Uno de los puentes en reconstrucción en Yátova. LP
RADIOGRAFÍA DE LOS MUNICIPIOS DANA UN AÑO DESPUÉS

Yátova, el pueblo que quedó atrapado por tres ríos y un sinfín de ramblas

Una de las soluciones que propone el Ayuntamiento para prevenir futuras catástrofes es la construcción de diques en los cauces, lo que se ha incluido en la mejora de los cauces

Paco Moreno

Valencia

Lunes, 20 de octubre 2025, 00:58

En Yátova llovió mucho el 29 de octubre, entre 800 y 900 litros en las marcas de algunos pluviómetros, según recuerda el alcalde de la ... localidad, Miguel Esteban Tórtola. Pero además con el agravante de que el agua y los arrastres cogieron una velocidad vertiginosa debido al desnivel en este municipio de La Hoya de Buñol, donde por fortuna no se produjeron víctimas. De cara a prevenir futuras catástrofes, apunta a la utilidad que tienen los diques en barrancos, como se demostró en algunas zonas hace un año. «Nos han dicho que lo van a hacer».

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Los 7,5 millones de euros concedidos por el Ministerio de Política Territorial para la reconstrucción de espacios y equipamientos municipales no reflejan la gravedad de todo lo ocurrido. «Fue una barbaridad lo que cayó», subraya. Además, la orografía de Yátova es muy compleja, dado que se trata de un término muy grande, que pasa de los 1.100 metros a los 300 metros de altitud. La escorrentía fue tremenda, hay muchos barrancos y hasta tres ríos, que crearon nunca mejor dicho una tormenta perfecta.

El Magro, el Mijares (que llegó a los cien metros de anchura) y el Juanes se desbordaron por todos lados. Ramblas secas convertidas en ríos caudalosos provocaron que se llevaran por delante tramos de carreteras de más de un kilómetro.

Al casco urbano no llegó suerte el agua. Sí que hubo daños en algunos edificios municipales como el cementerio y unas naves, donde entró bastante agua, o la Casa de la Cultura, que se llegó a hundir en parte. «Por suerte fueron daños materiales y no hubo víctimas», señala.

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Las primeras urgencias fue resolver el aislamiento con otros municipios. «Teníamos que dar un rodeo muy grande para llegar a Turís», aunque un problema igual de importante fue resolver los destrozos en los caminos rurales en un municipio donde la actividad agrícola es esencial.

La dana afectó a tres puentes, uno desaparecido por completo debido a la fuerza de las escorrentías y otros dos fuera de servicio debido a los graves daños. En Yátova hay casi 400 kilómetros de caminos, lo que da idea de la importancia para la movilidad. Lo primero fue resolver esto en las zonas de diseminados, urbanizaciones de chalés que quedaron aisladas. En las dos más importantes se llevaron máquinas desde el primer momento, prácticamente al día siguiente. El daño fue mayor de lo que se pensaba, tanto que la reparación de los caminos todavía no ha terminado.

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Reconstrucción de una carretera en Yátova. LP

En la agricultura, el producto estrella de Yátova es la oliva, además del almendro. Este año hay bastante cosecha además y con los vaivenes del cambio climático se ha adelantado, con lo que ahora urge rematar esas comunicaciones. También por los gustos del mercado, apunta el primer edil, acerca de un producto menos maduro. «Lo que antes se cogía en enero ahora es en noviembre», señala.

Tragsa trabaja de momento en los caminos, aunque el Ayuntamiento trabaja en un proyecto propio. «Estamos dividiendo el territorio en tres partes y vamos a sacar los lotes. Lo hacemos cuando podemos porque los técnicos vienen una vez a la semana, que es lo triste de los municipios pequeños», se lamenta.

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«Hemos hecho bastante pero tenemos un territorio muy grande». Con la ayuda de contratación de personal por parte del Gobierno se ha avanzado mucho, sobre todo en reparación de espacios públicos y limpieza. Donde más reclama es la falta de personal técnico para la revisión de los trabajos, por lo que se ha hecho una propuesta a la Diputación.

La Confederación del Júcar trabaja en los barrancos y una de las obras pendientes es la recuperación del paraje natural de Tabarla. Las obras en los puentes salvan en los tres casos el río Mijares y la previsión es que estén a principios de enero.

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Tanto en la cola del pantano como en el entorno de la presa de Forata trabaja la Confederación dado que hubo muchos daños en los accesos. «Han empezado en Tabarla, el acceso desapareció completamente y eso supuso un riesgo de incendios este verano. Eso urge porque si pasa cualquier cosa no hay manera de llegar». finaliza.

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