Una vendimia para vivir
Un millar de valencianos viaja a Francia para la recogida de uva
david gil
Lunes, 7 de septiembre 2015, 21:32
Poco antes de las ocho de la mañana un grupo de 18 vecinos de la localidad valenciana de Benaguasil y de pueblos cercanos iniciaban el viaje hacia el sur del país vecino para trabajar en la campaña de la vendimia de una empresa productora de vino. Con cinco coches cargados con lo necesario para vivir un mes partieron hacia el país vecino preparados para trabajar duro durante poco tiempo y ganar lo que aquí ganarían en varios meses.
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Son parte de los 1.150 trabajadores que han salido este año desde la Comunitat Valenciana, la segunda autonomía que más temporeros envía entre un total de 15.000 españoles, según datos de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (FITAG). La mayoría son veteranos, para solo cuatro de ellos es la primera vez. "No sé lo que me espera, lo único que quiero es trabajar", confesaba un joven de 33 años de edad y dos hijos pequeños. "Faena aquí no me falta, pero es muy precaria", lamentó. Estos temporeros firmaron hoy su contrato (en el que se incluye alojamiento y parte de las comidas), cotizarán y tendrán derecho a determinados subsidios que en España no tendrían.
La campaña de la vendimia francesa que suele empezar en septiembre y durar aproximadamente 20 días, es idónea para aquellos trabajadores que se dedican al campo y que están desocupados hasta que empieza la temporada de recolección de cítricos. "Cuando empiece muchos iremos a la naranja, hasta entonces necesitamos dar de comer a nuestras familias", afirmó un habitual de la vendimia francesa de este grupo. Hay otros que simplemente están en paro. "Esto es una oportunidad para ganar algo de dinero", comentó Joshua, un joven vecino de Vilamarxant que estaba desempleado hasta ahora.
Entre los que han partido, todos tienen asumido que es necesario viajar hasta allí, pero reinaba el descontento por tener que abandonar sus casas. Al frente de todos ellos está Emilio, de 55 años, el que ejerce de puente de contacto entre el patrón francés y la plantilla de jornaleros que confecciona cada año desde hace más de un lustro. Él volverá en otras ocasiones al mismo lugar para trabajar en diferentes labores del campo. Está acostumbrado, pero no todos están dispuestos.
"Yo si tengo otra cosa no voy a Francia", afirmó Raúl, un vecino de Benaguasil que dejó de ir a la vendimia hace nueve años. Ahora está en paro y aseguró que por el mismo trabajo, aquí le pagarían seis o siete euros la hora. Sin embargo, allí ganará alrededor de 10. Para este temporero, el dinero que recibirá es muy importante, pero durante veinte días deja a sus hijos de 9 y 15 años y a su mujer, Silvia. "Ayer el pequeño le decía que por qué se tenía que ir", confesaba su esposa minutos antes de que todos se marcharan.
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