El boom de los yates: la carrera por el selfie perfecto
Las embarcaciones de recreo ya suponen casi la mitad de la flota española. El Mediterráneo y sus islas concentran gran parte del tráfico, pero la saturación se extiende por todo el planeta y cada vez quedan menos rincones tranquilos para hacerse la foto soñada
Estos días resulta casi imposible entrar en redes sociales y no encontrarse con la imagen de un bonito velero fondeado en una cala de aguas ... transparentes, con el tiempo detenido en el horizonte. Es una de las estampas más repetidas por influencers y figuras del espectáculo, y no solo porque luzca bien en pantalla: los amantes del mar saben que pocas cosas se comparan con el placer de dejarse mecer por las olas, lejos del bullicio que llena las orillas. Nada como el verano para redescubrir el Mediterráneo desde una proa, lejos del asfalto, la prisa y las playas saturadas. Sin embargo, esa postal perfecta es cada vez más difícil de lograr: hoy, la mitad de las embarcaciones con bandera española son yates o veleros. Este dato revela una creciente pasión por la navegación… y también la saturación que afecta a muchas zonas del litoral, donde cada vez quedan menos rincones tranquilos en los que hacerse el selfie perfecto.
Con más barcos navegando, especialmente durante los meses estivales, las calas se llenan, los fondeos se disputan, los accidentes se multiplican y las autoridades refuerzan los controles. Pero la llamada del mar sigue siendo irresistible: navegar, aunque sea unas millas, sigue siendo una de las formas favoritas de vivir el verano.
En la actualidad, de los 11.344 buques que lucen bandera española, 5.324 son yates o veleros; el 46,93%. Son cifras de VesselFinder, una página web que utiliza los datos del sistema AIS (Automatic Identification System), obligatorio para gran cantidad de buques, pero no para todos. Los de eslora inferior a 12-15 metros y según las exigencias locales, no tienen porqué llevarlo, así que la cifra podría ser todavía mayor.
Si seguimos buceando en este registro encontramos que hay 206.399 yates o barcos de vela de todo el mundo por lo que los españoles suponen el 2,58% del total.
El resto de embarcaciones que ondean los colores patrios son los pesqueros, segundo grupo más numeroso con un 23% del total; seguido de los barcos de pasajeros y cruceros (4,15%), remolcadores, buques de carga, embarcaciones militares y petroleros.
Destinos favoritos
Un simple vistazo al Meditarerráneo muestra la preponderancia de estas aguas como destino de embarcaciones de recreo. Marbella, Málaga, Alicante y Barcelona en la costa este y las rías gallegas, Gijón y Santander son las que más aglomeración registran. Todo esto con permiso de las islas ya que tanto las Canarias como las Baleares se pueden observar el mayor número de barcas de recreo. Esta situación es recurrente en el resto de islas. Las favoritas son Córcega, Malta y las islas griegas Jónicas y del Egeo; sin olvidar los archipiélagos y atolones del Adriático oriental.
Si queremos comprobar el nivel de ocupación o saturación del Mediterráneo, basta con mirar el trasiego de yates durante unas horas cualquier día de esta semana.
Pero no sólo hay yates en el Mediterráneo. De hecho hay otra zona que se disputa con las cálidas aguas el ser favorita para las embarcaciones de recreo. Se trata del norte de Europa. El mar del Norte, y más concretamente, Holanda y Dinamarca son las áreas con mayor presencia de embarcaciones de recreo. Aquí la tradición náutica se mantiene y la tripulación de barcos pasa de padres a hijos y de generación en generación. Una cultura profundamente arraigada que convierte a estos países en auténticos santuarios para los amantes del mar, donde la navegación no es solo un pasatiempo estival, sino una forma de vida durante todo el año.
