo
La instalación municipal está llena de barro y la alternativa para refrescarse es una nueva línea gratuita a la costa
Rosana Ferrando
Miércoles, 13 de agosto 2025, 00:20
En Paiporta, el agua para refrescarse es un bien codiciado en el pueblo este verano. No hay chapoteo infantil tras la verja de la piscina ... municipal, ni madres ni padres a la sombra vigilando flotadores. La dana dejó la instalación destrozada y, con ella, se llevó uno de los principales refugios climáticos del municipio de l'horta sud.
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Solo queda bajo el sol una piscina vacía que muestra bordes marcados por el óxido y el paso del tiempo. Las palmeras secas, la vegetación que crece sin control, el cemento agrietado y el barro dan lugar al inevitable pensamiento de abandono, como si lo ocurrido hubiese sucedido hace años. El pueblo rebosa de vida por sus fiestas patronales desde el pasado 7 de agosto, pero las inmediaciones de la piscina podrían hacer que se confunda lo que antes era un oasis para el calor de la temporada estival con la estampa digna de desierto.
La única corriente fresca que queda es la que lleva el autobús gratuito hacia la playa de Pinedo. Desde el 4 hasta el 31 de agosto, el Ayuntamiento de Paiporta y el Ministerio de Juventud e Infancia han puesto en marcha por primera vezeste servicio, financiado por el Gobierno, para paliar la falta de alternativas acuáticas en el municipio.
Parte desde enfrente de la parada de metro del pueblo y conecta, de lunes a domingo, con la parada 1.706 de la EMT en la playa de Pinedo. El viaje es gratuito y la frecuencia de paso es de 60 minutos: de 9.00 a 15.00 horas para ir y de 12.30 a 18.30 para volver.
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La medida busca compensar una pérdida que, según algunos vecinos, ha cambiado el pulso del pueblo. «No existe este refugio climático tan importante. Las personas tienen que desplazarse a otros municipios que sí tienen piscina, lo cual no es sencillo para familias con pocos recursos. Soy pediatra y uno de los motivos por los que pienso que hay menos niños de lo habitual en el pueblo este verano es por la falta de esta instalación acuática», señala Mireia, que considera que muchas familias se han marchado a lugares con mejores condiciones para pasar el verano.
Paula, también pediatra, lo entiende de otra manera: «Hay otras prioridades que están por encima de la tarea de arreglar la piscina. Entiendo que es un rollo para la gente, pero hay otras cosas que se están haciendo que son preferentes».
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Entre los usuarios de la nueva línea a Pinedo, las opiniones son variadas. Carmen Rius, de 72 años, se ha convertido en pasajera habitual: «Nunca he sido de coger mucho el autobús, pero ahora con lo de la piscina cerrada me viene de maravilla. Antes me quedaba en casa con el calor, y ahora me voy a la playa a darme un baño refrescante. Además, es gratis… y eso a las pensionistas nos viene muy bien».
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Otros lo aprovechan de forma más práctica. Javier Morales, de 28 años y estudiante de Magisterio, lo utiliza para sus escapadas deportivas: «Es una buena idea para que la gente tenga una alternativa de ocio este verano. Lo cojo para ir a hacer paddle surf, mi tabla es hinchable así que ocupa poco y no molesta a los demás pasajeros. Con este transporte no me preocupo de aparcar ni de gastar gasolina. A veces vamos cuatro gatos, pero creo que, si se mantiene el autobús, la gente acabará acostumbrándose. Aún queda mucho verano por delante y se tiene que correr la voz sobre la oportunidad de este servicio».
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La otra piscina municipal que tiene la localidad es la cubierta, pero tampoco se encuentra disponible por la dana. Las instalaciones, ubicadas en la calle Azorín, contaban con tres albercas, sauna, baño turco, hidromasaje y poza de agua fría entre otras antes de la dana. Allí se realizaban clases de aquagym y cursos de natación destinados a personas de cualquier edad, desde bebés de más de seis meses a personas de la tercera edad o con diversidad funcional.
No son las únicas piscinas de la zona cero que siguen sin estar arregladas, Benetússer, Aldaia y Silla. Tienen instalaciones que están en la misma situación. No obstante, hay muchas opciones que están a punto para que los bañistas puedan refrescarse: Castellar-L'Oliveral, Picanya, Albal, Torrent y Massanassa, entre otras. Para conseguir que abrieran sus puertas los ayuntamientos han trabajado a contrarreloj. Otras, ni siquiera fueron afectadas por la riada, como la de Quart de Poblet, que pudo abrir desde principios de junio.
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Mientras la piscina de Paiporta continúa cerrada por la huella de la catástrofe, el autobús es, por ahora, la vía más directa para que los residentes se acerquen al mar y puedan refrescarse en un medio acuático sin tener que poner dinero de su bolsillo para desplazarse. Este verano sabe más a sal que a cloro.
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