«El gran reto del Consell y rectores es reducir las tasas universitarias»

-Un informe de la CRUE ha puesto de manifiesto que las universidades españolas no atraen a alumnos extranjeros.

-Que no atraen lo suficiente. Aquí creo que deberíamos hacer un esfuerzo por tener una estrategia de atracción de más estudiantes.

-¿A qué se refiere?

-Si queremos atraer extranjeros europeos debemos tener docencia en inglés en un porcentaje importante; si queremos atraer universitarios de Asia Pacífico, una cultura en la formación y en la educación, e igual si se trata de extranjeros procedentes de Latinoamérica.

-¿Es lo que ha fallado?

-No, a lo que se refiere el informe es en el marco de la formación en inglés. Probablemente las universidades adolecen de una proporción de estudios en inglés, aunque ha aumentado de forma importante. Si queremos atraer extranjeros hay que ampliar esta oferta de titulaciones.

-Algún rector también ha dicho que los trámites burocráticos para que vengan son una traba.

-Es importante. Si no tenemos una homologación clara entre los estudiantes que terminan Secundaria para el acceso a la universidad, si no es inmediato, lo dificulta mucho.

-¿La ley Wert, y el cambio de la selectividad, puede ayudar?

-Tampoco creo que sea un factor determinante porque al final hay un proceso de selección de gente de una forma u otra. Lo más determinante es que los estudios sean en un idioma que atraigan, que se permita una homologación y un paso fácil de Secundaria a la universidad y en tercer lugar, estaría el proceso de selección de los estudiantes.

-¿El inglés ha aumentado en la UA?

-Sí, y nuestra intención es que al menos llegue al 10% de asignaturas. Ahora estaremos en el 8%.

-En 2017 se pone en marcha ese cambio en la selectividad.

-Sí, y nosotros haremos un procedimiento acordado entre las universidades públicas de la Comunitat.

-¿Está tratado?

-Sí, tenemos un borrador. Lo que se quiere es que sea lo más homogéneo posible. Los que acaben bachiller vendrán con una nota que nos tiene que permitir que accedan, si la tienen aprobada la propia universidad, y con esa nota se podrá hacer un ranking entre todos. Además, dependiendo de la disciplina que vayan a estudiar, es decir, si van a Ciencias Sociales, Jurídicas, Tecnología o Ciencias de la Salud, tendrán una valoración en función de asignaturas específicas de su bachiller.

-¿Supone una mejora?

-Desde nuestro punto de vista, la actual selectividad es mucho más objetiva y universal porque todos los estudiantes del país están en el mismo ranking, y a partir de ahí eligen. Con el cambio, puede haber distintas formas de acceder a la universidad según la autonomía donde vivas y la universidad donde estés y será más complicado. Necesitará un periodo de adaptación y pruebas.

-¿Con la nueva Conselleria de Educación las relaciones con las universidades han mejorado?

-Con las consellerias, esté al frente quien esté, siempre hemos tenido una relación extraordinaria. Quienes las han encabezado siempre han ido personas que han estado muy pendientes de sus competencias.

-¿Pero estos años, con los recortes, han faltado mimos?

-Las políticas de recortes han dificultado que la UA pudiera llevar a cabo ciertos proyectos de envergadura. Eso, de alguna forma, como rector lo he hecho ver a los dirigentes. Pienso que la diferencia más clara entre una Conselleria y otra es que la actual cree en la educación pública y de calidad y entiende la universidad como un sector público, en el sentido más genuino de la palabra público y eso es bueno.

-¿La anterior no creía tanto?

-Tenía una postura de un modelo más híbrido, íbamos hacia una universidad y sector más concertado o privado. Son modelos de educación distintos, pero las relaciones con unos y otros han sido excepcionales.

-Las tasas al final se han congelado y no han bajado. ¿Era imposible sin mermar la capacidad de ingreso de las universidades?

-Era imposible. Si reduces las tasas, tienes que aumentar las transferencias a las universidades y el presupuesto ya estaba hecho.

-Y habrá todavía estudiantes con problemas de financiación

-Sí, para pagar las tasas, poder vivir y estudiar a la vez, aunque las universidades también han hecho un esfuerzo muy importante para tener becas adicionales. La crisis ha hecho mella en los estudiantes universitarios, sobre todo, en aquellos de familias humildes donde algún miembro tenía que trabajar.

-¿Cuál ha sido el momento de más agobio como rector?

-Febrero de 2013 fue el peor. La UA no tenía recursos económicos ni crédito para pagar las nóminas.

-¿Podía dormir por las noches?

-No. Tienes problemas para conciliar el sueño y estar tranquilo porque piensas en tus compañeros y compañeras que han depositado en ti la confianza para dirigir la universidad. Fueron días muy duros. Afortunadamente ahora podemos decir que tenemos una planificación económica que nos salvaguarda de problemas de estas características.

-¿La UA ya no está en la UCI?

-Ni en la UCI ni en planta. Estamos en casa y muy bien. El reto ahora es la reducción de las tasas universitarias, y aumentar las transferencias ordinarias. Es el gran reto que tenemos que llevar a cabo rectores y la Conselleria, que se ha comprometido a hacerlo el próximo curso.

-¿En qué proyectos se han notado los recortes?

-El no disponer de una cuantía de millones nos ha impedido tener unas infraestructuras científicas de alto nivel, tecnológicas y una inversión en equipamiento que nos permita hacer esa investigación de primer nivel. Se paralizan un poco nuestras inversiones para poder hacer frente a lo principal, las nóminas.

-¿Y falta que el empresariado se implique más?

-El mundo empresarial tiene que conocer que a su lado hay universidades con un potencial científico muy importante y que estamos a su disposición para que puedan aplicar este conocimiento a su innovación diaria. Eso mejorará su competitividad, sus resultados de negocio, y a la vez se mejorará el empleo y el bienestar de la sociedad.

-En unos meses se celebran elección de rector.

-Sí, será a partir de mayo.

-Y vuelve a presentarse.

-Nosotros lo que propusimos fue un programa de largo aliento. En los primeros años era importante tener una solidez y planificación económica, con un gestión eficaz y eficiente y una rendición de cuentas a la ciudadanía. Con esa base, hay que construir unas nuevas infraestructuras alrededor de la universidad que nos permitan seguir creciendo en calidad científica y docente. Ese programa requiere ocho años y así lo planteé hace cuatro años a la comunidad educativa.