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El Valencia quiere terminar Mestalla con un préstamo avalado por la venta de los pisos del viejo estadio

ADU preveé efectuar un único pago por la parcela en julio de 2022, cuando el club libere las hipotecas y se cambie de campo

Martes, 17 de diciembre 2019, 14:31

No hay calendario de pagos en la operación de compra-venta del viejo Mestalla como se había llegado a deslizar y será necesario además que el Valencia pida un préstamo avalado por los pisos que se van a construir y el terciario que se va a explotar. Habrá pues un solo pago (de más de 113 millones de euros) pero será en julio de 2022. Hasta esa fecha, el Valencia no verá un euro por esta operación y se ve forzado a ese crédito de más cien millones de euros (no está aún claro cuánto pero puede llegar hasta los 140) para reanudar y finalizar a tiempo las obras del nuevo estadio. Hay una penalización si no llega a tiempo para terminar su campo y no queda claro qué pasaría en caso de que al final el Valencia tuviera problemas para devolver ese crédito. Sólo en ese momento se podrá trasladar al recinto de avenida de las Cortes Valencianas para que ADU empiece de inmediato la demolición del mítico Mestalla. Casi once años después de que saliera el último obrero del 'buñuelo' de cemento de Cortes Valencianas. El optimismo que vendió Murthy en la junta tiene una fecha importante en el calendario: 31 de marzo. Ese día se tiene que firmar el contrato de compra-venta definitivo entre el club y ADU, después de que el Valencia haya aceptado ya las garantías que la cooperativa aporta, entre ellas los 25 millones de euros que tiene que avalar 'Edificios Mestalla' que es la que finalmente se queda con el terciario. Hasta medio centenar de propuestas optaron según dijeron a ese terciario de 41.456 metros cuadrados, quedando cuatro en el proceso de selección final. Detrás de 'Edificios Mestalla' están Ignacio Polo y Mauro Sanchis y una galería comercial de más de 70.000 metros cuadrados construidos y 50.000 de suelo bruto.

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Lo que hicieron ayer los responsables urbanísticos de esta compleja operación es activar el reclamo para que sus futuros cooperativistas pasen de la reserva que hicieron (3.500 euros) a la adquisición efectiva exponiendo las bondades del proyecto. Los 372 futuros compradores (hay otros 500 que han mostrado interés) tienen ahora que aportar el 30% del coste total de su vivienda.

Petición de ayuda a Ayuntamiento y Conselleria

Ya lo avisó Murthy en la asamblea de accionistas. El presidente solicitó la colaboración de las administraciones públicas en el asunto del nuevo Mestalla. De nuevo se escuchó en la rueda de prensa de ayer esta solicitud. Aunque se asegura que tanto Ayuntamiento como Conselleria han dado luz verde a Real Acequia Mestalla, como se llama el proyecto («la relación es fantástica», apuntó Casares), el asunto va más allá. Aunque no implica la modificación de la ATE (se aprobó en 2011 y es la última licencia comercial que se otorga), «necesitamos de la Administración la colaboración para aprobar el estudio de detalle que presentaremos en breve para que se pueda tramitar y pedir la licencia de obras. Que sigan con el mismo apoyo», comentaba Santa Isabel, que recordó que «no hay modificación de la ATE, se ajusta a la existente». De hecho, además de las cinco torres destinadas a viviendas, hay otras dos que corresponden a suelo municipal y está planificado que sean destinadas a oficinas. Ha cambiado la fisonomía del terciario ya que la cúpula central no se va a llevar a cabo y sobre qué operador se hará finalmente con su uso, todavía no está claro. «Hay interés de varios pero tenemos cinco años para cerrarlo».

De 150.000 a 1,6 millones

No está claro todavía ni el número de pisos que se van a hacer (variará en función de las exigencias y necesidades de los cooperativistas, pero no serán los 414 proyectados) ni el precio concreto, ya que hay hasta 67 modelos diferentes de viviendas. Pero ya hay una estimación más aproximada. Con un baremo de 4.000 euros el metro cuadrado, habrá un abanico de viviendas que irán desde 150.000 a 800.000 euros, aunque los áticos se disparan hasta los 1,6 millones. Aunque no se dijo qué banco estará detrás de la financiación, José Luis Santa Isabel (responsable de ADU) apuntó la relación que tienen con Caixa, Santander, BBVA e incluso con Bankia (íntimamente ligada al Valencia). «Todos quieren trabajar en este proyecto. No hay prisa, igual que con el constructor».

Trasladar las cargas

En lo que no estuvo del todo certero Santa Isabel fue cuando quiso endulzar los oídos del Valencia desde el punto de vista económico. «Al Valencia no le hace falta la liquidez para terminar su proyecto», apuntó, pasando por alto que el club maneja una deuda de más de 500 millones de euros. Su intención era la de dar por hecho que el club ya tiene atada con el banco la maniobra respecto al crédito. Este nuevo endeudamiento también generará unos costes. Ahora, el Valencia paga a los bancos cada año 14 millones de euros por la deuda. Y con ellos también tendrá que negociar el traslado de las cargas hipotecarias que tiene el viejo estadio, pasándolas al nuevo. «Compraremos el suelo libre de cargas».

Otro de los apuntes que quedaron claros es que el derribo del viejo estadio correrá a cargo de ADU. Cinco millones de euros se calcula que puede suponer de coste esta operación. Se conservará el punto del centro del campo como simbólico recuerdo, las torres emularán los vomitorios y se aprovecharán también los materiales que hay. Una vez dé comienzo el derribo, se pondrá en marcha el reloj porque en diciembre de 2025 (como estaba previsto en la ATE) se tiene que efectuar la entrega de llaves. El plazo global se va a cumplir, están convencidos de ello, como también de que va a ser imposible cumplir alguno de los parciales. «Al cien por cien se ha conseguido», afirmaba rotundo Juan Casares, presidente de las cooperativas de España.

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