Santos Cerdán, el «arquitecto» del liderazgo de Morant en el PSPV
El exnúmero 3 del PSOE, desde este lunes en prisión, fue el encargado de despejarle el camino a la ministra a la secretaría general a la que aspiraban Bielsa y Soler
Ximo Puig dirigía tranquilo el PSPV y la presidencia de la Generalitat. Las elecciones autonómicas de 2023 cogían al entonces líder de los socialistas valencianos convencido de su victoria, incluso a pesar de los problemas de sus socios de Gobierno y del adormecimiento de la estructura orgánica del socialismo valenciano. A su principal adversario, Carlos Mazón, no lo conocía nadie, y en cambio la valoración del exalcalde de Morella era buena. Ni siquiera los frentes que ya se le abrían a Pedro Sánchez, obligado a constantes cesiones al independentismo, parecían amenazar la presidencia del Consell.
Eso pensaba Puig y su círculo más cercano. La realidad, en cambio, transcurrió por otro camino. El desconocido Mazón obtuvo una cómoda victoria y la izquierda valenciana se desmoronó, más por la parte de los socios del PSPV que por esta formación, que es verdad, no supo aprovechar la caída de Podemos y el desgaste que para Compromís supuso la dimisión de Oltra.
Puig dimitió. Y la dirección federal del PSOE tomó cartas en el asunto para decidir quién debía asumir el liderazgo del socialismo valenciano. El secretario federal de Organización ya era Santos Cerdán. Y la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Las fuentes consultadas por este diario señalan que la propuesta de la ministra valenciana como nueva secretaria general del PSPV fue del propio Sánchez, que iniciaba así el camino para situar a miembros de su Gobierno como líderes de su partido en las distintas federaciones.
La propuesta fue de Sánchez, pero el encargado de llevarla a cabo, de conseguir que fuera realidad, fue Santos Cerdán. Al secretario de Organización socialista –desde este lunes en prisión provisional por corrupción- se le atribuye la gestión necesaria para «despejarle el camino a Morant», una exalcaldesa sin mayor peso orgánico en el socialismo valenciano que el otorgado por pertenecer a la siempre 'de referencia' agrupación socialista de Gandia.
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Morant, de hecho, no había sido la primera en dar el paso. Ni la primera ni la segunda. Esas dos decisiones las habían adoptado mucho antes los por entonces barones provinciales por excelencia del socialismo valenciano, el alcalde de Mislata Carlos Fernández Bielsa, y el exalcalde de Elche Alejandro Soler. Ambos aspiraban a liderar el socialismo valenciano y ambos pusieron formalmente sus cartas sobre la mesa.
Pero ahí empezó a jugar Santos Cerdán. El mismo que ante el juez del Supremo se definía este lunes como el «arquitecto» del Gobierno de Sánchez, comenzaba entonces el tradicional proceso de convencer a los dos barones provinciales de que dejaran vía libre a Morant. Mano izquierda y presión política a la par, en la que a ambos se les hizo ver lo poco que tenían a ganar, y lo mucho que podían perder, si se empeñaban en desatender la decisión de Sánchez. Tenía que ser Morant, y no había más que hablar. Si no de arquitecto, Cerdán ejerció de ingeniero de la construcción.
De hecho, es en el despacho de Cerdán en el que se produce un episodio que se recuerda ya como parte fundamental de la historia del socialismo valenciano. Fernández Bielsa y Soler son citados a una reunión con el número 3 del PSOE. A la llegada del líder alicantino se encuentra también allí con Morant. Cerdán no tarda en convencerle de que su única oportunidad es apoyar a la ministra como nueva líder. Quizá en esa misma reunión se cierra el compromiso de aupar a Soler a la dirección federal del PSOE. El caso es que el también diputado nacional asume que la mejor vía es apartarse de la carrera. Cuando llega Bielsa a la reunión, el dirigente valenciano se encuentra con que el acuerdo implícito que mantenía con Soler, para apoyarse entre ellos y que uno de los dos alcanzara la secretaría general, había saltado por los aires. Asi que Bielsa sigue los pasos de Soler y Morant se encuentra con el camino despejado.
Cuentan que es en esa misma reunión en la que Pedro Sánchez se deja caer por el despacho de Santos Cerdán y, con la mano en su hombro, se dirige a Soler y le pregunta: «Alejandro ¿esto lo podremos arreglar, verdad?». No se sabe si en ese preciso instante ya pasó a estar todo arreglado, o si ya había quedado todo claro un poco antes.
En todo caso, el encargado de facilitar la llegada de Morant a la secretaría general fue Santos Cerdán, el mismo al que el juez señala al disponer de «indicios notabilísimos» contra él y al considerar que era quien recibía los pagos de las comisiones.
Cerdán había sido el segundo de a bordo de José Luis Ábalos como secretario de Organización hasta 2021. También fue clave a la hora de forzar los cambios en la propuesta de Puig para las elecciones generales de julio de 2023. Porque en ese momento, el responsable del aparato del partido se mostraba mucho más cercano a Bielsa y a Soler que al propio expresident de la Generalitat. Por entonces, Cerdán mantenía la comunicación con Ábalos, que no era ajeno a los movimientos de los dos barones provinciales.
Por aquel entonces, Cerdán defendió incluso en un acto de los socialistas en Elche que serían los militantes del PSPV los que elegirían al nuevo líder del partido. El secretario de Organización del PSOE dándole alas a los dos barones provinciales, aún a sabiendas que cuando Sánchez aupó a Morant al consejo de ministros ya era con el objetivo último de que sucediera a Puig. Y así acabó ocurriendo.
Este lunes, Bielsa mostraba en X su «profunda indignación con quienes ensucian casi 150 años de historia honorable» del PSOE. «Barreremos a todos aquellos cuyo comportamiento sea indigno de nuestros principios y valores. Tolerancia 0 con la corrupción. Caiga quien caiga. Sea quien sea».
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