El impacto de la esclerosis múltiple en los valencianos
Expertos abordan la realidad de esta enfermedad autoinmune que afecta a más de 5.000 personas en la Comunitat, especialmente mujeres de entre 20 y 30 años
Oír su nombre da miedo, como ocurre con las principales enfermedades degenerativas. La esclerosis múltiple afecta a más de 5.000 valencianos y se ... ceba especialmente con los adultos jóvenes, hasta el punto de convertirse en la segunda causa de discapacidad de los menores de 35 años, sólo por detrás de los accidentes de tráfico. Durante estos días, hasta el próximo sábado, se está celebrando en Valencia el Congreso anual de la Sociedad Española de Neurología y este miércoles la jornada, organizada por la farmacéutica Novartis, ha estado dedicada a esta enfermedad autoinmune.
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Una de cada mil personas sufre esta dolencia, en diferentes grados y con muy distintos tratamientos. Francisco Pérez Miralles es especialista en esclerosis múltiple en el Hospital La Fe de Valencia, donde pertenece al servicio de Neurología y es miembro del Comité científico nacional de la sociedad de esta especialidad. «No es una enfermedad que mate de por sí, pero sí que reduce la esperanza de vida de los pacientes que no responden bien, porque acumulan mucha discapacidad», señala a LAS PROVINCIAS.
Pérez Miralles explica que hay tres grupos de afectados según el nivel de agresividad de la esclerosis múltiple. «Hay un 10% de pacientes que puede hacer vida normal, porque prácticamente no se les manifiesta. En cambio otro 10% es al contrario, acumulan mucha discapacidad severa, tienen que estar encamados, y esa tasa de complicaciones puede hacer que aumente la mortalidad», apunta el especialista. «El 80% restante de pacientes es un gran espectro de grises, de distintos niveles de afectación, porque esta es una enfermedad extremadamente variable, se le conoce como 'la de las de mil caras', ya que cada uno muestra un síntoma distinto, y las lesiones son al azar. Puede dañar primero al cerebro, a la médula, al nervio óptico, cada paciente debuta de una manera y desarrolla un curso distinto, y eso complica el pronóstico y el tratamiento», comenta.
El triple de mujeres
La mayoría de pacientes de esta enfermedad empiezan a manifestar síntomas cuando tienen entre 20 y 30 años. «Afecta a adultos jóvenes y sobre todo a mujeres, que son el triple de casos. Las enfermedades autoinmunes son más frecuentes en las mujeres, pero no hay un motivo claro. Aunque esa proporción se va igualando cuando pasan los años, en los 40-50 años ya está casi igualada entre hombres y mujeres», dice el especialista valenciano.
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Así como en el cáncer los expertos señalan que una buena alimentación y estilo de vida saludable son muy importantes para prevenir la enfermedad, con la esclerosis esto no ocurre. «El origen se desconoce, no tenemos datos de cómo lograr una prevención eficaz, porque los mecanismos no se conocen todavía. Sí que se sabe que existe una predisposición genética a padecerla, y que también influyen factores ambientales y las infecciones por el virus de mononucleosis y de otros virus. Y también está relacionado con haber tenido obesidad infantil, con el consumo de sal, y puede agravar los síntomas el tabaquismo», detalla Pérez Miralles.
Las dos fases
Respecto a los síntomas, el especialista de La Fe distingue entre dos fases. «En la más inicial el paciente va teniendo episodios de pérdida de sensibilidad de una extremidad o también en la cara. Además un 25% de gente sufre alteración visual, ven mal, les duele el ojo, no distinguen los colores, padecen inflamación del nervio óptico, mareo, vértigo, incluso problemas en los esfínteres vesicales», apunta el doctor. «Es un brote que aparece, dura un tiempo y mejora con tratamiento. El paciente puede desarrollar varios episodios a lo largo de su vida, se puede recuperar total o parcialmente, y si eso último ocurre, aparece la discapacidad irreversible», señala Francisco Pérez. Los tratamientos actuales, que según el experto de La Fe son mucho más eficaces que hace unos años, van dirigidos a limitar esa inflamación de la enfermedad autoinmune, que supone un ataque al sistema nervioso, con el objetivo de suprimir esos brotes y poder controlar esa discapacidad.
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La segunda fase ya es más incapacitante. «Aparecen secuelas de brotes y una progresión de la enfermedad, el paciente va perdiendo capacidad, cada vez camina peor, arrastra una extremidad, ve mermadas sus capacidades de hacer actividades cotidianas. Ahora mismo los tratamientos son menos efectivos en esta fase, por eso el grueso de la investigación va dirigido a esta fase», indica el especialista neurológico, que apunta como fundamental «un diagnóstico precoz y tratamiento, con el que se puede reducir mucho el impacto de la enfermedad».
Las investigaciones se encaminan a saber el motivo por el que se produce esta progresión de la enfermedad que discapacita a los pacientes y el especialista indica que es posible que en el futuro se desarrollen vacunas para disminuir la enfermedad. «El escenario actual es mejor que hace 10 años, tenemos tratamientos de alta eficacia que se pueden usar desde el principio, que antes tenían una eficacia más moderada y repercutía en la comodidad paciente, eran molestos. Pero ahora hay fármacos orales, inyectables una vez al mes y con una eficacia muy alta. Eso impacta positivamente en el pronóstico de los pacientes«, refleja Pérez Miralles. El doctor puntualiza que aunque en ocasiones mucha gente puede confundir la esclerosis múltiple con la ELA, »no tienen nada que ver«, aclara. »La ELA afecta a las motoneuronas, a la motilidad del cerebro y la médula espinal, que empiezan a degenerar«, incide.
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