«Llevo más de un año sin saber qué ha sido de mi único hijo»
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La Navidad agrava el dolor de las familias de los desaparecidos. La madre del alicantino Félix José Esquerdo vive angustiadaLa Navidad, tiempo de reencuentros, el dolor de las familias de desaparecidos se hace aún más intenso. Como si se lo hubiera tragado la ... tierra. Félix José Esquerdo Martínez tenía 34 años cuando desapareció el pasado 3 de octubre de 2020. Dijo a su madre que había quedado con unos amigos a los que conoció por internet. Y hasta la fecha. «Nada nuevo, ninguna noticia, siempre a la espera, llevo más de un año sin saber qué ha sido de mi único hijo...», lamenta su compungida progenitora.
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Isabel Martínez, de 72 años, jubilada y establecida en Alicante desde la infancia, resume su historia. «Vivía en casa conmigo. Hoy tiene 35 años, si no está muerto». Trabajaba como auxiliar técnico de Farmacia en un local de Benidorm.
Así lo recuerda su madre: «Investigaba cuestiones de salud y medicina, quería buscar una cura para el cáncer y el envejecimiento… Amaba la electrónica. Jamás me comunicó un problema personal, ni amenaza, ni temor. Era un muchacho tranquilo y poco salidor».
El viernes 2 de octubre comió con ella y se acostó tras informarle de sus planes para el día siguiente: «Me voy a Alicante, que he conocido a una gente por internet a ver cómo quedamos para mañana. Hemos puesto 20 euros para comer en la montaña, en la Serra Grossa». Se marchó con un chándal, una mochila, su documentación y el móvil.
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A las 9.52 horas, telefoneó a su madre: «Ya he desayunado. Voy a dejar la moto en el centro comercial y nos vamos en coche. Al final no vamos a la Serra Grossa, sino a otra montaña». Y a partir de ahí, silencio y ausencia. «Su teléfono aparece desconectado desde las 12.03 de ese sábado», detalla Isabel.
Tras comprobar que ya ni siquiera había ido a la farmacia a trabajar, Isabel denunció la desaparición a la Policía Nacional. «La investigación policial no ha aclarado absolutamente nada», lamenta la madre. La mujer ha movido cielo y tierra en busca de su hijo. Ha sembrado internet de carteles e incluso mandó su ordenador a analizar a una empresa de investigación privada.
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«Con el análisis del portátil me dijeron que había estado en Portugal, Francia e Inglaterra, sin embargo la Policía Nacional descarta esas posibilidades». Para la madre, todo es un misterio. «Su moto no estaba donde él dijo, apareció en una urbanización de El Campello, perfectamente cerrada, sin forzar y sin casco». Desde la desaparición, «ni un sólo movimiento bancario en su cuenta. Sus ahorros, intactos».
Así resume su angustia: «Todo son incógnitas. Me pregunto si han investigado a las personas con las que se marchó. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que se haya tirado al mar o se haya ido al extranjero, pero no hay pruebas de nada». El caso sigue abierto en manos de un juzgado alicantino. «Iban a cerrarlo a los dos meses por falta de pruebas. Pedí que no lo hicieran. Una madre necesita respuestas. Me puede costar la vida, pero mi hijo tiene que aparecer».
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