Balsas, muros y suelos permeables buscan blindar los polígonos de la dana
Ayuntamientos y empresarios adoptan medidas para prevenir nuevas inundaciones en las áreas industriales
La dana provocó daños graves en 57 polígonos industriales y unas 12.000 empresas, según un informe de la Cámara de Comercio. Desde que las ... inundaciones provocaron la devastación en parte de la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre la pregunta es cómo mejorar la seguridad de estas zonas. Parte de la respuesta se está construyendo en terrenos de Loriguilla.
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La alcaldesa de esta localidad, Montse Cervera, destacó ayer que los sectores 11 y 12 del área industrial del municipio en construcción «funcionaron muy bien» durante las inundaciones y apenas se produjeron destrozos. Estas dos áreas aún no han sido entregadas al Ayuntamiento pero sí están acabadas las principales infraestructuras hidráulicas.
Destacan sobre todo las cuatro balsas. Entre todas tienen una capacidad de 65.800 metros cúbicos, lo que supone una auténtica barrera contra las inundaciones. Con un proyecto anterior a la dana, su bautismo frente a la catástrofe resultó satisfactorio, subraya la primera edil. «En apenas dos días, habían drenado las balsas y las empresas estaban trabajando de nuevo».
Llama la atención sobre todo la basa más grande, con una capacidad de 33.000 metros cúbicos. Cuentan con pozos que llegan a los 40 metros de profundidad, de tal manera que se dirige todo el caudal hacia los acuíferos. «El propósito es que no vaya nada al barranco del Pozalet», indicó la alcaldesa.
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El proyecto es anterior a la dana, lo mismo que su ejecución, aunque Cervera comentó que no será necesario modificar nada. «Gracias a las balsas de laminación no hubo más daños en el polígono», aseguró. El Ayuntamiento concedió las licencias para la construcción de las naves de manera paralela al inicio de las obras de urbanización, de tal manera que algunos de los recintos está ya muy adelantado. Rotulados con los nombres de sectores 11 y 12, cada uno tiene medio millón de metros cuadrados de superficie y está ya todo adjudicado. El sector 12 está a punto de ser «recepcionado, como mucho en septiembre», afirmó.
El otro estará listo a finales de año. Las balsas dan servicio a ambos, lo mismo que una zona verde de diez hectáreas que se reparten entre «césped y una zona seca, donde irán unos montículos que irán frenando el agua en época de lluvia, harán como balsas pequeñas para que el subsuelo vaya chupando y evitar inundaciones», explicó.
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A las balsas y los jardines se añade otro elemento y es un sistema de drenaje en aceras y calzada. «Los materiales son permeables, de tal manera que cuando llueve el agua que corre por los viales se drena y recoge en unas tuberías que acaban en las balsas», señaló Cervera.
El gran problema de Loriguilla y Riba-roja es que el barranco del Pozalet no tiene capacidad de desagüe suficiente. En el «Plan de Recuperación y Mejora Resilencia de la DANA», del Ministerio de Transición Ecológica, aparece esta cuestión. «Durante el evento de la dana, los barrancos de Pozalet-Saleta inundaron ampliamente el polígono industrial del Oliveral en Ribarroja, los polígonos industriales posteriores en Quart de Poblet, incluido el centro comercial de Bonaire, y finalmente los cascos urbanos de Aldaia y Alaquàs. Por ello, deben plantearse zonas de almacenamiento controlado para proteger los polígonos industriales y las áreas urbanas aguas abajo».
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Estas zonas se sitúan justo alrededor de los citados sectores 11 y 12 de Loriguilla repartidos en distancias equidistantes al norte y sur de la A-3. La que se pretende habilitar justo antes del by-pass es especialmente importante, apunta el informe, donde se señala que al perderse el cauce del barranco hay que construir una vía verde para conectar zonas, con el fin de que los caudales no acaben en los polígonos.
Lo ocurrido en Loriguilla sirve de guía en cierta forma a los polígonos que sufrieron daños por las inundaciones. María Ángeles Hidalgo, gerente de la Asociación de Empresarios de Quart de Poblet, afirmó que algunas de las compañías radicadas en la zona, alrededor de la A-3, ya están «implementando medidas contra inundaciones. En todo el perímetro de las naves están levantando muros de hormigón por si vuelve a suceder, al menos que estas barreras puedan frenar el impacto del agua. Todos los de ladrillos los derribó, por lo que están optando por esto».
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La dana entró en numerosas naves con el daño que eso implica, por lo que los empresarios están ya tomando medidas, al margen de lo que se decida en los planes públicos sobre mejoras en los barrancos. Así, las nuevas construcciones se han negociado con el Ayuntamiento «en altura» en lugar de que la planta baja esté en la cota de la calle. «Así evita que entre el agua tan fácilmente», comentó sobre unas modificaciones que consisten en levantar unos centímetros el pavimento sobre el plan inicial.
Hidalgo comentó que estas plataformas «se están gestionando para que concedan las licencias oportunas». Dado que en Quart la mayor parte de las obras de urbanización están por hacer, una situación anómala, la idea es que los pliegos de condiciones incluyan mejoras en cuanto a las medidas contra inundaciones.
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«El área industrial está falto de aceras, alumbrado y servicios públicos. Ahora empieza a despegar, ha estado muchos años en esa situación. No sabemos los requisitos que se dieron en su día pero la realidad es que cuando se finalizó la A-3, comenzaron a edificar naves».
Obras subvencionadas
Esa anomalía viene bien en cierta forma ahora. «Hay propietarios que están ahora trabajando en las obras de urbanización porque corresponde a ellos. Estamos en una zona inundable y por eso incluirán medidas de defensa con toda seguridad». Hidalgo afirmó que la Confederación Hidrográfica del Júcar «ya valora, como es consciente de que esta área está en una zona inundable, establece en una consulta pública que las medidas antiinundación que ejecuten las empresas puedan ser subvencionables».
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De esta manera, hay empresas en Quart que cuando llueve con intensidad se inundan. «Han puesto barreras en sus puertas, como planchas metálicas. Si entra agua no lo hace con cantidades desorbitadas», explicó. Las compañías están atentas a las previsiones meteorológicas. «Si es de mucha lluvia, los montacargas no lo dejan en la planta baja para reducir los daños». Lo mismo que colocar estanterías para guardar todo el material en algo. «En caso de que vuelva a suceder, que los daños sean menores», finalizó.
En Paiporta, una de las poblaciones más castigadas, los tres polígonos industriales resultaron con muchos daños. «Todo quedó inundado», recordó Silvia Muñoz, gerente de la asociación de empresarios. En este caso, hay calles todavía pendientes de urbanizar aunque señaló que en general hay mucho que trabajar en este sentido.
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«Lo veo en el mismo pueblo donde muchos están haciendo reformas pero no veo ni siquiera que estén colocando barreras antiinundación en las puertas», explicó. De cara al futuro, indicó que este tipo de medidas es algo a desarrollar, tanto en la parte de las calles como en lo que afecta a cada una de las empresas.
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