Una de las zonas afectadas por la humedad en el hospital Clínico. LP

El sindicato Satse denuncia que el Clínico se cae a pedazos

Varias salas del hospital de Valencia están teniendo problemas en el techo e incluso se han desprendido trozos y hay agua acumulada que provoca moho

José Molins

Valencia

Sábado, 13 de septiembre 2025, 00:46

Techos ennegrecidos, olor a humedad e incluso trozos que se caen al suelo. Varias salas del hospital Clínico de Valencia llevan desde julio con estos ... problemas, que siguen sin solucionarse, pese a que el servicio de prevención de riesgos del centro ya tiene conocimiento de ellos, según alerta el sindicato de enfermería Satse. Afecta a la sala de extracciones, justo encima de donde los enfermeros sacan sangre a los pacientes, así como también a otras zonas de uso de los profesionales, como la sala contigua a los quirófanos, donde se cambian de ropa, o los vestuarios, entre otras.

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Incluso hay agua acumulada procedente de las máquinas de aire acondicionado, que provoca que se abombe un poco el techo y caiga la pintura. Y lo más peligroso: los trabajadores han dejado de encender la luz de esas salas, como vestuarios, porque cuando lo hacían, salía humo en el techo, al ir los cables eléctricos por donde está ese agua estancada. Supone por tanto un riesgo evidente de que se produzca un cortocircuito que podría provocar problemas mayores en el hospital. Desde hace dos meses los profesionales tienen que cambiarse de ropa a oscuras o hacerlo en otras salas destinadas a usos distintos.

Ya se han caído algunos trozos al suelo, que por suerte no golpearon a ninguna persona, y este sindicato avisa de que, si no se arregla cuanto antes, pueden caer más partes en otras zonas afectadas, ya que cada día aumenta el riesgo si no se actúa. Probablemente la más urgente de reparar sea la de extracciones de sangre, ya que cada día decenas de pacientes y profesionales están bajo ese techo lleno de humedades y con moho. Pero además del peligro que supone, conlleva también el riesgo por la insalubridad de ese techo, que puede agravar la salud de quien tenga problemas respiratorios o padezca alguna alergia.

Parte rota del techo en otra sala del hospital. LP

Las salas donde peor se encuentra el techo están junto a los quirófanos de Cirugía torácica, según indica Satse, aunque no llegan a extenderse por el momento a la propia zona donde se realizan las intervenciones quirúrgicas. Se trata del espacio donde los profesionales se cambian de ropa y tienen una zona de descanso antes de una sesión operatoria. Allí es donde se perciben esas filtraciones de agua procedentes de los conductos de ventilación y del aire acondicionado y se ha desconchado buena parte de la pintura, hasta el punto de caer una parte del techo.

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El olor a humedad es muy notorio, aunque por ahora tampoco se ha filtrado a los quirófanos. Desde julio, los profesionales han avisado en varias ocasiones tanto a prevención de riesgos como a los responsables del hospital, pero dos meses después la situación no se ha solucionado y va a más. «Solamente han parcheado algunas partes, pero vuelve a salir la humedad y se cae la pintura», critican trabajadores del centro, que prefieren no revelar su nombre.

En la zona de vestuarios, las goteras y humedades que provocan esos daños en el techo se filtraban también por las paredes y afectaron a varias taquillas, mojando la ropa de algunos trabajadores. Desde entonces, cerraron esas taquillas y los profesionales tienen que cambiarse de ropa en la zona habilitada como comedor de la plantilla. Desde la dirección del centro indicaron antes del verano a los sindicatos que no estaba previsto reformar las máquinas de aire acondicionado, y sólo las repararían si se estropeaban. Pero aún no han logrado solucionar estos problemas de humedades.

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Pacientes en los pasillos

De forma paralela a estos problemas, el hospital registraba este viernes una considerable saturación en la zona de preingreso de Urgencias, ya que todas las camas del centro se encuentran ocupadas. En esta unidad de observación se han tenido que duplicar las camas monitorizadas, con pacientes que llevan dos o tres días esperando subir a planta, pero aun así el hospital se ha quedado sin espacio disponible y han llegado a haber hasta una decena de personas en camas en los pasillos, según Satse. Allí no disponen de monitores para estar controlados y tampoco pueden estar acompañados de sus familiares.

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