Imagen policromada de Santa Teresa, con la firma de la Escuela Castellana, que puede verse en la exposición del V Centenario de la Santa en la Biblioteca Nacional.

La ONU de la mística

Religiosos y 'civiles' de los cinco continentes y todas las confesiones acuden a la única universidad de espiritualidad del mundo, en Ávila

antonio corbillón

Miércoles, 1 de abril 2015, 12:04

Es muy difícil que haya contemplación sin haber meditación. Igual que no puede haber digestión sin alimentación". El padre Secundino Castro busca con metáforas introducir a sus alumnos del máster de Mística por los caminos espirituales que abrió Teresa de Jesús y de cuyo nacimiento se cumplió la semana pasada medio siglo. Ante el padre Castro, unas 40 personas de 17 países distintos. "Esta es una ONU mística", bromea después de la clase María Elena Pacheco, que llegó desde su Guadalajara mexicana atraída por "esta corriente que te lleva".

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Junto a ella, otros navegantes como Ramil Arleno, que dirige un centro de seminaristas en Filipinas y apenas habla español. De alguna manera, él logra salir airoso de clase. "En mi país hay una gran demanda de fe", confiesa. O Deborah Good, una presbiteriana reconvertida al catolicismo que dejó su trabajo en una multinacional en Indianápolis (EE UU) tras conocer la vida de las mujeres abandonadas en los suburbios de Honduras. "Quiero aplicar la religión a la antropología. Eso se hace con tu propia verdad interior porque solo así te libras de los engaños del mundo". También está Carmela Martínez, una abogada y profesora universitaria murciana, que se declara "fulminada" por el valor de lo que aquí aprende. "Todo esto te enseña dignidad, aunque lleves dos años en el paro como yo".

Sobre los pupitres, libros con los textos que escribió la santa, bautizada como Teresa de Cepeda y Ahumada. Tiene que haber algo de milagroso en que Ramil Arleno pueda comprender el voluminoso ejemplar de Camino de perfección que le acompaña en su mesa. "La meditación ahora tiene mucho prestigio gracias a las culturas orientales. Pero ahí jugó un papel clave Santa Teresa", continúa el padre Castro.

Todos ellos se han encontrado en la Universidad de la Mística, un escenario que solo podía tener una sede: Ávila. La tierra natal de Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz celebra ya ese V centenario. Un año lleno de actividades, congresos y peregrinajes. Una agenda completa que tratará de mitigar la decepción que ha supuesto la decisión del Papa Francisco de no visitar tierras castellanas. "A pesar de esta ausencia, este año teresiano estamos recogiendo el fruto de muchos años de trabajo. Nos está dando presencia en el mundo porque aún nos desconocía mucha gente", admite el carmelita colombiano Rómulo Cuartas, subdirector del Centro Internacional Teresiano Sanjuanista (CITEs), que se conoce como la Universidad de la Mística.

La aventura de este centro arrancó en 1986. Lo que era una oferta para completar la formación de la orden carmelita encontró acomodo e interés en lo que podríamos llamar espiritualidad civil y se abrió a la sociedad a partir de 1994. Desde 2009, un edificio de singular arquitectura e impactantes vistas sobre el lienzo norte de la muralla de Ávila acoge a estos místicos. "No nos consta que haya una propuesta igual en ningún país católico... y tengo dudas de que lo haya en otras religiones monoteístas", avanza el director general de la Fundación V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, José Luis Vera. En estas dos décadas largas, unos mil alumnos han completado esta particular titulación que cotiza mucho más allá del currículum que uno envía a una oferta laboral. Aquí dentro se recuerda que la propia Santa Teresa (1515-1582) luchó mucho contra la visión mercantilista de todo, también de la religión. "Me parecía que compraban muy barato el ir a gozar de Dios", escribió Teresa de Cepeda en su Libro de la vida.

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Otras 12.000 personas han participado en sus encuentros, cursos y seminarios. En un mundo de creciente desconfianza entre los credos, en Ávila hay una verdadera apuesta por el diálogo interreligioso. Un término que escuchamos hasta la saciedad ante conflictos sociales de raíz religiosa, como el que se ha reabierto en Francia y en Europa tras los atentados islamistas del 7 de enero. Pero que pocos saben cómo se inicia. "Hace tiempo que descubrimos que con hacer encuentros de dogmas no se avanza nada -lamenta Rómulo Cuartas-. Nadie se sale del suyo".

Este curso, los nueves meses que dura el máster de Mística y Espiritualidad no cuenta con alumnos judíos, islámicos o budistas como otros años. Pero eso no impide que desde dentro se siga "sembrando poco a poco" bajo la máxima de que "nadie tiene que valerse de su religión para ponerse por encima del otro".

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Reparar el daño

El CITEs lleva tiempo intentando ser también un lugar donde atender las heridas abiertas del ser humano, víctima de su tendencia a resolver diferencias desde la violencia. En sus congresos se han reunido supervivientes del 11-M en Madrid. También de la lucha armada del todos contra todos en Colombia. Guerrilleros de las FARC, secuestrados, militares. En los pasillos aún resuena el testimonio el pasado septiembre de Pastora Mira, a la que los paramilitares mataron a su padre, su primer marido y a dos de sus siete hijos. "Han convertido el victimismo en perdón para continuar. Nos mostraron cómo la fe ayuda en la lucha humana por seguir adelante", rememora su compatriota Rómulo Cuartas.

José Luis Vera recuerda la primera vez que llegó una delegación de musulmanes a participar en un encuentro. "Estaban tensos. Venían a un terreno hostil. Pero al despedirse nos dijeron nos han recibido hermanos". Son puentes de diálogo que van dando sus frutos. Hace poco han creado ya su cátedra islámica. Se une a la que ya existe sobre estudios judíos. Además han firmado un convenio con representantes del budismo y ultiman otro con la fe baháí, otra corriente monoteísta. A todos se les pide que "olviden el proselitismo y solo acudan a compartir".

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Los pasillos de este edificio con forma de estrella de puntas redondas son una experiencia inacabada. Sinuosos y sin ángulos rectos, orientan la vista hacia sus cuatro patios, tamizados por una luz natural que lo domina todo. "Recorrerlos es un viaje que nunca termina... como la experiencia mística", bromea por los pasillos el padre Cuartas. Su diseñador, el arquitecto navarro Andrés Perea, se leyó Castillo interior (Santa Teresa) y Cántico espiritual (San Juan de la Cruz) antes de diseñarlo.

Después de las clases diarias, las charlas entre los alumnos se abren a un mundo de confesiones íntimas que necesitan ser compartidas. "No volveré a ser la misma cuando regrese a California", reconoce Antonia Payán, que en San Diego tratará de ser "directora espiritual" de otros a los que, como a ella, "en algún momento les abandonó el ánimo". Gema Bonet es un ama de casa "corriente y moliente". Deja durante una semana al año a su marido y a sus dos hijas en su casa de Madrid y acude al máster como oyente. "Lo que sea que busques solo lo puedes encontrar dentro de ti".

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-¿Para qué le sirve todo esto cuando regresa a su vida?

- Te cala y traspasa el corazón. Y no te puedes quedar con ello, intentas repartirlo. Necesito venir aquí para alimentar el alma igual que otros trabajan su físico en el gimnasio.

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