Cuatro obras en carreteras de la Comunitat, paradas por no aprobar cambios técnicos en los proyectos

Hace apenas dos semanas, durante la firma de un convenio entre Renfe y la Consejería de Educación de Castilla y León, la ministra de Fomento, Ana Pastor, reconocía en Valladolid que las obras del AVE en Burgos estaban paradas a expensas de la aprobación de un modificado del proyecto (que, además, es el tercero para el túnel de las Calbezadas). Apelaba entonces a los requerimientos técnicos y jurídicos que exige la legislación ante una modificación. La realidad es que los trabajos en Estépar llevan casi tres meses paralizados.

Una situación que es idéntica a la que se encuentra en cuatro carreteras de la Comunitat, cuyas obras están paralizadas hace meses por tener pendientes de aprobación unos modificados técnicos en los proyectos iniciales que, en su mayoría, no suponen coste añadido, según desvelaron desde la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, cuyo gerente, Manuel Miñés, lamenta que el ministerio «siga maltratando a la Comunitat hasta en casos de cuestiones técnicas que no representan incremento de coste».

Se trata del puente de la A-3 en Xirivella, la N-340 entre Peñíscola y Vinaròs, la variante de la N-332 entre Cullera y Favara y la de la A-33 a su paso por la Font de la Figuera. Las perspectivas, con el escenario de un Gobierno en funciones y convocatoria de elecciones, no es favorable para que Fomento dé el visto bueno a los informes.

En el último caso, por ejemplo, hasta el diputado de Compromís en el Congreso Joan Baldoví presentó recientemente una serie de preguntas parlamentarias sobre el informe referente al modificado del trazado de la A-33, aprobado en noviembre del año pasado y sin que se haya dado luz verde al informe económico. Eso a pesar de que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016 incluyen una partida de 4,28 para unos trabajos que deberían haber finalizado en 2012 y cuya fecha está prevista ahora para 2020, según las anualidades distribuidas en los últimos presupuestos.

Otro caso de paralización es el de la ampliación del puente de Xirivella sobre el río Turia en la A-3, ejecutada para mejorar la seguridad vial al eliminar un punto negro, cuyo modificado técnico se remitió a Madrid en mayo de 2015. Un año después, la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEIIT), dependiente del ministerio, aún no ha respondido sobre un cambio introducido por las empresas adjudicatarias de la obra debido a que se detectó un tendido eléctrico de alta tensión bajo la escollera del cauce del río que afecta a la cimentación de las nuevas pilas del tablero. De ahí que se planteara una modificación en la cimentación.

Más inversiones

También está pendiente de reanudación, según datos facilitados por los contratistas, la variante de Cullera-Favara en la N-332, licitada en 2007 y paralizada en octubre de 2012. La obra se reanudó en septiembre del año pasado con el boato propio de las grandes inauguraciones y vuelve a estar al ralentí a la espera de que se apruebe un modificado de obra.

El cuarto proyecto viario afectado por la parálisis es la duplicación de la N-340 entre Peñíscola y Vinaròs, donde está pendiente de resolver, «administrativa y económicamente», un segundo modificado (el primero fue en 2015) por un importe de 5,3 millones.

A estas actuaciones recogidas en los PGE se suman otras que «ni siquiera se han licitado a pesar de que tienen presupuesto», lamentó Miñés, como el tercer carril de la V-21 entre Carraixet y Valencia, la variante de Benissa o el barranco de la Bota. Además del túnel inferior para enlazar la V-30 y la A-3, adjudicado en enero pero sin arrancar.