De la paz en Oriente Medio a las colonias felinas o la lucha contra la ludopatía
La oposición inunda los plenos de la Diputación de debates ajenos a su ámbito competencial
La primera derrota del PP en un pleno de la Diputación de Valencia desde que Vicent Mompó preside la corporación provincial, el que se produjo ... el pasado martes gracias a una proposición del PSPV contra la reforma de la Ley de Plurilingüismo que contó con el voto favorable de Compromís y Ens Uneix, abre un nuevo debate: el referido a cuáles son los asuntos que se llevan a discusión a los plenos de la corporación provincial.
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Las competencias de la Diputación se extienden y acaban, obviamente, en los límites de la propia provincia. Se puede considerar -es gratis- que cualquier asunto y cualquier polémica afecta -máxime en un mundo tan globalizado como el actual- a cualquier territorio. El efecto mariposa, la teoría que hace referencia a que el batido del ala de este simpático insecto puede provocar un huracán en otra parte del mundo, va un poco de eso. Quizá un pronunciamiento de los 31 diputados de Valencia sobre el conflicto en Oriente Medio puede contribuir a resolver esa masacre...
Sea por eso, o más probablemente porque los plenos de la Diputación acaban convirtiéndose en foros de discusión política que en muchas ocasiones guardan poca o ninguna relación con las competencias provinciales, lo cierto es que la actividad en la corporación provincial acaba dejando de lado el análisis de la propia labor de la Diputación para dedicar horas y horas a debatir sobre cuestiones de lo más variadas.
El propio Mompó, en el último pleno, no pudo evitar una referencia a que los primeros puntos del orden del día, los que hacen referencia a los acuerdos adoptados en comisión y a la marcha de la actividad ordinaria de la casa, se habían resuelto en poco más de dos minutos y sin una sola intervención, ni a favor ni en contra, de ningún diputado. El lio llegaría después, con las discusiones más variopintas. La ley de Plurilingüismo, la reivindicación del Día Internacional de la Mujer, el reconocimiento de la Memoria democrática...todas son cuestiones que afectan a la provincia, claro está, pero salvo la relacionada con la figura de Isidre Escandell -exdiputado de la corporación-apenas si tienen relación con el ámbito competencial de la corporación.
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Y son sólo algunos ejemplos. Compromís presentó a principios de la actual legislatura una proposición «por la paz y la convivencia en Oriente Medio». Planteado así, existe poca discusión respecto al respaldo a la propuesta. Otra cosa es si la proposición podría servir para contribuir a ese noble objetivo, o si únicamente pretendía propiciar un enfrentamiento entre los grupos de la Diputación, a la búsqueda de un culpable de aquel conflicto. La realidad es que el conflicto sigue, y que iniciativas de este tipo se debaten a menudo en otros foros más políticos -Les Corts o las Cortes Generales- y tampoco en estos logran mucho más allá de la expresión de una voluntad con ningún efecto.
La Diputación de Valencia ha visto y debatido propuestas de lo más llamativas, en este sentido. El rechazo a la amnistía «a los responsables del golpe de estado separatista de 2017» presentada por Vox permitió visualizar las discrepancias entre los grupos políticos respecto al conflicto catalán y a las cesiones que Pedro Sánchez viene haciendo a Puigdemont y a los separatistas. Pero más allá de esa discusión, la posición de la Diputación de Valencia en relación con ese asunto tiene escasa incidencia ya no en Cataluña, sino en la actitud del presidente del Gobierno y su empeño en ceder lo que sea necesario para seguir en la Moncloa.
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Acelerar una transición ecológica democrática ¿? y respetuosa con el territorio puede obtener un respaldo mayoritario, pero ofrece dudas respecto a las medidas que la Diputación puede adoptar al respecto. ¿Que se puede instar a otra administración? El análisis de los logros obtenidos de todas las veces que una Diputación, la de Valencia o cualquier otra, obtiene tras instar a otra a hacer alguna cosa deprimiría al diputado con más coraje.
La Diputación de Valencia ha discutido o tiene pendiente hacerlo, de la gestión de colonias felinas, de la protección de la adolescencia frente a la ludopatía, de las «catastróficas consecuencias» del Pacto Verde Europeo, de combatir la LGTBI fobia o sobre el Puerto de Valencia y el desarrollo sostenible económico y social. Y se puede estar en acuerdo o en desacuerdo con cualquiera de ellas. Pero estos debates ofrecen dudas respecto a los objetivos con los que los partidos llevan según qué debates a la institución. Porque en el momento que trascienden de las competencias del gobierno provincial, su utilidad resulta más que discutible.
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Fuentes de la corporación provincial lamentan que este tipo de debates únicamente contribuyan a convertir la Diputación en caja de resonancia de las posiciones de los partidos estatales.
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