El crimen pasional que aún desconcierta en Valencia
El asesinato urdido por Maje y su amante Salva cumple ocho años entre el asombro de quienes lo vivieron | Ahora protagoniza una película y un podcast de LAS PROVINCIAS
«Todavía me desconcierta, me asombra y nunca entenderé cómo Salvador pudo cometer un crimen. No lo entendí el primer día, ni siquiera ahora conociéndolo». ... Así se expresa la abogada de Salvador Rodrigo Lapiedra, la mujer que sigue visitando y asistiendo en prisión al hombre que en verano de 2017 asesinó a cuchilladas al ingeniero de Novelda Antonio Navarro Cerdán en su piso del barrio valenciano de Patraix.
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El caso elevó a niveles mediáticos pocas veces visto el nombre de Maje, María Jesús Moreno, la otra parte de la acción criminal. Ella es la mujer de Antonio, la viuda y entonces amante de Salva. Juntos urdieron un asesinato que sirve de base para la película 'La viuda negra', que Netflix estrenó el viernes.
Como destaca su productor y guionista, Ramón Campos, «intentamos comprender por qué una mujer decide que es mejor asesinar a su marido que divorciarse». Con todo, «la psicología de Maje es para mí un misterio. Creo que podemos comprender cómo llegó hasta ahí, pero nos sigue desconcertando mucho». También incógnita absoluta en la conducta de Salva. «Era buen padre, buen amigo, buen hijo...», repetía en el juicio la destrozada esposa del asesino.
El impacto en diferentes medios que todavía genera el suceso y su repercusión son analizados también en el podcast documental disponible desde hoy en la web de LAS PROVINCIAS. 'Maje: autopsia a una asesina'.
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Dolor. Desconcierto. Incomprensión. Es la estela de este caso ocho años después: cómo dos personas educadas en la cristiandad, con vocación de ayudar y cuidar a los enfermos, de curar en el hospital de Valencia donde trabajaban y se conocieron, acabaron transformadas en asesinos. Unidos (y luego desunidos) por una alianza letal que es una montaña rusa, un laberinto de secretos, impulsos, mentiras y sentimientos que les ha abocado a la prisión. Y, colateralmente, al enorme impacto en su entorno, tanto en Valencia como en Novelda. «Aguantando todo lo que venga... Las familias estamos destrozadas», aseguraba hace una semana María Dolores Cantó, madre de Maje, desde Novelda.
El futuro para los asesinos se escribe hoy en dos prisiones valencianas y a diferentes ritmos. Él cumple sus 17 años de prisión en Picassent, el mismo centro donde ingresó tras su arresto y donde se gestó el cambio en su conciencia: de asumir todas las culpas del crimen a confesar «la verdad», que los dos lo pactaron y prepararon.
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A casi 150 kilómetros, en la unidad de madres Irene Villa de Fontcalent, Maje tacha los días hasta completar 22 años de cárcel. La que causó la muerte de su esposo se aferra hoy a una nueva vida: su hijo con otro recluso homicida.
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