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Expertos barajan ritos de magia negra por encargo con invocación a muertos

PPLL

Sábado, 3 de septiembre 2016, 00:51

Restos humanos, huesos de ave, cuencos, palos, documentos, arbustos, fotos, muñecas y figuras de atribución divina... El cóctel esotérico de los hallazgos de Calp responde, a la luz de los expertos, a una «práctica de magia negra basada en rituales por encargo que apelan al supuesto poder de los muertos para influir en lo terrenal».

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A tenor de los restos recuperados, así lo cree Miquel Ruiz, antropólogo y profesor de la Universitat de València (UV) especializado en espiritualidad y en el movimiento 'New Age'. Por contra, Paulino Hernández, presidente de la Asociación Española de Santería Afrocubana, con sede en Alicante, no cree que los rituales de Calp guarden relación con esta práctica «porque en ningún rito santero se pueden usar restos humanos».

Ruiz estima, en efecto, que el empleo de huesos humanos supone, además de un delito, «un paso más allá» de las prácticas santeras más extendidas. No obstante, sí cree que el oficiante u oficiantes de los conjuros «se basó en elementos propios de los rituales con origen africano similares a los que se realizan en Venezuela, Colombia o México».

El antropólogo prefiere referirse a «magia negra por encargo en busca de beneficios para quienes pagan por el rito, ya sea económico, amoroso o de cualquier índole». Y no cree que haya una secta satánica detrás de la extraña liturgia a los pies del peñón de Ifach.

¿Por qué se emplearon huesos de personas fallecidas? «Los oficiantes de estas ceremonias oscuras confían en el supuesto poder sobrenatural de los muertos. A grandes rasgos, creen que desde su dimensión ejercen un poder superior capaz de alterar el destino terrenal en beneficio de la persona que encarga del conjuro», desgrana Ruiz. En esas ceremonias «no vale cualquier muerto». Los oficiantes de los macabros ritos buscan «restos de personas que hayan muerto violentamente».

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