Los casos en los que los radares no multan a pesar de haber superado el límite de velocidad
Para hacer cumplir los límites de velocidad, se utilizan diversos métodos ytecnologías, siendo los radares uno de los más comunes
Clara Alfonso
Martes, 6 de junio 2023, 20:19
En el ámbito de la seguridad vial, los límites de velocidad y la instalación de radares son dos aspectos fundamentales para garantizar la seguridad en carreteras. Regular adecuadamente el tráfico y asegurar su cumplimiento son medidas clave para prevenir accidentes y salvaguardar tanto a conductores como peatones. Para hacer cumplir los límites de velocidad, se utilizan diversos métodos y tecnologías, siendo los radares uno de los más comunes. Son dispositivos electrónicos diseñados para medir y registrar la velocidad de los vehículos que pasan por su alcance. Cuando detectan un exceso de velocidad, registran la información necesaria (velocidad del vehículo, la hora y la ubicación), para que pueda ser utilizada posteriormente para generar una multa al propietario del vehículo infractor. Estas multas pueden variar según las leyes y regulaciones vigentes en cada momento, e incluir sanciones económicas, pérdida de puntos del carnet de conducir o incluso medidas adicionales, como cursos de reeducación vial.
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Sin embargo, existen determinados casos en los que, a pesar de haber superado el límite de velocidad, los radares no emiten una multa. Estas situaciones excepcionales, pueden generar cierta confusión entre los conductores, por ello que a continuación explicamos algunas de las más comunes: Si el radar contradice la señalización previa que indica el fin de un tramo con una velocidad máxima aplicada, no se podrá imponer ninguna multa por exceso de velocidad.
Esto se debe a que el conductor está actuando dentro de los límites legales establecidos y no está infringiendo ninguna norma. Si el dispositivo no se encuentra en buen estado para cumplir con su función de manera precisa, puede haber casos en los que la multa generada por dicho radar no sea efectiva. La ley establece que los radares deben someterse a una calibración periódica para garantizar su correcto funcionamiento y evitar posibles errores en la detección de infracciones de velocidad. Existen casos en los que las propias fotografías tomadas por el radar pueden ser un factor determinante en la efectividad de una multa por exceso de velocidad. Según la normativa, debe capturar al menos dos instantáneas distintas del vehículo infractor para que puedan ser presentadas como prueba en el proceso de imposición de la sanción. El margen de error es otro aspecto a tener en cuenta en la efectividad de una multa generada por un radar. Estos dispositivos tienen un margen de error, lo que significa que se permite circular unos kilómetros por hora más rápido sin que se considere una infracción. Si esa diferencia no se aplica correctamente, tampoco se podrá imponer sanción alguna. También puede darse el caso de que la persona encargada de redactar la multa, cometa errores al ingresar los datos del vehículo infractor. Por ejemplo, en el nombre, la dirección o la matrícula del coche. Si esto ocurre, la multa tampoco será efectiva.
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