Expertos alertan del colapso de la sanidad pública sin el apoyo privado
Demoras, ineficiencia, saturación, déficit de sanitarios, desánimo y desigualdad lastran la asistencia de los pacientes valencianos
MARC ESCRIBANO
VALENCIA.
Jueves, 20 de octubre 2022
Un amplio y reputado elenco de profesionales de la sanidad valenciana, tanto del ámbito de la gestión como de la asistencia a los pacientes, han desgranado este jueves en La Rotativa de LAS PROVINCIAS el futuro que depara a la sanidad valenciana en base a la experiencia que ofrece su día a día al frente de hospitales o servicios médicos especializados. Entre las principales conclusiones destaca que la colaboración público-privada no sólo es necesaria para atender la cada vez mayor demanda de servicios sanitarios, sino que esa asistencia a los pacientes, para ser sostenible, requiere de un cambio del modelo actual a otro que dote a los profesionales de las herramientas necesarias.
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Combatir las demoras en las listas de espera con una mayor colaboración entre sectores es una de las recomendaciones de los dirigentes sanitarios, ya que no sólo reducirían el colapso de la sanidad pública, sino que mejorarían la eficiencia en el trato al paciente y paliarían la saturación que sufren algunos especialistas que tienen exceso de trabajo, lo que está provocando desánimos y estrés en el ámbito laboral.
La coexistencia de ambos sistemas es necesaria, ya que permiten una mejor atención a los pacientes. La clave está en mejorar esas relaciones entre servicios para combatir uno de los principales miedos de la población: las largas listas de espera. «Muchos pacientes al acudir a la sanidad privada ya están dejando de acudir a la sanidad pública, por lo que indirectamente estamos colaborando a reducir esas listas», comentó Pedro Tomás Bellver, director gerente del Hospital IMED Valencia.
La población suele tender a pensar que los recursos son ilimitados y no entienden por qué deben esperar tanto para una intervención. La lista de espera existe porque hay falta de profesionales o no están los equipos completos, como comentó Enrique Salmerón, el responsable de la unidad de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Doctor Peset de Valencia.
Por tanto, la sanidad debe ser capaz de satisfacer esas necesidades graves y crecientes de la población, estableciendo mecanismos que den satisfacción a los pacientes. Pero también debe realizarse una concienciación de lo que cuestan los tratamientos que se realizan, no sólo a los pacientes sino también a los profesionales. Tras la pandemia se hicieron todavía más evidentes las debilidades del sistema, como resaltó Pilar Argente, jefa de servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital La Fe de Valencia.
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Y es que la irrupción del Covid fue un momento en el que se demostró que la predisposición del sector privado es la de ayudar al público para un mejor funcionamiento conjunto. La colaboración entre ambos es fundamental pero se deben facilitar las herramientas necesarias para que se pueda llevar a cabo. En los últimos meses se observa la tendencia de que el ciudadano pone el foco en la salud y prioriza sus gastos, por lo que no duda en destinar una gran parte de su presupuesto en un servicio privado, especialmente en los pacientes más jóvenes, como pone en evidencia el aumento de la contratación de seguros de salud.
«Una sanidad gratuita para todos es imposible. Por eso, la colaboración público-privada existe, ha existido y existirá. No hay un sistema público que sea capaz de atender la completa demanda de la gente, ni tampoco privado. El día que seamos capaces de apartar el aspecto político y lo hagamos desde un punto de vista completamente técnico para dar las mejores soluciones, habremos mejorado mucho el enfoque del problema», destacó José Luis Rey, director gerente del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre. Y es que la lectura es correcta. El futuro de la sanidad debe entender que las relaciones entre el sector público y el privado se deben estrechar todavía más, porque eso repercutirá en una mejor atención a los ciudadanos.
