Tres arrestados por allanamiento de morada y coaccionar a unos inquilinos
Dos de los detenidos en Valencia confiesan que su arrendador les obligó a tirar los enseres de una pareja al contenedor o «llenaba el piso de putas»
¿Qué pasaría si una tarde salen de casa y al regresar, tres horas después, se encuentran con la cerradura cambiada y todos sus enseres tirados en un contenedor? Eso es lo que les ocurrió el pasado lunes a una pareja de nacionalidad argentina, residentes en Valencia, cuando otros dos inquilinos de un inmueble de la calle Gibraltar, que es utilizado como casa patera con varias habitaciones alquiladas, se deshicieron de las pertenencias de estas personas, que además tienen un hijo pequeño, siguiendo presuntamente órdenes del arrendador.
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Tanto este último, un hombre de 41 años y origen boliviano, como los dos inquilinos que supuestamente le ayudaron a vaciar la habitación-domicilio de las víctimas, han sido detenidos por la Policía Local de Valencia por los delitos de allanamiento de morada y coacciones.
Los hechos denunciados ocurrieron el pasado 11 de agosto por la noche cuando la Policía acudió a un aviso de unas personas que aseguraban que habían vuelto a su domicilio, en la calle Gibraltar de Valencia, y no podían entrar porque, al parecer, alguien había cambiado la cerradura. Los afectados, una pareja argentina, explicaron a los agentes que en el interior de la habitación que tenían alquilada tenían una suma de dinero en metálico –unos 4.000 euros–, dos ordenadores portátiles y un televisor de 42 pulgadas, entre otras pertenencias de menor valor.
Cuando los agentes interrogaron a otros dos inquilinos que había en la casa, estos negaron que la pareja viviera ya allí y que se marcharon el 25 de julio porque eran bastante conflictivos. No obstante, los denunciantes acreditaron con una grabación que esa era su residencia y además los agentes encontraron pequeños restos de comida que acreditaban el relato de estas personas. En su habitación, totalmente vacía, solo quedaba un colchón.
La policía localizó a un testigo que precisamente había visto esa tarde, en torno a las 20.00 horas, a los inquilinos identificados por la policía tiraron enseres, ropa y hasta un patinete eléctrico a los contenedores de la esquina. Allí estaban buena parte de las pertenencias de las víctimas, aunque las más valiosas habían durado poco tiempo en la basura.
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Al haber sido reconocidos por este testigo, los inquilinos confesaron a los policías, y posteriormente en el juzgado, que habían vaciado la habitación de esta pareja siguiendo las indicaciones de su arrendador, quien les había presuntamente coaccionado para ello. Según la versión que dieron, el hombre les amenazó con «llenarles la casa de putas» si no tiraban a esta pareja argentina, que llevaba sin pagarle supuestamente dos meses.
Los tres detenidos están ya en libertad, sin orden de alejamiento respecto de los denunciantes, pero con la obligación de comparecer una vez al mes a firmar en el juzgado.
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