Dos turistas se fotografían en el centro de la ciudad.

Vecinos de Ciutat Vella contabilizan 2.500 apartamentos turísticos ilegales en el centro de Valencia

Los cálculos oficiales hablan de 700 pero no todos los dueños registran sus viviendas en la Agència Valenciana de Turisme

ÁLEX SERRANO

Martes, 12 de julio 2016, 21:14

Los apartamentos turísticos ilegales empiezan a exasperar a los vecinos de Ciutat Vella, Ruzafa y, ahora, también a los de Camins al Grau y el Marítim. Según los cálculos de la Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Ciutat Vella, solo en el centro de la ciudad hay unos 2.700 apartamentos turísticos ilegales. Los cálculos oficiales de la Agència Valenciana de Turisme (AVT) hablan de apenas 700 en Ciutat Vella, pero los vecinos aseguran que hay calles en el barrio de El Carmen, el más afectado por el exceso de este tipo de vivienda vacaciones, en el que uno de cada cuatro pisos ya funciona como apartamento turístico. En Ruzafa, los cálculos vecinales hablan de entre 120 y 130. Según la AVT, hace un mes apenas había registrados en la ciudad poco más de 1.230.

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La coordinadora ha comenzado esta misma semana «campaña de carteles en los balcones para denunciar la problemática de los apartamentos turísticos instalados en fincas de vecinos», según el portavoz de la entidad, Juan Bayona. «Buscamos defender el derecho al descanso de las personas que vivimos en Ciutat Vella frente al abuso por parte de los que solo buscan extraer beneficios a costa de convertir el centro histórico es un paraíso para el turismo de borrachera», comentó el dirigente vecinal.

Aunque los carteles se presentaron el pasado mes, no ha sido hasta semana cuando los vecinos han comenzado a pedirlos para colgarlos en sus terrazas. La idea partió del propietario de una vivienda situada en la calle Miracle del Mocadoret. «Se decidió a empezar esta campaña después de que los ocupantes de dos de esos apartamentos turísticos hicieran una 'fiesta de la espuma' de madrugada, vaciando por las escaleras los contenidos de los extintores», comenta Bayona. En ese caso, la limpieza de esos productos químicos, «que son tóxicos y muy contaminantes», la tuvo que afrontar el vecino, ya que los ocupantes del apartamento, aunque fueron identificados por la Policía Local, «regresaron a su país unos días después y están ilocalizables», lamenta el dirigente vecinal.

Nueve denuncias en un año

Tal y como comprobó este diario, la Policía Local ha impuesto un total de nueve denuncias desde junio del pasado año hasta el mes pasado a apartamentos turísticos. La Policía Local explicó que estos establecimientos, al ser ilegales, «cuando se ven 'acechados' optan por cerrar». Las siete denuncias se impusieron «por ruidos y actos de gamberrismo» que molestaron a los vecinos. Muchos otros apartamentos cerraron sin denuncia, tras la presión policial, según explicaron las mismas fuentes. Las otras dos denuncias fueron por falta de licencia municipal.

Las quejas de los vecinos han llegado hasta el distrito marítimo de Valencia. Los vecinos del Cabanyal y del Grao empiezan a notar, en sus propias carnes, las molestias que hasta el momento se circunscribían al centro de la ciudad y a Ruzafa, según ha podido saber este diario.

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Las quejas van desde molestias provocadas por el ruido hasta denuncias por desperfectos en las zonas comunes de los edificios. Aunque las asociaciones de empresas de apartamentos turísticos insisten en asegurar que el usuario de uno de estos establecimientos «no tiene por qué ser un grupo de jóvenes que viene a desfasar» e indican que un porcentaje muy elevado de los clientes son familias, lo cierto es que vecinos de los edificios en los que se sitúan estos apartamentos o en sus alrededores temen que el centro de la ciudad se convierta en «un parque temático del turismo de borrachera», como indica Bayona.

El Ayuntamiento de Valencia, mientras, intenta encontrar el punto medio entre una ordenanza restrictiva que obligue a los apartamentos a tener los mismos servicios que un hotel, como la que quería poner en marcha el Consistorio, y otra laxa que haga que se dispare la cantidad de pisos empleados para este fin. El concejal de Turismo, Joan Calabuig, estudia varias opciones para controlar en la medida de lo posible los apartamentos turísticos.

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