La verdadera cultura vikinga
El Marq acoge desde ayer una muestra con 663 piezas del Museo Nacional de Dinamarca
Eneas G. Ferri
Viernes, 20 de mayo 2016, 01:09
Al fin llegaron los vikingos a Alicante. Pero no lo hicieron en el tono guerrero, cruel y sanguinario que les persigue en la historia, sino en el más cotidiano, cultural y religioso, el que muestra la exposición 'Vikingos. Guerreros del Norte. Gigantes del Mar', que se expone desde ayer en el Museo Arqueológico Provincial de Alicante (Marq) hasta el 16 de enero de 2017.
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Qué.
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Exposición 'Vikingos. Guerreros del Norte. Gigantes del Mar', con 663 piezas del Museo Nacional de Dinamarca.
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Cuándo.
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Hasta mediados del mes de enero de 2017.
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Cómo.
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Entradas, horarios y visitas guiadas disponibles en la página web del MARQ, www.marqalicante.com. Mañana y el domingo, entrada libre con motivo del Día de los Museos.
Con 663 piezas cedidas por el Museo Nacional de Dinamarca en conjunto con algunas recopiladas por el Marq, la muestra revisa la cultura danesa entre los siglos VIII y XI desde algunas facetas conocidas, como las de su espíritu guerrero y navegante, y desde otras menos reproducidas como sus dotes mercantiles, su cambio religioso al cristianismo o su estructura social, a lo que se añade un apartado sobre sus incursiones en la Península Ibérica, con especial protagonismo en su presencia en Orihuela.
La exposición fue presentada ayer en un acto dirigido por el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, que estuvo acompañado por el embajador de Dinamarca en España, John Nielsen; el director técnico del Marq, Manuel Olcina; el director general del Museo Nacional de Dinamarca, Per Kristian Madsen, y el director gerente del Marq, Josep Albert Cortés. Además, también intervinieron la comisaria de la muestra, Anne-Christine Larsen, el director de exposiciones del arqueológico provincial, Jorge Soler, y la coordinadora técnica de la exposición, Teresa Ximénez.
El recorrido, con singular montaje de luces y estructura expositiva, no solo invita al visitante a observar al detalle piezas llamativas y bien conservadas de la cultura vikinga, sino que introduce en el contexto con un audiovisual en el vestíbulo y ofrece reproducciones de objetos expuestos para que el público pueda comprobar de primera mano cómo sería el manejo de los utensilios históricos.
La exposición comienza, en su primera sala, con el contenido dedicado al mar y, con ello, con los barcos como principal protagonista. Es conocida la destreza en la navegación de esta cultura, que llegaron a recorrer el Mediterráneo y a atracar en Canadá, pero lo hacían en naves de singular construcción, dedicadas unas al transporte de mercancías y otras a la batalla.
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'Roskilde 6'
Reciben al visitante un mástil y una quilla de aquellas embarcaciones recordadas por las figuras que guiaban las naves, pero resulta llamativa una pequeña pieza, de apenas unos centímetros, que fue parte del 'Roskilde 6', la embarcación de guerra de mayor tamaño de la que se tiene referencia y que era capaz de transportar hasta cien guerreros en sus 37 metros de eslora.
La sala sigue, precisamente, desarrollando la figura del guerrero y, con ello, se desmonta el primero de los mitos: no llevaban cuernos en el casco. Pese a es la imagen más reproducida de estos guerreros, los cascos que portaban eran igual que los de otros ejércitos de la época, caracterizados únicamente por el uso de metal para cubrir ojos y nariz. Escudos, hachas, espadas y motivos de las armaduras son reflejados en distintos objetos. Seguidamente también se dan las pautas de los mercaderes daneses, cuyo objetivo era explotar el comercio con otras sociedades y no el de saquearlas, para lo que tenían marcadas extensas rutas de navegación. Finalmente, la sala se cierra con la reproducción en imagen de un guerrero con su vestimenta al completo sobre la que se sitúan algunas de las piezas reales más significativas.
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La segunda sala trata de la estructura social y la vida cotidiana. El hierro y el bronce son protagonistas en numerosas piezas que se utilizaban para el adorno de las clases altas, por un lado, y para el día a día, por otro. Collares, alhajas, anillos y monedas se dan la mano con vasijas, vasos y herramientas de apero junto a piezas para montar caballería. Los paneles didácticos explican su estructura social, que en la cumbre tenía al rey y la reina, los personajes cuyas vestimentas se exponen como cierre de la sala para desmontar otro mito: nada de pieles. En sus casas no pasaban frío y los tejidos, aunque gruesos, no son lo aparatosos que lucen habitualmente en las películas.
Finalmente, la tercera estancia está dedicada reflejar la faceta espiritual y religiosa en una época donde precisamente, la sociedad danesa combinaba sus dioses y mitos paganos con el cristianismo, la religión monoteísta a la que se encaminaban. Es aquí donde se expone una reproducción a escala real de la 'Piedra de Jelling', que se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Dinamarca. Fue erigida en el año 965 por el rey Harald Blatand para proclamar su bautismo y, con ello, el establecimiento del cristianismo como religión oficial de Dinamarca. Se suele asociar el nombre de 'acta de bautismo de Dinamarca' a esta pieza que preside impresionante con sus más dos metros de altura la sala y que representa a Jesús crucificado en tonos coloridos y apariencia de rey.
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Con el conocido martillo de Thor se desmonta otro de los mitos: no es un héroe. La representación del dios es una construcción posterior hecha en Europa ya que, para los daneses, ese dios era representado mediante un simple martillo que variaba su tamaño según la función, del mismo modo que el cristianismo hace con la cruz. Otra pieza curiosa es la Valkiria, una figurilla de plata sólida dorada que representa una mujer que porta una espada y un escudo circular.
Se llega entonces al último espacio, producido por el Marq, que recoge los testimonios de las incursiones que llevaron a los vikingos hasta el Emirato Omeya de Al-Andalus y, también, las que realizaron en Orihuela, las Tierras de Tudmir y la costa mediterránea, que se representan con algunas monedas, varios capiteles y una pieza decorativa al estilo de la Mezquita de Córdoba en la época de las incursiones vikingas a mediados del Siglo IX. Bajo el título de 'Vikingos y Omeyas', el arqueológico provincial pone su grano de arena local a una exposición internacional que, presentada hace unas semanas en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid, está levantando grandes expectativas a nivel nacional.
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«Por lo visto hasta el momento y comparándola con otras exposiciones internacionales que hemos tenido anteriormente, quizás estemos ante una exposición que bata récords de asistencia», confesaba Manuel Olcina en declaraciones tras la visita guiada que realizó para los periodistas.
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