Las universitarias sufren más el paro y tienen peores contratos que los hombres

El futuro de la universidad se escribe en clave femenina. El aumento de las matrículas de mujeres ha hecho que en los últimos años sean mayoría en las aulas de las instituciones, y la tendencia se consolida año tras año. No es algo casual, en el sentido de que presentan un mayor éxito escolar en las etapas previas, pues el abandono prematuro de los estudios entre los 18 y los 24 años es muy superior entre los hombres. Sin embargo, no se cumple la última parte de la ecuación, pues tienen más dificultades a la hora de acceder al mercado laboral, síntoma de que todavía queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad.

El último informe sobre titulados universitarios del INE pone cifras a esta realidad, pues entre otros parámetros de empleabilidad mide las diferencias existentes por sexos. Para el estudio se toma como referencia al alumnado que se tituló en el curso 2009-2010, y la información se extrae de encuestas y de bases estadísticas oficiales, como las universitarias o las que maneja la Seguridad Social.

Las cifras son claras: en la muestra la tasa de paro -porcentaje de desempleados sobre el total de activos- ascendió al 20,5% entre las mujeres, mientras que en los hombres fue del 17,2% (3,3 puntos menos). Lógicamente también presentaron un tasa de empleo inferior (-3,9). Estos parámetros hacen referencia a su situación laboral a los cuatro años de conseguir su título universitario. Hay que tener en cuenta que en el ejercicio de referencia hubo muchas más licenciadas que licenciados (40.200 más a nivel estatal).

Del estudio también se desprende que existe más precariedad laboral entre las mujeres que sí han conseguido emplearse, pues se hace una comparación de los tipos de contratos existentes. Hay un porcentaje superior de asalariadas con una vinculación temporal (38,5% del total frente al 27,2% de los hombres), existen menos contratos indefinidos entre el colectivo femenino (40,1%-47,7%), más becarias (12,6% frente al 11,2%) y menos empresarias y autónomas (8,1% frente a 12,8%). Además, las mujeres de la cohorte analizada tardaron más que los hombres en conseguir su primer empleo. El estudio señala que el 57,8% de los hombres estaba trabajando mientras terminaba sus estudios o tardó menos de tres meses en encontrar empleo, porcentaje que baja al 51,4% en el caso de las mujeres.

El informe del INE acredita otra idea habitual, como el hecho de que la precariedad laboral sea más intensa entre los jóvenes. Los titulados de entre 25 y 29 años presentaban una tasa de paro del 20,1%, frente al 19,7% de aquellos con edades comprendidas entre los 30 y los 34 y el 15,1% de los que tenían 35 o más. El dato global, el extraído de toda la muestra, se situó en el 19,2%. Lo mismo sucede en relación al tipo de contrato, pues los estables son más habituales en las últimas franjas de edad que en la primera. Sin embargo, la tendencia es a la inversa respecto a los temporales.

El estudio incluye muchas más variables. Sitúa a la Comunitat como una de las tres regiones con más titulados trabajando en el extranjero, por detrás de Madrid y Navarra. Uno de cada cuatro licenciados ha tenido que desplazarse. En estos casos la calidad de los trabajos era mayor que la de los que residían en España. En cuanto a áreas de conocimiento, destaca la empleabilidad de las carreras de Ciencias de la Salud y de las ingenierías.