Los secretos de la Real Senyera, al descubierto

La concejala de Patrimonio y Recursos Culturales del Ayuntamiento de Valencia, Gloria Tello, ha presentado este miércoles el estudio que pone al descubierto todos los detalles de la composición de la Real Senyera de 1545, con el propósito de construir al menos una réplica que sustituya a la que procesiona ahora realizada en 1928.

Diferentes instituciones han trabajado los últimos meses en el análisis de los tejidos, colores, composición química y materiales empleados para la elaboración del estandarte. La idea es que la réplica empleé todos estos elementos para que sea lo más fiel posible.

Para ello se ha lanzado una consulta previa de contratación que durará un mes, cuyo objetivo es averiguar si en el sector severo todavía se puede contratar este tipo de artesanía. La Senyera está formada por cuatro colores básicos cada uno con su tinte natural.

«Nuestra voluntad es que todo se haga a mano, pero primero hay que ver si se pueden replicar los materiales y técnicas artesanales, dado que todo queremos que se haga mano», consideró. En cuanto al trabajo hasta ahora señaló que ha «sido todo un reto. Nunca se había llevado a cabo una investigación tan minuciosa sobre la Senyera del siglo XVI».

Del complejo estudio técnico se desprende que la Senyera de 1545 se elaboró con tres tipos de tejidos: tafetán, satén de seda y tafetán clásico. Se han identificado cuatro colores básicos: rojo, amarillo, azul grisáceo y verde. También se han analizado las partes metálicas de la bandera. Según Tello, este aspecto es «muy importante porque las barras doradas y la corona de la franja vertical están tejidas con tafetán, utilizando laminitas metálicas en la trama y esta técnica ha caído ya en desuso».

El estudio ha desarrollado también un análisis en 3D del remate superior, un yelmo de plata con corona de oro y un murciélago con las alas extendidas, que fue realizado por el orfebre Simón de Toledo en 1638. Finalmente se ha analizado el palo, a fin de estudiar la posibilidad de aligerar su peso.

Esto último ha sido motivo de debate los últimos años. El jefe de Museos, Javier Martí, señaló que el conjunto pesa nueve kilos exactos, donde el mástil alcanza los dos kilogramos. Señaló la posibilidad de que el interior sea de un material más ligero y el exterior de madera, aunque todo está por decidir.

Una vez analizadas las técnicas, Tello manifestó que la réplica de la bandera plantea retos «especialmente en el tintado de la seda y del tejido de tafetán con trama metálica porque se trata de técnicas desaparecidas y hay una dificultad añadida para lograr materias primas».

«La manufactura de los bordados y cordones comporta recuperar procesos artesanales que también se han perdido». Por este motivo, se ha abierto un período de «consultas preliminares de mercado», con el que ver la «capacidad de la industria de la seda valenciana para poder realizar estas técnicas». Una vez se resuelvan todas estas cuestiones, según ha señalado la regidora, se decidirá si se realiza uno o dos facsímiles de la Real Senyera más antigua que se conserva.

Al tratarse de una pieza declarada Bien de Interés Cultural, la extracción de muestras de las telas necesitó del permiso de la Conselleria de Educación y Cultura. Las entidades participantes en el proyecto, además del Ayuntamiento, han sido la Universitat de València, el Instituto Valenciano de Conservación, y la Escuela Superior de Diseño, además de varios artesanos.

Todo se hará a mano, incluso la elaboración de la cimera, el famoso remate de plata. A pesar de esta circunstancia, el estudio ha incluido una recreación en 3D de la pieza para guardarla. El proyecto Silknow cuenta con fondos de la Unión Europea. La investigación se realizó sin sacar el estandarte de la vitrina, dado que los cristales no se pueden retirar, mientras que las fibras han sido estudiadas hasta con microscopios para conocer los tipos.

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