Obras en la ribera del río Buñol. LP

Las obras de emergencia en el río Buñol tratan de abrir accesos y recuperar rutas

El afluente del Magro, que pasa por cinco municipios, quedó fuertemente alterado y con arrastres de todo tipo por la dana

Paco Moreno

Valencia

Jueves, 23 de octubre 2025, 11:02

La Confederación Hidrográfica del Júcar tiene en marcha tres actuaciones de emergencia en la cuenca del río Buñol, según indicó ayer el organismo estatal de aguas. Afluente del río Magro, sufrió los efectos de la dana con gran crudeza y buena parte del paisaje de riberas resultó alterado por los arrastres.

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El río Buñol atraviesa los municipios de Alborache, Macastre, Yátova, Dos Aguas y Buñol, del que toma el nombre. Las zonas recreativas y de baño quedaron fuera de combate por los citados arrastres y los ayuntamiento emitieron avisos desde el primer día pidiendo a vecinos y turistas de que no se bañaran.

La primera de las actuaciones de emergencia, indicaron las citadas fuentes, pasa por la recuperación de la llamada ruta de los molinos en Alborache. Los trabajos consisten en la limpieza de arrastres aguas arriba de los azudes y en la reposición del camino que existía antes, mediante la creación de un pasillo de zahorras de un metro de anchura. Así se permirá un acceso cómodo.

También se están realizando cinco pasos inundables sobre el río Buñol mediante bloques con forma y tamaño adecuados de piedra caliza en la proximidad de los antiguos azudes. Esto es algo muy demandado por los servicios de emergencia, que necesitan accesos rápidos y que soporten el paso de vehículos en caso de un incendio forestal

También se trabaja en las márgenes del río con el objetivo de uniformizar la pendiente, eliminar resaltos y sanear los taludes más afectados con aporte de escollera. Para ello se emplea maquinaria pesada, con lo que en ocasiones se ha tenido que habilitar nuevos caminos.

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La segunda de las obras de emergencia es el restablecimiento del camino de acceso a la cueva Turche en Buño. El encargo pasa por la retirada de restos arbolado y escombros arrastrados por la avenida de aguas, que permanecen en el lugar desde el pasado 29 de octubre.

También incluye la reposición del camino existente anteriormente mediante creación de un pasillo de zahorras de cuatro metros de anchura y 550 metros de longitud. La falta de accesibilidad es una de las debilidades que dejó la dana, con lo que se trabaja también en ejecutar dos pasarelas de madera para el paso de peatones sobre el río y de un tablero sumergible con escollera recebada de hormigón para el paso de vehículos. También está prevista la instalación de un geotextil para la eliminación de las cañas en el camino.

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Esto último es una de las prioridades de los consistorios, dado que la proliferación de esta especie alóctona en un perjuicio en todos los sentidos. En la dana, por ejemplo, los residuos contribuyeron a que se taponaran varios puentes que acabaron caídos sobre el lecho de los ríos.

Por último, la tercera actuación abarca los accesos al Charco Paraíso y la mejora del funcionamiento hidráulico del cauce del propio río. Esta zona es una de las más atractivas de Buñol para los turistas, al igual que ocurre con Cueva Turche.

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Sobre este punto, desde la Confederación del Júcar señalaron que continúa el estudio y análisis de la zona para seleccionar la mejor solución, que se está gestionando de manera coordinada con el Ayuntamiento y con la gerencia de la empresa papelera afectada por la crecida del pasado 29 de octubre. «La prioridad de la actuación pasa por estabilizar los taludes de ambas márgenes, mejorar el funcionamiento hidráulico del cauce y recuperar los accesos hasta el Charco Paraíso de Buñol», señalaron.

Uno de los problemas debido a las inundaciones sucedió por la rotura de un colector y los daños en una depuradora, lo que obligó a la Generalitat a poner en marcha un proyecto de reconstrucción.

También hay en marcha otras actuaciones en el río Magro para restablecer el camino de acceso a parcelas agrícolas y para reponer los accesos a otros parajes como Tabarla y la Fuente del Gato, en el municipio de Yátova. Se trata de auténticos pulmones verdes que necesitan accesos también a zonas forestales.

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