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Mayores al volante: radiografía de una franja de la población adicta a conducir

Un estudio menciona que casi ocho de cada diez seniors conduce con frecuencia aunque destaca su elevada concienciación ambiental

Jorge Alacid

Valencia

Lunes, 16 de junio 2025, 00:38

El V Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado en noviembre de 2024 –con la colaboración de Google–, es un proyecto impulsado por Fundación Mapfre que radiografía ... los hábitos de los más de 16 millones de españoles que superan los 55 años. Además, el análisis profundiza en temáticas diversas y en sus actitudes ante la vida (salud, sénior como red de apoyo, edadismo, e, incluso vida sexual). «La realidad que revela este análisis muestra una población sénior española con más de un ingreso por hogar y con capacidad para ayudar económicamente a sus familiares o amigos», señalan sus autores, que mencionan una serie de atributos: es una franja de edad cuyos miembros se cuidan, apenas usan la sanidad hasta que cumplen 70 años, son propietarios de vivienda en la que viven pero no todos la tienen adaptada para la dependencia... Además, están muy presentes en internet y son optimistas respecto a su situación económica: unas conclusiones genéricas que además apuntan a un rasgo en concreto en cada uno de los barómetros. Por ejemplo, una cuestión a menudo controvertida: su comportamiento al volante.

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¿Qué clase de conductores son los 'boomers' españoles? El estudio responde en términos muy concluyentes. Llama la atención que una inmensa mayoría (el 77%) considera que no hay una edad concreta en la que se es mayor para conducir, sino que depende de las condiciones y situación de cada persona. Y también se mencionan tres elementos clave para comprar un vehículo en la edad senior: el más citado, la seguridad (66%). Luego figuran otros dos factores, el precio (61%) y la comodidad (21%), que ayudan a entender el marco completo presidido por una idea fuerza: la conducción sigue siendo una actividad habitual y bien valorada entre los mayores de 55 años.

Sin embargo, también aparecen otros elementos como el alto coste de los vehículos, las limitaciones de tráfico en las ciudades y el deterioro físico propio de la edad entre las principales preocupaciones de los mayores para seguir activos al volante. Según los datos recogidos en el 'V Barómetro del Consumidor Sénior', el 73% de los sénior considera que el precio actual de los vehículos y la dificultad para adquirir un coche es una barrera importante para seguir conduciendo. A ello se suman otras razones, como las limitaciones al tráfico en las ciudades, como las zonas de bajas emisiones, que destaca el 53% de los encuestados, así como el estado de salud y la falta de reflejos para enfrentarse a la conducción, al que se refiere el 45%.

Otras conclusiones del estudio son igualmente curiosas. Por ejemplo, la alta importancia que conceden los seniors al impacto medioambiental (16%) y el diseño o la estética (12%) a la hora de adquirir un coche, «lo que confirma la idea de un consumidor sénior centrado en la funcionalidad, la fiabilidad y el bienestar». Es lógico otro rasgo que apunta la investigación: que el uso del coche disminuye con la edad, aunque también sigue siendo frecuente ver a los sénior al volante: el 74% de los encuestados entre 55 y 59 años conduce al menos una vez a la semana, cifra que se mantiene alta en el tramo de 60 a 64 años (73%) y algo más baja en el de 65 a 69 (66%). A partir de los 70 años, el porcentaje cae al 46%, aunque el 59% sigue utilizando el coche ocasionalmente.

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Y más hallazgos curiosos. Cuando se les pregunta si hay una edad concreta para dejar de conducir, el 77% de la población 'boomer' responde que no existe un límite fijo y que todo depende de las condiciones de cada persona. «Este enfoque, basado en la capacidad individual, pone en valor la importancia de analizar cada caso de forma personalizada y no establecer barreras automáticas por razón de edad», señalan los responsables de la investigación, que ponen el foco sobre una consideración de carácter global: una recomendación que sirve tanto para cuando los seniors se suben al coche como para otros órdenes de la vida. A saber, «la importancia de que exista una comunicación abierta entre las personas mayores, su entorno y los profesionales sanitarios, que permita abordar esta cuestión con naturalidad y tomar decisiones ajustadas a cada situación concreta».

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