Triple examen para Ron Gourlay
El nuevo CEO de fútbol del Valencia afronta este jueves el futuro de Javi Guerra, Tárrega y Diego López| El escocés tiene previsto reunirse con los agentes de los tres futbolistas a los que se les pretende tanto mejorar la ficha como ampliar el contrato
A las diez de la mañana el primero y que vayan pasando el resto conforme vayan saliendo. Antes de comer todo ya solucionado. Ron Gourlay ... tiene hoy anotado en su agenda un triple salto mortal en su primer gran examen como responsable de fútbol del Valencia. Este jueves, el nuevo CEO debe despejar tres situaciones que, con matices, ofrecen similares particularidades. De la capacidad dialéctica del escocés pero, sobre todo, del margen de maniobra económica que le haya concedido Peter Lim dependerá el futuro de tres de los diamantes de la Academia que, por necesidades de hambruna, irrumpieron en la elite con un sorprendente éxito.
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Se trata de saber si Meriton quiere de verdad convertir a Javi Guerra en el líder del Valencia del presente –y del futuro– o si, en cambio, es todo una simple maniobra estratégica para sacar más dinero por su venta; se sabrá también si se compensa como se merece a Diego López y si, por último, César Tárrega adquiere el estatus salarial que le corresponde por su eficiente rendimiento en Primera División. Mejora salarial y renovación es lo que les va a poner encima de la mesa el club a los respectivos representantes.
Con la tentativa del Milan y sin caer en el olvido del Atlético
82 partidos en Primera. La carrera de Javi Guerra reúne suficientes argumentos para asegurar que a sus 22 años se le vislumbra un prometedor futuro. La gran incógnita es si lo hará como estandarte del Valencia o si seguirá el camino que antes marcaron otros canteranos como Alcácer, Ferran Torres y Carlos Soler, por ejemplo. Javi Guerra es hoy por hoy el jugador más valioso del Valencia. Y eso hace que Javi Garrido, su representante y exfutbolista valencianista, tenga la sartén por el mango. Javi Guerra termina contrato en 2027 y por él ya se ha movido el Milan. Los italianos pusieron encima de la mesa una propuesta que entre el fijo (16) y los variables (4) llegaba a los 20 millones, cifra que muchos consideran poco menos que mínima por este jugador cuyo valor de mercado ronda los 25 millones pero con un potencial tremendo. Además, existe el hándicap de que el Valencia no posee la totalidad de los derechos del centrocampista. El 30 % corresponde todavía al Villarreal, por lo tanto a cualquier cifra siempre hay que incluirle el factor de corrección. Javi Guerra, ayer presente en el campus de Soneja –localidad cercana a Gilet– aspira a ser considerado salarialmente el jugador referencia del Valencia. Su agente prefirió congelar cualquier interés de los clubes por él, incluido el de un Atlético de Madrid que ya lo intentó el año pasado y que no se ha olvidado de él. Javi Garrido fue el representante que protagonizó la salida de Kang In completamente gratis del Valencia tras no llegar a un acuerdo de renovación, una pifia imperdonable para el club.
Al fin y al cabo, con Gayà olvidado por De la Fuente para la absoluta, los tres internacionales sub-21 forman en estos momentos la más alta representación valencianista en lo que a la selección española se refiere. Falta el cuarto sub-21, Cristian Mosquera, pero este va por una vía paralela a los citados anteriormente. El agente del central, con propuesta del Arsenal para hacerse con el futbolista, ya se reunió con el Valencia –lo hizo con Corona– y por ahora no hay ninguna cita pendiente de agenda entre ambos. Corberán lo quiere en su plantilla. Será interesante saber cómo Gourlay es capaz de manejar el deseo del entrenador, las aspiraciones de un futbolista que acaba contrato el año que viene y el interés de un Arsenal con músculo económico suficiente como para pagar 70 millones por Zubimendi.
Toca subida y más años tras ser rechazada la oferta del Bolonia
Así como con Javi Guerra el Valencia ha seguido una estrategia de blindaje casi total para evitar que el centrocampista hiciera algún tipo de manifestación que pudiera comprometer su situación, con César Tárrega la estrategia ha sido diferente. El central (23 años) participó en un acto con motivo de la dana en Aldaia y ahí dijo lo siguiente: «¿Que si quiero renovar con el Valencia? Por supuestísimo, es el sueño que siempre he tenido como niño jugar en el Valencia. Ojalá poder seguir cumpliéndolo, es un tema que llevan mis agentes pero ojalá se pueda llegar a buena sintonía».
