MAPA | Valencia pisa el freno: el 60% de las calles tienen límite de 30 km/h
Una quinta parte de las vías, que ya son peatonales, confirma la pacificación de la ciudad aunque el cambio no avanza igual en todos los distritos
Valencia vive desde hace años una profunda transformación urbana hacia una movilidad más calmada, segura y adaptada al peatón. La pacificación del tráfico se ha ... convertido en una de las señas de identidad de la ciudad, con medidas como la reducción de los límites de velocidad, la creación de calles peatonales y la consolidación de una red urbana pensada para caminar, pedalear y convivir. Más del 61% de las calles ya están limitadas a 30 km/h y una de cada cinco es exclusivamente peatonal, en línea con las estrategias de sostenibilidad y calidad de vida de las principales ciudades europeas.
Este modelo de ciudad, que continúa avanzando con determinación, se ha ido desplegando progresivamente durante la última década para conseguir una ciudad más amable, más limpia y más humana.Pero este cambio no se da de forma uniforme: mientras que en zonas como Ciutat Vella la peatonalización es el rasgo predominante, en distritos como L'Eixample o el Pla del Real siguen primando los límites más altos, como los 50 km/h. Sin embargo, incluso en estas áreas, se han abierto espacios de velocidad reducida y convivencia que apuntan hacia una nueva cultura urbana que favorece la vida vecinal.
Según estas cifras, del portal de datos abiertos del ayuntamiento de Valencia, la ciudad cuenta con más de 13.000 calles pero cabe precisar que las grandes vías se seccionan en tramos y todos estos se clasifican en siete grupos según su régimen de circulación: 20, 30, 40 o 50 km/h, ciclocalles, calles peatonales y calles residenciales. Cada tipología responde a un modelo de ciudad diferente: del coche al peatón, del tráfico al paseo.
La situación por distritos es la siguiente.
Ciutat Vella a escala humana
De todos los distritos, mención aparte merece Ciutat Vella ya que ninguno representa mejor la transformación que ha sufrido la ciudad en las últimas décadas. De sus 1.349 calles, 808 son peatonales y otras 279 están catalogadas como residenciales. Aquí, el coche es claramente un invitado. El barrio del Carmen, la Seu o el Mercat ofrecen un modelo de movilidad completamente peatonal donde el tráfico motorizado queda restringido a residentes o servicios. Ejemplos como las calles Murillo, Corona, Na Jordana o Moro Zeid demuestran cómo la movilidad compartida y lenta puede convivir con la actividad urbana sin restarle vitalidad.
Si quieres ver las limitaciones de tu calle o las de tu barrio, navega o búscalas en este mapa:
20km/h
Una red en expansión silenciosa
Aunque mucho menos extendidas, las calles con límite de 20 km/h están ganando terreno en puntos muy concretos. Es el caso del entorno del Mercado de Ruzafa, en L'Eixample, donde la estrechez y la vida comercial justifican una velocidad mínima; o en Benimaclet, con ejemplos como las calles Utiel, Enric Navarro o Mistral. Estas calles buscan garantizar la seguridad máxima en zonas con tráfico mixto o alto tránsito peatonal.
30 km/h
La telaraña más extensa
El límite de 30 km/h es hoy la norma en la mayoría de calles de Valencia. En distritos como Poblats del Sud (911 calles), Poblats Marítims (929), Quatre Carreres (886) o Campanar (356), este tipo de vía se impone como la más común. En zonas como el distrito de Jesús, buena parte de las calles residenciales también se sitúan en esta categoría. Son viales que permiten el paso del vehículo privado, pero bajo condiciones que favorecen la convivencia con ciclistas y peatones, como ocurre en los entornos escolares, áreas comerciales o calles interiores de los barrios. Además algunas de estas calles tienen la categorización de ciclocalles tal y como se recoge en las correspondientes señales verticales.
40 km/h
Un límite testimonial
Las calles limitadas a 40 km/h son escasas y localizadas. Algunas de las pocas que existen se encuentran en L'Olivereta, como el tramo de Tres Forques entre Bulevar Sur y Archiduque Carlos, o en Poblats Marítims, como la calle Cavite. Son vías de tráfico moderado, con estructura de gran calle de barrio, donde la reducción de velocidad se queda a medio camino entre la movilidad densa y la calmada.
50 km/h
Los últimos reductos
Mientras tanto, los límites de 50 km/h resisten en grandes avenidas y arterias principales. El Pla del Real es el distrito con mayor número de calles con esta limitación (177), seguido por L'Eixample (161). Se trata de vías como Blasco Ibáñez, la avenida de Aragón o General Gil Dolz, donde el volumen de tráfico y la necesidad de conexión rápida entre barrios mantiene velocidades más elevadas, aunque sujetas a semaforización estricta.
Bulevar Sur
Una de las vías con el límite más alto durante un atasco.Av. Aragón
Curiosa imagen de la concurrida vía en hora punta durante un día en el que se retransmitía un partido de la selección española en el mundial. J. SignesBlasco Ibáñez con Cardenal Benlloch
Ambas vías son de 50km/h y confluyen en uno de los puntos negros de tráfico de la ciudad. I. MarsillaAv. Pérez Galdós
El túnel es uno de los puntos más problemáticos de la ciudad. Su límite es de 50 km/h. D. TorresFernando el Católico con Ángel Guimerá
Es otro de los puntos negros del tráfico valenciano. La gran vía tiene límite de 50km/h y Guimerá de 30km/h. I. MarsillaCalles peatonales
Espacio ganado al coche
Más allá de Ciutat Vella, la peatonalización se extiende poco a poco a otros barrios. En Benicalap, por ejemplo, las calles Florista o Carlos Climent González han sido adaptadas para un uso exclusivamente peatonal. En Benimaclet, la plaza del mismo nombre y la calle Guardia Civil constituyen dos espacios donde el peatón es protagonista. Son actuaciones que permiten recuperar espacios públicos para el paseo, el juego y la vida cotidiana sin vehículos y que intentan recuperar la esencia de estos barrios que antes fueron pueblos.
Calles residenciales
Prioridad compartida
Por último, las calles residenciales suponen un modelo intermedio entre las vías peatonales y las motorizadas. Aquí, los vehículos pueden circular pero siempre en convivencia con el peatón, que tiene prioridad y con límite de 20km/h. Además de las numerosas calles de Ciutat Vella en esta categoría, como Murillo, Na Jordana o Moro Zeid, también existen ejemplos en Poblats del Sud o Quatre Carreres, aunque su presencia es muy reducida en comparación.
La tendencia hacia una ciudad más calmada y habitable parece consolidarse, aunque no sin tensiones ni contrastes. Las diferencias entre los vecinos que quieren un barrio más tranquilo y los que necesitan desplazarse y aparcar siempre han existido y existirán pero las cifras muestran un avance evidente en la reducción de la velocidad y la ampliación de zonas peatonales, especialmente en el centro. La implantación de esta nueva cultura urbana no es homogénea ni inmediata, pero el rumbo está marcado: Valencia se alinea con otras capitales europeas que apuestan por priorizar la vida vecinal, la seguridad vial y la sostenibilidad en el espacio público.
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