«El Arena no tiene la culpa de la deuda, sino que es su directa consecuencia»

José Luis Gisbert es el presidente de la Asociación Nacional de Elaboradores Artesanos y Comerciantes de Helados y Horchatas y uno de los más veteranos representantes empresariales en la cúpula directiva actual de IFA, cuyo futuro se debate hoy mismo por todos los sectores productivos de la provincia.

A preguntas de este diario, Gisbert asegura, respecto a esta cumbre, que «no tengo ningún inconveniente, aunque no sé exactamente de qué se trata y qué quiere la Conselleria». Gisbert lo ha sido casi todo en IFA, menos presidente y director. Sí fue vicepresidente durante una época y, en la actualidad, es vocal del comité de dirección. No del Patronato.

Recuerda que Gelat fue, junto a Expocalzado, el origen y motor de IFA, que, a su vez, fue una suerte de refundación de la feria zapatera de Elda, allá por el año 92. «A nosotros, los heladeros, nos obligaron como suena a dejar Jijona e ir a IFA», asegura, sin matizar cuál fue el político que provocó esas presiones ni su filiación política, aunque en esa época gobernaba el PSPV de Joan Lerma. Preguntado por cómo es posible que IFA presente un agujero económico y financiero de más de 70 millones de euros, como desveló recientemente el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, Gisbert trata de separar el término agujero de deuda. «Un agujero económico es una cosa y la deuda avalada por la Generalitat Valenciana otra», relata a este diario. Cree que el origen de la situación actual hay que buscarlo en la crisis «porque impidió que se cumplieran las previsiones de inversiones, por lo que la culpa no son esas inversiones y la ampliación del pabellón dos y del IFA Arena, sino que son una consecuencia». Sobre el polémico IFA Arena, un proyecto megalómano para celebrar grandes eventos auspiciado por el expresident Camps, cree que ya no es prioritario y confía la viabilidad de IFA a «acabar la reparcelación de la zona, porque sería una pena que se paralizara todo». Considera como objetivos a corto plazo esa reparcelación y remodelar el pabellón I (con serio deterioro en su cubierta y con goteras, como desveló este diario). «Lo que le pasa a IFA es que no se pueden llevar hasta el final los proyectos de inversiones, que estaban bien planteadas, pero que se truncó con la crisis, al igual que le ha pasado a muchas empresas», razona Gisbert.

Sobre si el futuro depende del nuevo modelo comercial y del regreso o captación de grandes ferias, como la del calzado de Madrid, asegura que «de IFA no depende que vuelva el calzado, aunque se celebran ya pequeñas ferias de zapatos en Torrellano, porque ha cambiado el modelo ferial en todo el mundo y los sectores abogan por un certamen importante por continente». «Algunas ferias podrían regresar o venir de nuevo, pero competir con Ifema es muy complicado hoy en día», sentencia.