Tiene contrato hasta 2028 pero aquí el factor a tener en cuenta es el salario que percibe, situado prácticamente entre los últimos escalones de la plantilla. Fede Marco es su agente y todo indica que la propuesta del club encajará en las pretensiones que a priori tiene el futbolista, que ha alcanzado un valor de mercado de 10 millones (justo el año pasado lo tenía de 1,5 millones) tras participar esta pasada temporada en 34 partidos, siendo prácticamente contra todo pronóstico titular indiscutible. Su envergadura y su condición física le dan al canterano un valor añadido.
Se estrenó también en la sub-21 y eso hizo que prácticamente de la noche a la mañana apareciera el interés del Bolonia, que llegó a poner encima de la mesa 10 millones de euros. El Valencia rechazó la propuesta y ahora tocará al club equiparar esa postura con una ficha más jugosa de la que actualmente percibe. El compromiso de Tárrega como valencianista es total y nadie duda que mejorará y ampliará su contrato actual.
Si con Mosquera todo está pues en el aire, la cita sí se les dio en cambio a los agentes de los otros tres futbolistas jóvenes internacionales que tiene el Valencia en sus filas. Se pone en práctica con esta situación el nuevo orden que ha establecido Meriton, que prefirió congelar estos asuntos hasta la llegada de Gourlay a Valencia esta misma semana. El martes se estrenó en la oficina, ayer siguió con sus temas y ahora afronta este triple desafío del que, por la forma en que se han dado los acontecimientos, tiene toda la pinta de que acabará siendo favorable para todas las partes implicadas.
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En juego su primer éxito
El simple hecho de que se permitiera que las reuniones se conocieran públicamente ya es un claro síntoma para interpretar que el club no corre mucho riesgo de hacer el 'ridículo'. Son las tres primeras muescas que se puede apuntar Gourlay y que, sin duda, le darían el primer empujón desde el punto de vista popular a su recién estrenado cargo. No todos los días existe la opción de retener a tres promesas o realidades que, además, tienen en común el haber sido formados en la casa.
Con contrato hasta 2027 y una ficha muy baja para sus 8 goles
Si Tárrega habló en su pueblo (Aldaia), Diego López (13-5-2002) lo hizo en Sedaví, otra de las localidades afectadas por el desastre de la dana. Allí fue prácticamente en la misma sintonía que el central. «Ha seguido habiendo conversaciones y la cosa está encaminada, va bien, con buena sintonía y ojalá salga todo bien. Ojalá me quede aquí porque soy feliz y no voy a estar mejor que aquí». No hay duda de que entre el club y su representante, Gelu Rodríguez, se había avanzado bastante y quizás hoy se dé ya por cerrado el acuerdo.
El atacante asturiano, indiscutible para Carlos Corberán, termina contrato en 2027 después de que se le activara la cláusula que tenía de renovación por un año más al cumplir un número de partidos. El problema es que su ficha también es de las más bajas y el Valencia debe aumentarle el salario, aprovechando además que le amplía también los años de vinculación como blanquinegro. Diego López tiene hoy en día un valor de mercado de 15 millones y una cláusula de 100 millones de euros que le blinda de manera absoluta.
Desde luego, los números le avalan por completo. Esta temporada ha marcado 8 goles y ha dado cinco asistencias en los 37 partidos que ha disputado (2.721 minutos), a los que hay que añadir que en Copa del Rey disputó 3 encuentros más (117 minutos) con un gol y una asistencia. Lo curioso del caso de Diego López es que antes de recalar en la casa valencianista, tuvo su oportunidad tanto en las filas del Barcelona como en el Real Madrid en sus categorías inferiores. Su irrupción pilló a más de uno por sorpresa cuando Rubén Baraja decidió subirlo al primer equipo en el tramo final de la temporada 2022-23.
Gourlay tiene suficiente experiencia para manejar este tipo de situaciones. De hecho, ya tuvo entre sus primeros cometidos como responsable del West Bromwich un escenario similar en lo que a los canteranos se refiere, expresando públicamente el escocés la necesidad que tenía el club de amarrar a sus jóvenes figuras.
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De cualquier forma, la incorporación de Gourlay a la actividad diaria valencianista ha coincidido con la precipitada salida de otro canterano que prometía: Yarek. El central zurdo ha sido el primer jugador, de los muchos que aún hay que colocar, en inyectar dinero a la caja fuerte: 10 millones. La operación ha contado con el visto bueno de Gourlay.
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