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Una de las principales razones por las que los pacientes están eligiendo acudir a los sistemas privados es por la capacidad de elegir al profesional que le atenderá, más allá de la rapidez y menor cantidad de listas de espera. La capacidad de poder acceder directamente al especialista deseado de forma inmediata está muy valorada y es uno de los desafíos que el servicio público debe aprender a combatir. «La diferencia son las herramientas de gestión. En la pública tienes que contar con el que está y con el primero de la bolsa. La privada tiene la posibilidad de montar mejores equipos de trabajo adecuados a las necesidades», comentó Rey. Salmerón añadió que se debe combatir contra el intrusismo profesional, ya que hay casos de especialistas que están teniendo que realizar procedimientos para los que no están plenamente preparados. «Tenemos en la sanidad pública la tremenda limitación de no poder seleccionar una persona capacitada para cubrir un puesto, porque vas a la bolsa y la primera persona de la lista llegará, pero igual no está formada en ese ámbito», reclamó.
Por tanto, la atracción de profesionales médicos al sector privado es uno de los puntos importantes de cara al futuro, pero sin llegar a debilitar el sector público. No solo se les debe ofrecer un buen salario, también capacidad de investigación y un enfoque multidisciplinar, para que decidan qué entidad sea en la que quieren desarrollar su actividad profesional. Es notable que los profesionales jóvenes tienen otras prioridades que los de otras generaciones anteriores, lo que complica el relevo generacional de aquel personal sanitario que está cercano a su jubilación.
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Para conseguir a los profesionales adecuados hay que motivarlos y ofrecerles un proyecto claro, un problema que es común tanto en la pública como en la privada. No se debe entrar en una espiral competitiva de quién paga más por los profesionales, porque no es bueno para nadie, solo elevaría los costes. Las complejidades y diferencias en las gestiones que aplican cada comunidad autónoma son otro de los temas que preocupan a los profesionales. Una falta de modelo único que guíe y marque las pautas se lleva pidiendo desde hace mucho tiempo.
Los profesionales coinciden en que la solución está en manos de los políticos, pero que estos no toman la iniciativa para realizar una reforma del sistema sanitario. La falta de recursos para dar una asistencia de calidad fue reclamada por todos los ponentes. Se busca la fórmula que permita crear una estructura que ayude al profesional a trabajar a su mejor nivel.
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La exigencia de los especialistas es que se debe dar un paso adelante a nivel nacional, haciendo una reforma de las necesidades profesionales en la sanidad. El motivo es sencillo, ya que en la actualidad no son las mismas que se tenían hace diez años. Un ejemplo fue el que expuso Pilar Argente, que resaltó que ahora «se necesitan más oncólogos y geriatras que pediatras», por el descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida.
La falta de cercanía sigue siendo el escollo de las citas telemáticas
Uno de los temas clave tratados en el coloquio organizado por LAS PROVINCIAS fue la aparición, la coexistencia y la relación entre las citas médicas de modalidad presencial y las telemáticas. Especialmente tras la pandemia, parte de los trámites se han empezado a realizar de forma telefónica, al igual que algunos pacientes eligen tener sus citas médicas a través de sus dispositivos móviles.
Los profesionales destacan que es un avance hacia el futuro, ya que cualquier implementación de la tecnología siempre aporta cosas positivas al desarrollo de la actividad sanitaria. Pero hay una lectura que es común desde varios puntos de vista diferentes, y es que si se le da la elección al paciente, éste suele preferir que le atiendan en persona antes que a través de una pantalla, porque la teleconsulta tiene un alcance limitado.
El paciente suele tender a quedarse más tranquilo con una cita presencial en la clínica, ya que la sensación de proximidad que se transmite es mayor que al otro lado del interfono. «Ya no es sólo el paciente, el médico también quiere tocar y atender al enfermo para dar el mejor diagnóstico posible», añadió José David Zafrilla, director de operaciones de Grupo Ribera.
Y es que para los profesionales también ha sido un proceso de adaptación difícil, con muchos de ellos sin estar preparados para atender y diagnosticar a los pacientes con el obstáculo de no tenerlos delante, lo que complica y mucho sus labores. Las evaluaciones telemáticas y los chequeos básicos a distancia seguramente hayan venido para quedarse, ya que sirven como filtro para quitar esa ansiedad a los pacientes que quieren saber de forma rápida lo que les sucede, además de ayudar a agilizar las agendas de las consultas médicas, que pueden atender ahora a más pacientes por día de media. También permite a los profesionales atender con mayor atención y cuidado a aquellos que eligen el formato clásico presencial. En definitiva, un avance que debe seguir perfeccionándose, pero que va por el buen camino.
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