Hacienda no prevé cerrar IFA si no se lo reclama el conseller de Economía

A idénticos problemas de deuda financiera y falta de ingresos, idénticos planes de rescate en Valencia y Alicante. La Generalitat Valenciana, principal valedor administrativo de la Institución Ferial Alicantina (IFA), de cuya Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo depende orgánicamente, no tiene previsto cerrar definitivamente el recinto ferial de Torrellano, abierto en la etapa del socialista Joan Lerma y cuyo balance económico es una auténtica ruina. En realidad, la Conselleria de Hacienda, de la que depende el brazo financiero de la Generalitat, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), no tiene la facultad de mantener o cerrar el pabellón ferial, sino que esperará a lo que le indique la de Economía, según explicó ayer a este diario el director general del IVF, el profesor de economía financiera Manuel Illueca, el cual participó en la apertura en Alicante de la primera oficina del Monte de Piedad fuera de Madrid.

El futuro de IFA sigue pendiente de un hilo por su elevada carga financiera: 61,3 millones de euros, de los que 27,8 corresponden a distintos bancos (los principales acreedores son BBVA, Caixabank y Deutsche Bank) y otros 33,8 millones se debe al IVF por distintas pólizas de crédito y renovaciones o ampliaciones de las mismas. Una comisión mixta está trabajando en estos momentos para tratar de perfilar ese plan de rescate o, como denomina Illueca, «plan estratégico de viabilidad». Esa comisión la componen técnicos de las consellerias de Economía, de Hacienda, del IVF y de IFA.

Al IVF le corresponde, según Illueca, «proveer, en su caso, a IFA instrumentos financieros en el marco de esa reestructuración financiera y comercial». Admite que conoce el «gran agujero» que arrastra IFA, cuyo Patronato presidido entonces por Modesto Crespo se embarcó en el año 2004, en plena burbuja inmobiliaria, en un faraónico plan para invertir en el IFA Arena, una suerte de pabellón multiusos que provocó un gasto, solo en la compra de 412.000 metros cuadrados anexos en Torrellano, de 19,3 millones de euros pagados por el IVF con el aval de la Generalitat. Pero precisa que «no me corresponde a mí ni a mi conseller de Hacienda, Vicent Soler, dar la solución comercial y de gestión a IFA, sino al conseller de economía, Rafael Climent».

En realidad, el IVF, cuyo director explicó hace tres días en Les Corts, que debe recuperar unos 300 millones de euros prestados durante los últimos años y cuyo nivel de mora es del 62,5% (dos de cada tres préstamos a empresas privadas o públicas como IFA están impagados), se halla a la espera de que «la Conselleria de Economía me ponga encima de la mesa un documento en el que se fije la continuidad de IFA por reclamarlo los empresarios alicantinos, por ser una plataforma de promoción o porque la gestión comercial vaya a cambiar y a mejorar los ingresos», añade Illueca.

Una de las opciones que se baraja en estos momentos es la de privatizar la gestión de IFA, siguiendo el modelo que también se quiere aplicar a la Feria de Valencia. Ello supondría desmantelar el actual equipo de dirección que capitanea Antonio Galvañ bajo la presidencia del empresario ilicitano Manuel Román. Lo que sí deja diametralmente claro Illueca es que «ya se han acabado las subvenciones encubiertas en forma de créditos del IVF para IFA como ha ocurrido en los últimos años con el otro Consell». El director del brazo financiero de la Generalitat no cierra, además, las puertas a que IFA, si finalmente no se clausura por decisión de Economía, siga recibiendo alguna subvención de la Generalitat Valenciana (su principal patrono y hacedor estatutario) «aún a riesgo de que la UE después diga que es una ayuda de Estado», en alusión a la cada vez mayor lupa que ponen los técnicos de Bruselas en las finanzas autonómicas de los estados miembros, como ha ocurrido en el caso de la Ciudad de la Luz o del Hércules.

El anterior conseller de Economía, Máximo Buch, ya dejó claro en el último Patronato de IFA, órgano superior de la entidad celebrado en enero, que «si no fuera por la Generalitat y el IVF, IFA tendría un problema, con gran incertidumbre sobre su viabilidad». Es decir, prometió más subvenciones y avales para ampliar o refinanciar los créditos vivos para evitar su definitivo cierre. Esta estrategia ha cambiado de la noche al día y Manuel Illueca insistió ayer a este diario en que «se han acabado las subvenciones encubiertas». El detalle de la deuda de IFA a largo plazo, por año de vencimiento, con los bancos (sin incluir otros proveedores) es el siguiente: en 2015, 42,6 millones de euros; en 2016 2,2 millones; en 2017, 2,2 millones; en 2018, 2,2 millones; y posteriores, 12,2 millones. La carga financiera en intereses bancarios para 2015 se eleva a 1.563.000, el año pasado debía pagar en intereses 1.858.101 y en el año 2013, 1.670.162. La gestión comercial tampoco ayuda. En 2013 se cerró con 850.985 euros de pérdidas operativas después de impuestos. En 2014, 2,5 millones.