Urgente Los WhatsApp de Pradas muestran que Presidencia conoció que había un fallecido por la dana a las 16.28 horas
La malla que protege de posibles desprendimientos en el interior de la iglesia del Temple. Irene Marsilla

El deterioro de la iglesia del Temple

Una malla azul para evitar desprendimientos, grietas, humedades y desconchados siguen amenazando una joya del patrimonio artístico donde «urge una reforma integral» I Ante la escasez de ayudas, de momento sólo podrá restaurar la puerta y mejorar la iluminación exterior

Laura Garcés

Valencia

Viernes, 3 de octubre 2025, 01:09

La iglesia del Temple vuelve a lanzar un SOS. Su restauración es urgente. Necesita una actuación para liberarse de los sobrepesos que soporta y que ... ocasionan grietas en el templo. Lleva ya cinco años protegiéndose de desprendimientos con una malla azul, pero por más intentos que se han hecho por conseguir ayuda del Estado y de la Generalitat, la respuesta que llega no es satisfactoria. La situación es preocupante. Y lo es desde hace varios años, lo cual acentúa el deterioro del templo. De momento, lo único que se va a poder hacer, es restaurar la puerta y mejorar la iluminación exterior. Tanto es así que el padre Ócar García Mulet, CVMD, Rector de la Iglesia de Santa María del Temple, asegura que «urge acometer una reforma integral».

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El recorrido por las capillas pone ante los ojos grietas, desconchados, suelos levantados y daños en las pinturas al fresco de Vergara en el ábside y los lunetos o en el espectacular trampantojo de Filipo Fontana. Unas y otras soportan la amenaza del daño. Cada imagen que se descubre testimonian las palabras del padre Óscar..

La acción más importante que tienen que afrontar es «aligerar el peso que soporta el templo», circunstancia de la que se han derivado las notorias grietas que sufre una construcción con elementos de interés arquitectónico. Pero no sólo eso, además, también los frescos necesitan una intervención, tanto para su mantenimiento como para su restauración.

A principios de verano los responsables de la iglesia mantuvieron una reunión con la delgada del Gobierno, Pilar Bernabé. El padre Óscar explica que fue un encuentro «muy amable», pero del que no surgieron resultados significativos. La reunión sirvió para conocer las líneas de ayuda a las que se pueden acoger, algo que ya conocían los representantes del Temple. Tampoco la Generalitat ha ofrecido respuestas que puedan llevar a pensar en que se pueda acometer la restauración «integral» que requiere. Incluso, siempre según el relato del padre Óscar, se han puesto en contacto «con fundaciones privadas», que no han ofrecido una posible solución.

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Ante todas estas circunstancias, al Temple no le queda más alternativa por el momento que «someterse a un lavado de cara». Pero lo cierto es que se trata de un lavado de cara muy superficial. Será muy poca cosa. «En noviembre vamos a iniciar la restauración de la puerta», advierte el padre Óscar. La intervención prevista responde a limpiar y mejorar el estado del metal que la cubre, que se encuentra muy oxidado.

A esta ligera actuación, si se considera todo cuanto el Temple necesita, se añadirá la mejora de la iluminación de la fachada. Es una manera de tratar de mejorar la imagen que a primera vista regala uno de los pocos templos neoclásicos que lucen en Valencia y que se podrá ejecutar gracias a unos microcréditos que concede la Generalitat.

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En diciembre se cumplirán dos años desde que LAS PROVINCIAS se acercó a esta Iglesia y pudo comprobar cómo el olvido se estaba adueñando de una joya del patrimonio arquitectónico y artístico que, además, está ligado a la historia de los valencianos en tanto que este templo originariamente fue la construcción donde en 1238 se depositó el 'Penó de la Conquesta' del Rei Jaume I.

Desde entonces, como asegura el padre Óscar, nada ha cambiado. excepto ese «lavado de cara» que ahora se va a acometer. El responsable del templo recalca que intervenir «es urgente». Es la manera que tiene el religioso en intentar que se escuche la voz que pide ayuda para restaurar los daños y que estos no vayan a más, que no se agraven.

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La iglesia del Temple es una construcción que sorprende, tanto por la regia arquitectura que la sustenta como por su fuerza estética. Pero, sin embargo, una red de protección recorre la bóveda en toda su extensión sobre la nave central. En 2020, bajo las directrices de Juan Reig, arquitecto del Arzobispado, se está llevando un seguimiento de la evolución del edificio. Esta tarea que persigue conocer si hay avance de los daños y se lleva a cabo con los medios más avanzados que hoy permite la tecnología, es lo que se conoce como monitorización de la estructura.

Las actuales paredes, las que se construyeron por orden del rey Carlos III, son herederas de otros templos previos que ocuparon el mismo suelo. En esta esquina de la hoy plaza del Temple, se levantaron los primeros muros tras la Reconquista, «cuando se donó a la orden de los Templarios, que allí estuvieron unos setenta años», recuerda el padre Óscar. Los bienes de aquella orden pasaron a los de otra, la de Montesa. Y cuenta la historia que en 1725 se construyó una nueva Iglesia. Con posterioridad, la Orden de Montesa, que tuvo su sede en el castillo de la localidad hasta que el terremoto de 1748 destruyó la fortificación, llevó al Rey Carlos III a decidir en 1761 la construcción del convento -Delegación del Gobierno- y la iglesia que hoy se contempla necesitada de una intervención que le devuelva el brillo del arte y de la historia.

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