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Simulación de la rotonda facilitado por el Ayuntamiento. AYUNTAMIENTO VALENCIA

Una promesa de Ribó cada tres días

ANÁLISIS ·

La 'Valencia virtual' del alcalde se acelera con una decena de anuncios este mes, el último este mismo martes con un jardín colgante en la rotonda de la Torre Miramar

Álex Serrano

Valencia

Jueves, 24 de noviembre 2022, 00:29

Nadie sabe cómo será la Valencia del futuro. Si hacemos caso a las promesas de Joan Ribó, que en menos de un mes lleva ya ... una decena de simulaciones presentadas, será muy verde y con mucho espacio recuperado. Pero las elecciones, claro, podrían cambiarlo todo. El último integrante de esa Valencia imaginada y renderizada, que dibuja la ciudad que quieren Compromís y PSPV, es la Torre Miramar, situada en la rotonda de la avenida de Cataluña.

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En línea con el resto de actuaciones en la ciudad, para un mirador que nunca sirvió como tal porque el ascensor fallaba y que quedó abandonado durante casi una década el Ayuntamiento propone un jardín vertical de 45 metros, pérgolas fotovoltaicas para cargar el móvil (en serio) y zonas de sombra con enredaderas, todo ello para convertir la rotonda en una especie de parque especializado para deportes como el 'skate' o el 'parkour', entre otros. Más de 1,2 millones de euros se gastará el Ayuntamiento, si gana el bipartito, claro, en un proyecto que se llevará a cabo durante 2023.

Entra por tanto, esta Torre Miramar imaginada, de lleno en la categoría de promesa electoral. «Si ganamos, haremos esto». Sabedores de lo atractivas que resultan, tanto para medios como para su uso en redes, las simulaciones gráficas, de un tiempo a esta parte el Ayuntamiento y, en especial, las concejalías de Urbanismo (PSPV) y Movilidad (Compromís) van a promesa semanal, una cada tres días. En lo que llevamos de noviembre, se ha anunciado la ampliación del parque de Benicalap, la plantación de árboles en la calle Murta y la avenida Maestro Rodrigo, la súpermanzana de la Petxina, la nueva plaza Forn d'Alcedo, la reforma del parque de Orriols, la renovación de la plaza Sainetero Arniches, la reurbanización de la plaza Santa Mònica y la ya mencionada Torre Miramar. Cada uno de estos proyectos, que se encuentran en distinto estado de ejecución (en la plaza Sainetero Arniches, de hecho, los operarios llevan ya semanas trabajando en los accesos a la misma), ha llegado acompañado de sus respectivas simulaciones.

Los 'renders' que presenta el equipo de Gobierno están, todos, repletos de árboles y plantas

Imágenes, eso sí, con verde. Mucho verde. Tras las críticas por lo dura que parecía que iba a ser la plaza de la Reina (y que ha resultado más amable que las de Ciudad de Brujas o la del Mercado, por ejemplo) atendiendo únicamente a las simulaciones presentadas por el Ayuntamiento, el Consistorio se ha esforzado en que eso cambie. Desde entonces cada render enviado a los medios tiene más verde que el anterior, llegando a extremos casi selváticos con el ya famoso bosque urbano de San Agustín o el parque proyecto para el PAI del Grao, que habrá de sustituir al circuito de Fórmula 1.

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La clave aquí está en discernir cuánta de esta Valencia proyectada verá la luz si, como auguran buena parte de las encuestas, la vara de mando pasa de Joan Ribó a María José Catalá en mayo de 2023. La cosa irá muy al palo, es verdad, y se decidirá por un puñado de votos, pero estos proyectos que está presentando de forma casi compulsiva el equipo de Gobierno podrían quedarse durmiendo el sueño de los justos si el PP gana las elecciones y recupera el despacho de la chimenea.

En esa cartera de proyectos que podrían no ver nunca la luz está la reurbanización de Pérez Galdós, con ese depósito de tormentas en el túnel, o el PAI de Benimaclet. O el soterramiento de la ronda norte, claro, aunque en este caso podría quedar definitivamente enterrado (perdón por el juego de palabras) por el mismo PSPV. Hasta la plaza del Ayuntamiento, ese proyecto de Miquel del Rey, podría no ver la luz si hay cambio de Gobierno. De hecho, en el Ayuntamiento ya se da por hecho que si llega el PP a la Alcaldía echará el freno de mano en buena parte de las medidas puesta en marcha por Compromís, entre ellas muchas urbanísticas.

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Dependería, claro, porque el camino hacia una Valencia más sostenible que, además, será Capital Verde Europea en 2024 ya es imparable. Todos los partidos han asumido la crisis climática y parece complicado defender ahora la creación de avenidas de seis carriles como la avenida del Puerto, pero lo cierto es que parece poco probable que el PP mantenga proyectos que ya son icónicos, como el mencionado depósito de tormentas en el túnel de Pérez Galdós. La avenida del Puerto, por cierto, donde el PSPV quiere ampliar aceras, o el bulevar ajardinado que se plantea para Hermanos Machado (aunque en este caso, de nuevo, podrían ser sus propios socios de Gobierno quienes lo tiraran hacia atrás) también se podrían quedar en el tintero.

Hasta el momento de tirar el voto en la papeleta, todo está encima de la mesa. Los concejales se van a rodear de simulaciones y de proyectos para demostrar que ellos sí tienen ideas para la ciudad. Veremos más calles llenas de árboles, más plazas con pérgolas verdes de vegetación y edificios que se levantan en medio de bosques en medio de la ciudad. O parques en el cauce de un río. Queda medio año para las elecciones y la campaña electoral lleva ya varias semanas de pura actualidad. Aún nos quedan simulaciones por ver mientras unos intentan que su visión de la ciudad se mantenga con buena salud durante cuatro años más y los otros esperan ganar para poder imponer sus propios renders.

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