Robert Raga, alcalde de Riba-roja

Se levanta todos los días a las 6.00 de la mañana para leer la prensa y los correos electrónicos. Posteriormente contesta los WhatsApp de la noche y anota en su libreta la hoja de ruta de la jornada, en la que compagina la gestión con la representación institucional y el apoyo a las entidades locales. En mayo de 2020, recién declarada la pandemia, se contagió de Covid y estuvo más de una semana en la UCI. Divorciado, le gusta más Facebook que Instagram y le encanta la paella y el arroz de las Riberas, una receta local con ingredientes que ensalzan las raíces de esta ciudad de Camp de Turia. En Riba-roja le apasiona correr y montar en bici. Entre sus gustos musicales están los Rolling Stones y Mak y los Desertores, una banda de Riba-roja. Accedió a la alcaldía en 2015 y desde entonces la ha revalidado.

-¿Cómo empezó en política?

Realicé el ingreso a la Universidad para mayores de 25 años mientras trabaja en el negocio de mis padres, unos viveros de flores. Me apasionaba la seguridad y finalmente me decidí por una oposición de Policía Local, de la cual tengo la plaza. Sé que tengo mi trabajo, por eso me apasiona tanto la política local, porque no dependo de ella. Me afilié al Partido Socialista en la agrupación de Ribarroja, en el año 1991, y en 2004 mis compañeros me eligieron como secretario general de la agrupación. Me presenté a las elecciones en 2007 con un resultado digno, porque aquí estaba el PP muy fuerte. Mejoré en 2011, aunque me faltaron 35 votos para poder gobernar, y finalmente en 2015 accedí a la alcaldía.

-¿Cómo fue ese primer mandato?

En 2015 pude conformar gobierno. Fue un periodo muy apasionante porque fue la etapa del pacto. Un gobierno con Compromís e Izquierda Unida, pero sin mayoría absoluta (Podemos me votó en la investidura). Fue una etapa de mucho hablar, llegar a acuerdos, y sobre todo me sorprendió mucho y gratamente Ciudadanos. Este primer mandato fue una etapa de eclosión. Empezamos a perfilar la Cultura desde el arte, la mejora de los espacios, o la sostenibilidad. A recibir a la gente. Recuerdo que antes no se atendía a nadie en el despacho de alcaldía, y tanto a los funcionarios como a los vecinos les dije 'entrad, que ya está la puerta abierta'. En 2018 recibí a 1800 vecinos. Estuve con ellos, atendí sus demandas, sus quejas, sus propuestas, y también a escuchar a los que venían a contarme sus reflexiones. Y eso es importante detectar muy bien el pulso de la ciudad.

-¿Afronta el tercer mandato con todo cumplido en el segundo?

-Hemos cumplido nuestras promesas y otras están a punto de materializarse. Como grandes objetivos tenemos la llegada al centro urbano del Metro de forma subterránea. Somos un pueblo que hemos crecido a las vías del tren. Hemos realizado el estudio de viabilidad y ahora el siguiente paso es la dotación económica para la redacción del proyecto.

-¿Qué proyecto es indispensable para estos años?

-Diseñamos una ciudad sostenible, accesible e inteligente con un gran proyecto en la zona de Pacadar. Y un complejo socio-sanitario, deportivo y verde. El nuevo centro de salud se ubicará en esta zona de 50.000 metros cuadrados. Hemos cedido ya la parcela a la conselleria para que inicie las obras para un nuevo centro, que están presupuestadas en seis millones y medio de euros. Esperemos que el cambio político en la Generalitat no frene esta inversión. El terreno está en un sitio magnífico porque tenemos una dispersión geográfica muy grande y necesitamos el centro de salud en un sitio con buen acceso. La inversión también contempla la contratación de tres médicos, tres enfermeras, un pediatra, un fisioterapeuta, dos auxiliares de enfermería, un administrativo y un celador, que se sumarán a los once sanitarios actuales. También en esta zona del Padacar, con zonas verdes y deportivas, hemos proyectado la construcción de dos residencias públicas con una inversión por parte de la conselleria de 26 millones. Una para mayores con capacidad para 80 personas, y otra para chavales con diversidad funcional para 40 usuarios.

-¿Y en el ámbito económico?

-Tenemos récord de afiliados a la Seguridad Social, con más de 18.000, y hemos bajado 11 puntos de paro. Eso significa que nuestros datos económicos son reales y muy buenos. Somos uno de los polos logísticos más importantes de la Comunitat y del Mediterráneo. Estamos a veinte minutos del Puerto Valencia y a veinte minutos del aeropuerto de Manises. Tenemos 2.200 empresas y actualmente tres asociaciones empresariales. Hemos dado la vuelta al polígono, porque hoy ya tienen mantenimiento permanente y revertimos dos millones de euros todos los años, entre financiación propia, Ayuntamiento y fondos de Vivace. También damos mucho apoyo al comercio local. De hecho, en pandemia no me consta que cerrara ninguno. También tenemos una buena hostelería.

-¿Cómo combinar la industria con la naturaleza?

-Desarrollamos planes de turismo para Riba-roja, un municipio con mucha historia, y ligado a la cultura del agua, con el paraje natural del Turia y mucho patrimonio arqueológico. Tenemos vestigios de cultura íbera, romana, visigoda o árabe con nuestro castillo. Pero la más singular es la de los visigodos, con un yacimiento único como es el Plan de Nadal, con una fuerte apuesta cultural. Otro de los yacimientos es Valencia la Vella, que tiene tres hectáreas y es una ciudad, donde arqueólogos de toda Europa vienen a formarse y a investigar.

-¿Cuál es la apuesta que más le apasiona?

-Riba-roja se sitúa a la vanguardia de un municipio que destaca por el Arte y por la Cultura. Tenemos dos conservatorios de Música y Danza que son referentes en toda la Comunitat, y también apostamos por el Eca, 'Espai d'art Contemporani El Castell', en el que hemos empezado a diseñar el Paseo del Arte con la escultura de Miquel Navarro, las obras que se van a restaurar y las aportaciones por parte de artistas locales. El concurso de ideas para la rotonda de entrada por l'Eliana también se englobaría en esta estrategia cultural.

-¿Qué es el arroz de las Riberas?

-Siempre digo que este es un pueblo magnífico donde el río toca las casas. ¿Qué tenemos, calabazas? Pues le ponemos, también alcachofas, productos de nuestra tierra. Y la innovación es que se hace con cáscara de naranja. Pero nada mejor que acercarse a Riba-roja para disfrutar de su gastronomía, paisaje, cultura y arte.

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