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Trabajos de retirada de residuos en la desembocadura el pasado jueves. autoridad portuaria de valencia
El vertido de aguas fecales al viejo cauce mata a 2,4 toneladas de peces

El vertido de aguas fecales al viejo cauce mata a 2,4 toneladas de peces

El Puerto retira desde el martes 3.800 kilos de desechos y pescado para evitar que salgan a mar abierto tras el colapso del colector norte

PACO MORENO

VALENCIA.

Sábado, 2 de junio 2018, 00:33

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El vertido de aguas fecales a la desembocadura del viejo cauce por el colapso del colector norte ha tenido una consecuencia más grave de lo que aparentaba en principio. La Autoridad Portuaria ha recogido ya 2,4 toneladas de peces muertos y 1,4 toneladas de desechos de todo tipo, sobre todo residuos orgánicos procedentes del alcantarillado de la ciudad.

La tarea no ha terminado, indicaron ayer fuentes de la entidad, aunque el trabajo se vio interrumpido ayer por el cambio del viento, dado que un fuerte Levante ha llevado los residuos aguas arriba. La empresa encargada de sacar la suciedad del río y trasladarla a un vertedero controlado ha llenado ya tres contenedores de ocho metros cúbicos cada uno de los depósitos.

El Puerto tiene instalada una barrera de contención aguas abajo del puente de Astilleros, para evitar que los residuos lleguen a mar abierto. «Si esto llega a las playas sería un desastre», indicaron para subrayar el esfuerzo que se hace en la resolución de un problema que llega de fuera de los terrenos portuarios.

El Consistorio ha encargado un plan para abaratar los costes de las tuberías pendientes

El colector norte acaba a la altura de l'Oceanogràfic, para seguir después hacia la planta depuradora de Pinedo a través de otros ramales. Todos los tramos se encuentran embozados por la falta de mantenimiento y el colapso de toallitas higiénicas, un problema tan serio que la concejalía del Ciclo Integral del Agua ha retirado ya 1.200 toneladas.

Aún así, el problema persiste y quedan meses para que las conducciones estén despejadas, por lo que cuando hay un aumento del caudal por tormentas o suelta de agua sobrante a través de las acequias, las aguas negras desbordan y pasan a la tubería superior de pluviales. Eso es lo que ocurrió el pasado domingo.

El concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, adelantó a LAS PROVINCIAS el encargo a la Universitat Politècnica de que intente abaratar el coste de las infraestructuras pendientes, donde se incluye un tramo de colector y la construcción de un depósito de tormentas. Esto último es lo que evitaría el desbordamiento de las aguas negras, apuntó el edil.

Se trata de un recinto subterráneo donde es conducido el primer caudal de agua sucia por contener el hollín del tráfico, el elemento más tóxico y que atasca las plantas depuradoras. Después, poco a poco el caudal es derivado para su tratamiento antes de verterlo al mar.

El problema es que la infraestructura tiene un coste que va de los 40 a los 70 millones de euros. Es más, debe realizarlo la Confederación Hidrográfica del Júcar, que tiene esta obra en sus proyectos pendientes pero sin presupuesto asignado.

Fuentes de la Autoridad Portuaria insistieron en que todos los vertidos llegan desde fuera de los muelles. Las asociaciones de vecinos se han quejado estos días de los malos olores producidos por el vertido, que en las horas de más calor hacen imposible acercarse a la zona.

El ajardinamiento del tramo corresponde a las empresas promotoras del barrio del Grao y las Moreras, lo que a día de hoy carece de plazos. En cuanto a la limpieza de los residuos, las mismas fuentes indicaron que un día recibieron el apoyo de un camión enviado por el Consistorio para trasladar desechos.

La asociación de vecinos de Nazaret reclamó esta misma semana el dragado del fondo, donde hay lodos tóxicos vertidos por complejos industriales ya desaparecidos en el Grao y la avenida de Francia, entre otras zonas. Esto no ha sido contemplado a corto plazo, por lo que los esfuerzos para limitar los malos olores se concentran en la inyección de unas bacterias que se comen la materia orgánica y que durará varios meses. La previsión es que cuando acabe el proceso la mayor parte del fango haya desaparecido.

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