El baño incontrolado obliga a vallar el azud de Antella e imponer aforo

Esta problemática veraniega este año ha llegado a su punto máximo ya que el cierre de otras áreas de baño de interior, a causa de los daños por la dana, provoca que se multipliquen aún más el número de bañistas en esta pequeña presa del río Júcar.

Para reducir esta masificación la alcaldesa de Antella, Eugenia García, solicitó recientemente a la Confederación Hidrográfica del Júcar, CHJ, que se permitiera el vallado de la zona recreativa. Una petición que ha sido aceptada por la entidad competente. «Se colocarán unos 250 metros de vallas y puertas para dejar sólo un acceso y controlar así el aforo», explica la alcaldesa satisfecha con esta medida.

Este lunes, el presidente de la CHJ, Miguel Polo, volverá a visitar el paraje de Antella junto con técnicos del organismo para analizar mejor la situación y estudiar las posibilidades así como poder determinar el aforo concreto para esta zona de baño.

Estas medidas se pondrán en marcha en los próximos meses por lo que la próxima temporada de baño, el verano de 2026, Antella podría acabar con una de las pesadillas de sus vecinos.

Y es que la llegada de cientos de personas cada día, muchos más durante el fin de semana, provoca el colapso de esta localidad por la gran cantidad de vehículos. Desde hace unos años el Ayuntamiento creó unas zonas de aparcamiento de pago para los usuarios del azud para que no estacionaran en las calles ya que impedían, incluso, el paso de otros coches o la salida de los garajes. Estos aparcamientos, con más de 150 plazas, se llenan muy pronto y los bañistas dejan sus coches en caminos rurales o zonas de paso generando graves problemas.

«Aparcan hasta dentro de los campos, arrancando naranjos o rompiendo el riego por goteo. Debe haber un control», apunta Eugenia García.

Otra de las medidas que se estudia para reducir la presencia de visitantes es cobrar por entrar al paraje una vez se establezca un acceso único con la futura valla. Aunque no se puede cobrar por el baño si se puede por los gastos que supone el mantenimiento, como la retirada de cuatro camiones de basura cada fin de semana.

«El vecindario no pagaría porque tendría una tarjeta para acceder, es una propuesta que se está barajando y que tiene que pasar por el pleno», comenta la alcaldesa de Antella.

Actualmente trabajando diez personas durante la temporada de verano en el azud para su limpieza además de cuatro en la vigilancia del aparcamiento.

Unos gastos elevados para un consistorio pequeño que se ve sobrepasado por la presencia de visitantes. «Las puertas están abiertas para todos y entendemos que se busquen lugares para refrescarse pero debe haber un orden porque muchos dejan la basura por cualquier lado», lamenta la alcaldesa de Antella.

Esta zona fluvial será próximamente declarada Parque Natural Municipal Assut d'Antella - Creueta Alta, un reconocimiento y protección que llevan años reclamando desde la localidad.

La masificación de las zonas de baño de interior también la sufren en otro de los municipios vecinos de la Ribera. En Sumacàrcer, también son muchas las personas que acuden los fines de semana a la isla de l'Esgoletja, una playa fluvial del Júcar. Pese a habilitar un solar como aparcamiento, el Ayuntamiento ha tenido que prohibir el estacionamiento en algunas calles cercanas y limitarlo solo a los residentes.