Al otro lado del mundo, también hay puntos calientes para la navegación de recreo. El Caribe, con sus aguas turquesas, playas de arena blanca y una climatología estable durante todo el año, es un imán natural para los yates de lujo. Las Antillas Menores, las Islas Vírgenes, Bahamas o San Bartolomé conforman algunas de las rutas más deseadas por los aficionados a la náutica, tanto por sus condiciones de navegación como por la variedad de servicios y marinas de alta gama que ofrecen. En estas zonas, el turismo náutico es una verdadera industria que mueve millones y atrae a visitantes de todo el mundo. En Estados Unidos, el mayor tráfico se observa en Florida y en la costa Este, aunque también hay algunas aglomeraciones en los cayos de California y de la canadiense isla de Vancouver.
También destacan otros enclaves más remotos, como la costa oeste de Australia y las aguas cristalinas del Pacífico Sur. Las islas Fiyi, Salomón o la Polinesia Francesa ofrecen paisajes vírgenes y una cultura ancestral. Además, se han convertido en destinos clave para embarcaciones de recreo de gran eslora, ya que sus territorios están menos masificados… por ahora. Y si hablamos de menor presión náutica, cabe destacar Sudamérica, que es, junto con algunas zonas del sudeste asiático, uno de los espacios del planeta donde menos embarcaciones de recreo se concentran.
Puertos
Pero volvamos a casa. Si descendemos al detalle de los puertos de la Comunitat Valenciana, encontramos un notable trasiego de embarcaciones de recreo en estas fechas. Basta con observar el estado de ocupación a principios de esta semana para ver que los puertos de València, Dénia y Alicante figuran entre los favoritos de los navegantes locales y foráneos. No es casualidad: son también los enclaves con mayor número de amarres y mejores servicios, lo que los convierte en auténticos nodos del turismo náutico mediterráneo.
En cualquier caso, cada pocos kilómetros de costa de la Comunitat hay algún fondeadero en el que poder recalar por la noche o ponerse a resguardo cuando las tempestades arrecian. Algunos son pequeños atracaderos como los de Vinaroz, Benicarló, La Pobla de Farnals o El Campello pero otros presentan una capacidad respetable como Santa Pola, Torrevieja, Altea y Calpe.
Embarcaciones
En cuanto al tipo de embarcaciones que podemos ver estos días, hay que tener en cuenta que el Mediterráneo se convierte en una pasarela flotante donde podemos encontrar desde majestuosos yates de más de 40 metros de eslora hasta elegantes veleros clásicos de madera. Las aguas que bañan la costa española, francesa o italiana acogen una gran variedad de barcos que reflejan tanto lujo como tradición. Entre las embarcaciones más comunes destacan los yates a motor, con líneas modernas, cubiertas amplias y tecnología de última generación, que suelen fondear frente a calas recónditas o desfilar por enclaves como Ibiza, la Costa Azul o Capri. Muchos de ellos pertenecen a grandes fortunas internacionales, pero también hay una presencia creciente de armadores nacionales. Algunos de ellos recalan en los puertos valencianos.
Dársena
Varios yates atracan estos días en el puerto de Valencia. J. SignesVeleros
Entre las embarcaciones de recreo que se pueden avistar también hay veleros. J. SignesMegayates
Los buques con mayor eslora buscan puertos más grandes por el caladero y los servicios que ofrecen. J. SignesMegayates
Los buques con mayor eslora buscan puertos más grandes por el caladero y los servicios que ofrecen J. SignesNavegar
Una embarcación de recreo se aproxima al puerto de Valencia. J. SignesJunto a estos colosos del mar, los veleros continúan siendo protagonistas silenciosos pero carismáticos. Ya sean modelos deportivos de regata, de crucero familiar o goletas restauradas, el viento sigue siendo una opción elegida por muchos navegantes que buscan una experiencia más conectada con la naturaleza. En zonas como las Baleares, la Costa Brava o las islas griegas, estas embarcaciones llenan los puertos deportivos y los fondeaderos con sus mástiles erguidos y velas recogidas, ofreciendo una imagen de contraste frente a los ruidosos motores de los superyates. Nuestros puertos acogen estos días una flota tan diversa como las banderas que ondean al viento desde sus mástiles.
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