Montesa Territori Viu muestra su preocupación por el «silencio» de la Generalitat ante el macroparque fotovoltaico de Almansa

El colectivo Montesa Territori Viu muestra su preocupación ante la falta explícita de pronunciamiento de las consellerias de Transición Ecológica y Política Territorial sobre la parte del proyecto del parque fotovoltaico de Almansa que pretende atravesar 35 kilómetros de territorio valenciano, en la comarca de la Costera, con línea y torres de alta tensión para transportar la energía hasta la subestación de Montesa. "Nos preocupa mucho su silencio y les exigimos un posicionamiento claro y público, los objetivos fijados en el decreto 14/2020 de 7 de agosto no pueden ser la excusa para arrasar el territorio", manifiestan.

Esa preocupación crece entre el colectivo al descubrir que a 1,5 kilómetros de donde está proyectado el Parque Fotovoltaico de Almansa ya existen 2 parques solares y una subestación eléctrica de Iberdrola que se encuentra a solo 4 kilómetros. Además de otra a menos de 20 kilómetros, en la misma provincia de Albacete, concretamente en Bonete, donde el desnivel es mucho menor y "seguro que con mucha menos inversión".

Es por ello que insisten en que cada vez que analizan el macropoyecto "más desconfianza e inquietud nos genera", al considerar que detrás hay "una intención real" por parte de la empresa, Premier Grupo, de "incluir sin escrúpulos 400 hectáreas de parques solares que destruirán el paisaje".

"Es una infraestructura innecesaria con un elevadísimo coste y gran impacto económico, social y medioambiental", subraya el colectivo, que también se pregunta por qué la planificación eléctrica proviene de una empresa en lugar del propio Ministerio. "Exigimos al Ministerio la no declaración de utilidad pública del proyecto que supondrá expropiaciones y evitar las normativas de protección autonómicas y municipales".

Finalmente, desde Montesa Territori Viu urgen la necesidad de consenso entre las distintas administraciones para ordenar la instalación de estas infraestructuras que no dudan que son necesarias para el cambio de modelo energético, pero siempre respetando la agricultura, el mundo rural y el paisaje. Y piden una apuesta por el autoconsumo, las comunidades energéticas locales, cooperativas eléctricas, producción eléctrica de proximidad e integración de las instalaciones en el paisaje y el entorno.