Nadie se fía de Lim tras 10 años en el Valencia incumpliendo compromisos
De los 20 puntos que la Fundación exigió en 2014 para la venta no se ha ejecutado los más importantes como la reducción de la deuda o el nuevo campo. Ahora, el Ayuntamiento va a auditar el último proyecto presentado para reanudar las obras del Cortes Valencianas
El único elemento extraño de la decisión del Ayuntamiento de pedir una auditoría externa al último proyecto presentado por el Valencia para terminar el nuevo ... Mestalla es que este aspecto no se haya producido antes. El informe es la constatación de que ya nadie, en 2024, se fía de la palabra de Peter Lim. Normal. Meriton lleva 10 años controlando el proyecto del club e incumpliendo todos sus grandes compromisos. Si algo no se le puede negar al empresario de Singapur es que siempre ha ido a pecho descubierto. De los 20 puntos que la Fundación exigió para la venta en 2014, tras ponerse una venda en los ojos al aceptar la propuesta de Meriton, Lim no ha ejecutado los tres más importantes; la eliminación de la deuda (es de 335 millones tras el cierre del último ejercicio dando pérdidas todos los años menos uno), la terminación del nuevo estadio y la compra por 150 millones –un compromiso de Lim que verbalizó Aurelio Martínez– del solar del actual Mestalla por parte del empresario de Singapur si no llegaba una oferta superior. Esa oferta no ha llegado y, por supuesto, Lim no ha cumplido tampoco ese aspecto. Todo en Meriton se convierte en humo.
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Con respecto al nuevo Mestalla, donde la negligencia de la Fundación fue total al no blindar por escrito esa obligación a Meriton, la administración brindó a Lim una segunda oportunidad con la redacción de la ATE. ¿El resultado? El incumplimiento sistemático de todos los hitos que el Valencia debía cumplir en el actuación urbanística y que terminó en su caducidad y nulidad por parte de la Generalitat. El club denunció ese aspecto y el 6 de marzo se producirá el primer fallo al respecto.
Por si todo lo expuesto no fuera poco, los últimos años de gestión y de falta de palabra de Meriton han sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia. Anil Murthy llegó a presentarse en marzo de 2021 con las manos vacías, y sin ningún documento, a una reunión con Ximo Puig donde Lim pretendía que la Generalitat le diera más tiempo con la ATE. Tal fue la desfachatez de ese momento, que el entonces presidente autonómico cargó con fuerza tras salir de ese cónclave: «La credibilidad de Meriton está bajo mínimos. Los gestores del Valencia no tienen crédito en la sociedad valenciana». En ese desplante comenzó el fin de la ATE.
Con el despido de Murthy y el regreso de Layhoon ese crédito sigue agotado. El intento de colocar en el Valencia a Kiat Lim fue la puntilla hacia la palabra de Meriton. En diciembre de 2022, el hijo del máximo accionista realizó un compromiso público que, más de un año después, es otro a poner en la lista de palabras incumplidas: «La afición es lo más importante. Ahora que estoy en el consejo haremos un mayor esfuerzo para conectarnos y demostrarle a la afición que le estamos escuchando con respeto a la cultura profunda y rica de este club, así como las tradiciones que han estado aquí durante mucho tiempo. Espero estar en contacto con los aficionados para poder ampliar mi perspectiva y aprender escuchando a las peñas. Vamos a arreglar esta situación. Somos un gran club y queremos jugar en Europa de manera constante, año tras año. Queremos jugar en Europa y ganar títulos». El último partido continental fue en febrero de 2020. En ese mismo viaje –la última vez que ha pisado Valencia– Kiat Lim reiteró el «compromiso» para acabar el nuevo estadio y que para la Junta de 2023 se iba acabar el requisito de las 5.786 acciones mínimas para asistir. Otra bomba de humo. No se cumplió esa promesa. Con todo este historial... pedir una auditoría es hasta una obligación moral.
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