Puig, con Bielsa y la ejecutiva del PSPV: Nada que celebrar

Puig convocó este lunes, tras el traspaso de poderes al nuevo presidente, Carlos Mazón, a la ejecutiva de su partido y a los candidatos socialistas a Congreso y Senado para el 23-J. «Es el momento de acompañar a nuestro President para agradecerle estos años de dedicación y trabajo por nuestra Comunitat y por el proyecto político socialista», decía la convocatoria. El líder socialista ha estado acompañado, es cierto. Y también ha tenido algunas ausencias, como la de la cabeza de lista por Valencia, la ministra de Ciencia y Tecnología Diana Morant, así como la del número dos de esa misma candidatura, José Luis Ábalos. En ambos casos, probablemente, por problemas de agenda propios del desarrollo de la campaña electoral.

Entre los que sí que estaban, el líder provincial del PSPV de Valencia y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa. Puig ha tenido palabras de cariño para el dirigente provincial, aún no repuesto del traspiés de perder la presidencia de la Diputación de Valencia cuando ya pensaba que la tenía atada. Así de convencido salió de Ontinyent pasada la medianoche del jueves, tras reunirse con el propio Rodríguez. Y al final fue que no.

Puig vino a decir este lunes que Bielsa había actuado como tocaba, y que tenía el respaldo de todo el partido. El secretario general de los socialistas valencianos fue determinante a la hora de conseguir que Bielsa se convirtiera en nuevo líder provincial. Y también ha sido determinante a la hora de cortarle el paso a la presidencia de la Diputación, al impulsar a Rebeca Torró como síndica del PSPV de Les Corts, poco menos que un trágala para el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, que decidió no aceptar el envite.

De manera que la Diputación de Valencia se perdió, igual que ya se habían perdido primero la presidencia de la Generalitat, las otras dos diputaciones –la de Alicante ya llegaba perdida–, el Ayuntamiento de Valencia y las siete principales capitales de la Comunitat. De manera que homenajes si, pero celebraciones pocas o ninguna. «Es que el duelo ya está quedando largo», señaló una fuente socialista.

A escasos cinco días para las elecciones generales, el socialismo valenciano trata de poner buena cara al mal tiempo, al último nubarrón generado por la decisión de la diputada de Ens Uneix de votarse a sí misma, y no a Bielsa como candidato a presidir la corporación. Porque el desenlace del 23-J puede marcar el devenir orgánico más inmediato del socialismo valenciano.

Para la semana inmediatamente posterior a la cita en las urnas, Les Corts tiene previsto celebrar una nueva sesión plenaria, la última antes de llegar al mes de agosto. Es la que debe elegir a los senadores territoriales que representarán a la Comunitat. Uno de los del PSPV será el propio Ximo Puig.

Tras las generales será también el momento del debate orgánico. El resultado de Pedro Sánchez condicionará la magnitud del tsunami que desde algunos medios se vaticina en seno del socialismo. Si hay congreso extraordinario del PSOE, ese será el primer campo de batalla para fijar la nueva dirección del partido. Y no será únicamente porque podría cambiar la ejecutiva federal, sino porque también podría alterarse el personalista modo de dirigir la organización de la etapa de Pedro Sánchez.

¿Y en el PSPV? Sin mandos en plaza, más allá de alguna referencia municipal, el resultado del congreso federal y las alianzas entre las sensibilidades del partido serán claves una vez más para determinar qué ocurre con el futuro de la organización en clave valenciana.