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Premios Valencianos para el Siglo XXI: Bodas de plata en el Roig Arena
Un cuarto de siglo de galardones se resumen en una gala llena de momentos emotivos donde los afectados por la dana, como ya ocurrió en 2020 con la pandemia, se convierten en los protagonistas anónimos de una noche para recordar
Asus nueve años recién cumplidos, Joel Andreu subió al escenario del Roig Arena como si fuera algo habitual en él. Responsable, formal. Lleno de futuro. No es consciente todavía de hasta qué punto es un símbolo de la tragedia que supuso la dana, y de cómo LAS PROVINCIAS mantiene muy vivo el recuerdo de lo que ocurrió, también en la gala del 25 aniversario de los premios Valencianos del siglo XXI. Ahí estaba el pequeño en la foto final, en el recién estrenado Roig Arena, junto a personalidades de la talla de la oncóloga Anna Luch, del torero Enrique Ponce, del modisto Francis Montesinos, del artista Miquel Navarro. Cuando sea mayor volverá la mirada a la premiada imagen de Txema Rodríguez en la que jugaba con la muñeca de su hermana mientras todo era barro en su calle de Sedaví. También a la que el jueves le inmortalizó junto a todas aquellas personas que nunca hay que olvidar. Los grandes nombres propios, sí, pero también todas esas personas anónimas que protagonizaron, de un modo u otro, aquel 29 de octubre. LAS PROVINCIAS ya premió en 2020 a los héroes sin nombre de la pandemia. Todos ellos suman para completar el puzzle magnífico que es la sociedad valenciana.
Bromeaba el director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis, con que era más difícil organizar unos premios del periódico que un concierto de Shakira, que contó con el patrocinio de Caixa Popular, Iberdrola, Grupo Gimeno, Grupo Alonso, Aena, Asisa, Implica CF, Hospitales Imed, Simetría, Hidraqua y Laberit. De hecho, el evento había generado una expectación inédita; días antes el aforo se completó, a pesar de que se había ampliado con respecto a otras ediciones, en un entorno que ayudaba a engrandecer el evento: el pabellón del Roig Arena. Nadie quería perderse un aniversario en el que se quisieron no sólo recordar 128 premiados en 25 años, sino también los avances que se han ido produciendo en Valencia en este cuarto de siglo. Lo hizo Jesús Trelis en un vídeo donde recorrió la ciudad visitando todos aquellos lugares que no existían o estaban incompletos en el año 2000, desde el Parque Central a la Marina, desde las Naves a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
No fue una gala de muchas palabras. No hizo falta, porque lo importante era la imagen. Momentos grabados en la memoria desde aquel año que iniciaba el siglo y en el que Francisco Pérez Puche, director entonces del periódico, decidió poner en marcha un galardón que pretendía premiar a valencianos ilustres, los que gracias a su talento o a su generosidad iban a definir las líneas del futuro. Sólo había que ver cuánto había que reconocer y también agradecer en aquella primera edición: Manolo Valdés, Luis García Berlanga, Santiago Calatrava.
La filósofa Adela Cortina, premiada en 2017, fue una de las personas que tomó la palabra en nombre de los premiados con un discurso en el que, una vez más, abogó por los valores de una sociedad como la valenciana, llena de pluralismo, que huye de imposiciones totalitarias. Que tiene en cuenta el bien común. Que sabe unirse. Y que, como dice el himno, clama para que nos «alcemos en pie».
Entre el público, personalidades que merecen también estar sobre el escenario, porque LAS PROVINCIAS seguirá premiando. Mientras, aplaudían con el mismo fervor a los afectados por la dana como a los grandes nombres que hacen avanzar. Paco Roca, Ricard Camarena, Enrique Fayos, Pilar Mateo, Inés Ballester... destacaron qué importante es ser reconocidos en su tierra. Porque LAS PROVINCIAS ha querido contribuir en todos estos años a descubrir aquellas personas que contribuyen a hacer mejor la sociedad en la que vivimos. Y que sientan que los suyos les ponen en valor. Un reconocimiento que nos fortalece a todos.
Al escenario fueron subiendo una nutrida representación de aquellos premiados que lo han sido en ámbitos como la sociedad, la cultura, el espectáculo, la ciencia o el deporte. Se quitó una espina Víctor Claver, el ya legendario jugador del Valencia Basket que no pudo recoger su galardón aquel 2019 en el que fue premiado. Y qué mejor que hacerlo en el pabellón donde a partir de ahora el equipo que le vio nacer y crecer entrena cada día. De hecho, antes de comenzar la gala un grupo de jugadoras salía de las flamantes instalaciones. Porque el Roig Arena ha conseguido, en estas pocas semanas de funcionamiento, ser sede del deporte, pero también de la sociedad valenciana.
Hubo tiempo también para las reivindicaciones. Por ejemplo, las de Pilar Mateo, que habló en nombre de personalidades de la medicina y la ciencia como José Mir o Pedro Cavadas para recordar cómo la ciencia salva pero a la vez tiene que escuchar y estar cerca de la gente. «Hay problemas estructurales que no se tienen en cuenta», dijo. La periodista Inés Ballester también se refirió a la importancia de apoyar la ciencia y la sanidad pública, después de que tuviera que pasar un cáncer. Y se acordó de Anna Lluch. De la gran oncóloga valenciana que ha creado escuela desde el Hospital Clínico. Allí estaba.
Hubo muchos agradecimientos. También a LAS PROVINCIAS, que en muchos casos ha sido testigo y ha contado cada logro de valencianos como Paco Roca, que comenzó publicando sus viñetas en las páginas del periódico, que desde entonces ha logrado reconocimientos que ni siquiera él imaginaba en aquel primer dibujo que todavía guarda. «Y aquel premio lo disfruté por mí, pero sobre todo por mi familia».
¿Tiene menos mérito Juanjo Casañ, el presidente del Paiporta CF, que consiguió que su equipo ascendiera el año en el que perdieron todas sus instalaciones por la dana? Así que sobre el escenario también estaba Juanjo, emocionado por el reconocimiento, o David Nieto, un informático de Alfafar que no podría contar las horas que ha dedicado a ayudar a sus vecinos. Que ya no es el mismo desde entonces.
Es muy importante mirar hacia atrás. Ver lo avanzado. Valorar lo conseguido. Y continuar siendo 'La voz de los que callan', como dice el manifiesto fundacional de LAS PROVINCIAS. También la voz de Joel, que después de una tarde de estar entre adultos, de subirse a un escenario, de hacerse mil fotos y que todo el mundo le saludara, le dijo a su padre, el director de banda Enrique Andreu, que lo que quería era irse a jugar a ese parque tan bonito que había visto camino del Roig Arena. Sí, ese parque es otro granito de arena más en esa Valencia cada día más justa.