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Andrés Cayuela es biotecnólogo especializado en biotecnología celular y molecular de plantas. LP

Doctorarse más allá de la universidad

Ocho estudiantes de la Universitat Politècnica de València desarrollan sus investigaciones en el sector privado | Andrés, biotecnólogo, optará al título superior con un proyecto para mejorar las variedades del persimon que se impulsa desde Anecoop

Joaquín Batista

Valencia

Lunes, 14 de julio 2025, 12:17

Andrés Cayuela investiga en el desarrollo de nuevas variedades de persimon, una fruta con denominación de origen valenciano. Lo peculiar es que lo hace en el departamento de I+D+i de Anecoop -cooperativa de la Comunitat y una de las distribuidoras más importantes del país- y no en los laboratorios de una universidad o centro de investigación. Trabaja y produce ciencia allí mismo, y dentro de cuatro años podrá defender su tesis sobre los resultados obtenidos.

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Andrés es uno de los ocho doctores industriales de la Universitat Politècnica de València (UPV), una vía formativa poco conocida por estudiantes y empresas que difiere de la habitual para conseguir el título superior, muchas veces centrada en hacer carrera en la propia universidad. Los estudiantes forman parte del programa de ayudas para contratos para la formación de doctores en empresas y otras entidades de la Agencia Estatal de Investigación (del Ministerio de Universidades y Ciencia), que en el caso de la UPV ha supuesto la captación de 860.000 euros. Los importes individuales (más de cien mil euros durante los cuatro años que dura el doctorado) permiten a organizaciones y beneficiarios cubrir una parte del salario, gastos de movilidad y del proyecto y el pago de la matrícula. Su beneficio se deriva de que las líneas de investigación están alineadas con sus intereses y cuentan con personal de alta cualificación, mientras que los alumnos meten cabeza en el sector y mejoran su formación, lo que dispara su empleabilidad.

Como explica la universidad, sus doctores industriales realizarán su tesis en cuatro empresas valencianas (Anecoop, Estudio Métodos de la Restauración, Kenko Imalytics y Fundación Intered), en tres radicadas en Madrid y en una de Sevilla.

Las ayudas del programa de doctores industriales sirven para financiar el salario, la matrícula o gastos de la investigación

«Se puede decir que he acabado en el programa por una situación peculiar de mis estudios previos», explica Andrés. Cursó la carrera de Biotecnología en Alemania y recaló en la UPV para realizar un máster, pero cuando se le propuso hacer un doctorado la equiparación de sus estudios en el extranjero no se había resuelto, por lo que le faltaban créditos. Acabó en Anecoop con unas prácticas extracurriculares, y fue él mismo el que mencionó la opción del doctorado industrial: «Abría la puerta a desarrollar alguna línea de investigación que le interesara a la cooperativa y tenía la ventaja de la financiación», dice. El obstáculo del mínimo de créditos lo solventó cursando un nuevo máster.

«Estoy satisfecho. He acabado en una línea de investigación que me gusta y que desarrollo en un ambiente que también me agrada. Me da lo mismo que sea en el sector privado», señala, antes de destacar que, a su juicio, una de las grandes diferencias respecto a una tesis al uso es que «se trabaja en ciencia más aplicada», que pueda repercutir en los intereses comerciales de la empresa, mientras que en un centro público «se suele generar investigación de carácter básico».

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Andrés le propuso la opción a la cooperativa: «Abría la puerta a desarrollar proyectos que le interesaban»

Su proyecto es la secuenciación y mejora genética del cultivo Diospyros kaki 'Rojo Brillante', y tiene dos directores de tesis: la investigadora principal del laboratorio de Anecoop y el propio de la UPV. Andrés explica cuál es el objetivo. «La Comunitat cuenta con un producto autóctono, el kaki perismon, que actualmente tiene poca investigación y mejora detrás. Y es un riesgo, pues cuando centras muchos recursos, en forma de medios o superficie cultivada, en una sola variedad, te la juegas si llega una enfermedad, un desastre como la dana o un cambio en un factor ambiental», reflexiona. «Por eso es importante la mejora genética y varietal, crear esa base para poder desarrollar otras variedades resistentes a estreses ambientales o que permitan ampliar la campaña. En resumen, se basa en mejorar un cultivo clave para la empresa», añade.

Para el futuro, cuando consiga el doctorado, no se cierra puertas: «Creo que esta opción me da más oportunidades, desde quedarme en la empresa privada (también hay becas postdoctorales) o volver al ámbito público para seguir con mi carrera».

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