Sax abrió ayer el calendario festero

Sax arrancó ayer su fiesta de Moros y Cristianos. Como cada 1 de febrero, los festeros se reencontraron en el puento Picayo, a pie de la imponente roca del castillo medieval que fue el lugar donde, hace ahora 775 años, se libró la batalla que supuso la reconquista de la fortaleza a manos de las huestes del rey Jaime I.

Una temperataura inusual para esta época del año, contribuyó sih duda a realzar el espectáculo y, sobre todo, a incrementar, más si cabe, la euforia de sus protagonistas, tras haber esperado 364 días a que llegue esta jornada triunfal de sus fiestas patronales en honor a San Blas.

Como siempre, los solemnidad de los Cristianos, con la enseña rojigualda al hombro, abríó ayer el desfile. Garibaldinos, portando los colores de la bandera italiana, Alagoneses, con el emblema cuatribarrado identificativo de la antiguia corona aragonesa y los Caballeros de Cardona, conformaron el bando de los cruzados. Mientras que Árabes Emires, Turcos, Marruecos y Moros, desfilaron enn representación de las tropas mahometanas. Los festeros sajeños prefieren sacrificar su lucimiento personal en beneficio de conservar la más pura tradición, transitando por las estrechas callejuelas ubicadas en pleno casco histórico de la villa.

Nada ni nadie puede hacer variar este trayecto centenario, que ha sido recorrido durante décadas por distintas generaciones de festeros. Por la noche, festeros con traje y festeros de paisano comparten un desfile más informal en la Retreta. Llegar hasta la ermita del santo y besar su reliquia es el objetivo final de este peculiar acto nocturno que culmina con un colorido disparo de fuegos artificiales que desata el entusiasmo de pequeños y mayores.

Hoy es del día de 'los tiros', como se conoce en Sax. Y es que, desde primeras horas de la mañana, el ensordecedor estruendo de los arcabuces toma las calles de la población. Primero con la procesión de 'candelas' y luego con la bajada del santo patrón, desde su ermita hasta la iglesia parroquial.

Pese a tratarse de uno de los actos más importantes de la fiesta, la verdad es que en estos últimos años se ha notado un descenso preocupante en el número de tiradores, a causa del elevado precio de la pólvora, por un lado, y de las duras restricciones legales que se ha impuesto para el uso de la pólvora a los menores de edad. Es por ello, que la Mayordomía de San Blas, ha tenido la feliz idea de introducir arcabuces de 'juguete', para que sean disparados por los más peques de la fiesta y, evitar, de esta forma, la desaparición de esta tradición.