La red de narcos sobornó a altos cargos portuarios para infiltrar a más estibadores y camioneros
Las escuchas telefónicas desvelan el sometimiento de algunos de los rescatadores de cocaína: «Que se joda por perra, se ha metido en una hipoteca muy alta»
La red 'narcoportuaria' desmantelada por la Policía pretendía infiltrar al máximo número de trabajadores en el puerto de Valencia para tener mayor disponibilidad de ... estibadores y camioneros para realizar los rescates de alijos de cocaína en las bases de contenedores.
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Según las investigaciones de la Policía, con ocho agentes encubiertos y escuchas telefónicas, uno de los cabecillas de la red habría sobornado a varios altos cargos portuarios con agasajos de cientos de euros, jamones y hasta un vehículo de alta gama para favorecer la corrupción.
Los estibadores investigados también facilitaban el acceso de miembros de la organización criminal a la formación portuaria, un requisito previo para lograr un empleo, alteraban los resultados de exámenes y test de droga, falsificaban documentos y regentaban en la sombra empresas de transportes.
Gracias a los cargos que ocupaban en el comité de empresa del Centro Portuario de Empleo (CPE), los investigados favorecieron la relación comercial con empresas que realizaron los servicios de extracción de contenedores con droga.
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Los investigadores de la UDYCO ponen nombre y apellidos al principal corruptor de la organización criminal, un destacado miembro del comité de empresa de la antigua sociedad de estiba, que actuaba como nexo entre los líderes del cartel del puerto y las instituciones tanto públicas como privadas.
La participación de este individuo en la corrupción portuaria no era un componente secundario, ya que la Policía considera que desarrollaba un papel fundamental para preparar las operaciones de narcotráfico. La organización delictiva gastaba grandes cantidades de dinero en introducir a sus miembros en el empleo portuario para tener acceso al mayor número de turnos de trabajo y terminales posibles.
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Las escuchas telefónicas desvelan que uno de los detenidos llegó a cobrar hasta 500.000 euros por coordinar una compleja operación de rescate de droga, y para recibir las órdenes de otros miembros de la red necesitó un teléfono encriptado.
Los investigadores también averiguaron que los estibadores corruptos estaban presionando a otro trabajador, porque se había negado por miedo a realizar una segunda extracción de droga. El grupo delictivo había logrado un empleo para el hermano de este portuario, y después lo hostigaba para que devolviera el favor.
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En una de las conversaciones grabadas por la Policía se observa animadversión hacia tres estibadores, uno de ellos por no querer participar en el rescate de la cocaína. «Que se joda, que se joda por perra, se ha metido en una hipoteca muy alta», espeta uno de los investigados. Otro le contesta: «No dan a basto. Los tres son marqueses, pero la culpa es de los que los han hecho marqueses».
La conversación continúa hablando de un cuarto estibador: «Sabe lo que es, sabe lo que hay y sabe quién es y de dónde viene». Los investigadores entienden que la sumisión de algunos de los trabajadores portuarios con respecto a la organización delictiva era muy grande, y tenían luego que obedecer sus órdenes para no tener problemas.
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Gracias a la información que lograron los policías infiltrados, el juez que instruye la causa pudo conocer la logística e infraestructura de la red 'narcoportuaria' antes de ordenar las detenciones.
Cocaína, lingotes de oro y armas
El mayor golpe policial al entramado portuario del narcotráfico en España, la operación 'Spider', se ha saldado con 85 detenciones, la incautación de 4,5 toneladas de cocaína y 59 registros en Quart de Poblet, Benetússer, Sedaví, Aldaia, Massamagrell, Massalfassar, Alboraia, Mislata, Puçol, Picassent, Sueca (el Perellonet), Algemesí, Montroi, Sagunto, Albalat dels Tarongers, Canet d'en Berenguer, Bétera, la Pobla de Vallbona, Chiva, Godelleta, Benigànim, Almenara, Alquerías del Niño Perdido e Ibiza.
Además de los alijos de cocaína confiscados, los agentes antidroga se incautaron también de 365.000 euros, 53 vehículos de alta gama, una embarcación valorada en 400.000 euros, lingotes de oro, diamantes, 60 relojes de prestigiosas marcas y ocho armas de fuego, entre ellas tres revólveres y dos bolígrafos pistola.
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En los operativos policiales simultáneos participaron cerca de 400 agentes de diferentes unidades con el apoyo del Grupo Especial de Operaciones (GEO), la Unidad Aérea de la Policía Nacional, el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), la Unidad de Guías Caninos, el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) y la Unidad de Reacción y Preveción (UPR).
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