Los municipalistas llevan a los grandes partidos a su terreno
Ens Uneix descoloca a PSPV y Compromís y fuerza al PP a asumir políticas de izquierdas en la Diputación y a debatir en Les Corts la rebaja del listón electoral
Burguera
Lunes, 13 de octubre 2025, 00:35
En Ens Uneix, partido que lidera en la Comunitat la plataforma de partidos locales independientes, Unió Municipalista, dicen no tener prisa después de haberse colado entre las grietas que dejan en el panorama político valenciano los dos grandes partidos. Ahora no tienen prisa, pero eso no les impide ir avanzando. No tienen prisa, o eso dicen, pero quietos no se quedan y tienen claro varios asuntos que no todos los partidos han resuelto. Por un lado, tienen unos liderazgos definidos y, por otro, han fijado unos objetivos concretos. Su posición como aspirantes a entrar en Les Corts y sumarse a los cuatro partidos que ya cuentan con representación en Les Corts (PP, PSPV, Compromís y Vox) es convierte en el mítico quinto elemento.
El quinto elemento es algo sobre lo que ya filosofó Aristóteles, de los primeros que señalan la posibilidad de que en el universo haya una sustancia inmutable y divina distinta de los cuatro elementos terrestres (tierra, agua, aire y fuego). A esta sustancia se le denominó éter o quintaesencia. Einstein demostró su inexistencia como elemento puro y duro, pero la física cuántica abrió la puerta a la existencia de un ámbito que conecta y explica el funcionamiento de lo visible a través de partículas invisibles. Ens Uneix sería esa especie de Boson de Higss, indetectable en un principio pero presente aquí, allá y acullá.
Los municipalistas han dado ayuntamientos a PP o PSPV, o han sido ellos mismos los que han tomado las varas de mando. También han renunciado a seguir al frente de algunos consistorios. Su actividad local es la nuclear, pero sus objetivos van más allá y tienen a 2027 como un horizonte concreto.
La plataforma de partidos locales, de primeras, parecen encarrilada a lograr algo que desde hace décadas se persigue sin éxito en Les Corts: abrir el debate sobre la ley electoral con el fin de rebajar el actual 5% de votos autonómicos como requisito mínimo e indispensable para lograr representación parlamentaria. La intención es que descienda al 3% o deje de ser autonómico para convertirse en provincial. Unió Municipalista ha presentado una ILP y ultima la recogida de firmas con el fin de tramitarse lo antes posible, al menos el debate y una negociación en torno a esa rebaja electoral.
Los municipalistas y Ens Uneix han logrado llevar a los grandes partidos a su terreno, si bien se trata de un efecto arrastre complicado y que de vez en cuando provoca cierta parálisis administrativa. Un ejemplo: las subvenciones nominativas dirigidas a municipios y entidades sociales no avanzan como estaba previsto en la Diputación de Valencia a causa, según los socialistas de la provincia, a «los enfrentamientos internos entre Vox, PP y Ens Uneix, lo que ha generado una situación de parálisis», en relación al último pleno de la corporación provincial, en la cual no se logró sacar adelante las ayudas para los ayuntamientos y entidades sociales, lo que desde el PSPV se achaca al pacto de gobierno «antinatura» entre el PP y Ens Uneix.
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Es cierto que los populares deben adaptarse, con los municipalistas, a una filosofía cuya cuna está en el PSPV. Tanto la vicepresidenta de la Diputación, Natàlia Enguix, como su líder en Ens Uneix, Jorge Rodríguez, tienen pasado socialista, y eso también imprime un sello a sus políticas que en ocasiones choca con el PP y, sobre todo, con la convivencia con ese socio preferente de los populares esta legislatura en la Comunitat, Vox. Los populares,en cualquier caso y aunque sufran desajustes, dan por bienvenido y como positivo ese 'efecto arrastre' hacia la centralidad de los municipalistas. También sufren en la izquierda valenciana por esa posición de bisagra de Ens Uneix. El partido que lidera la plataforma de Unió Municipalista, en virtud de su buena relación con el PP, fuerza a los populares a entrar en debates donde la posición de la izquierda se da por entendida. Rodríguez y sus compañeros plantean un cambio en la ley electoral, una bajada del listón electoral, que PSPV y Compromís reclaman desde hace años. A pesar de que los socialistas y los nacionalistas se han cerrado en banda para no participar en espacios de diálogo con el PP mientras mantenga su sintonía con Vox, la posibilidad de rebajar el listón electoral fuerza a la izquierda a acercar posturas y no oponerse de primeras a los planteamientos que pueda hacer Ens Uneix previa o posterior negociación con el PP.
Igualmente, mientras los populares admiten en el Consell los recortes a la AVL, en la Diputación tienen que asumir que Enguix firme convenios con la institución lingüistica normativa, lo que a su vez fuerza al Gobierno central (en manos de los socialistas) a igualar esas líneas de subvenciones.
Los municipalistas se convierten, en los ayuntamientos, en la Diputación y ya se verá si en la Generalitat, en un comodín alternativo a los socios del PP y el PSPV en sus extremos. Además de ese componente ideológico de centralidad, Ens Uneix y el resto de partidos locales enarbolan la bandera de la gestión como una especie de aval y carta de presentación.
El punto fuerte de los miembros de la Unió Municipalista es la experiencia de gestión, con el pragmatismo suficiente como para poder consensuar hacia la derecha o hacia la izquierda. Se comportan como partidos de Gobierno, que se encuentran cómodos en las instituciones y no tienen vocación de dinamitarlas.
No obstante, ese deseo de gobernar es un elemento diferenciador valioso pero que le complica la vida a los dos grandes partidos, acostumbrados a coaligarse con socios más expertos en el discurso que en controlar la Administración. Al final, desde las filas municipalistas se apuesta con no dejar de pisar calle, no perder la atención a la gestión pero sin caer en la trampa de la moquetización, con una visión propia de cómo afrontar los problemas políticos, al margen de soflamas y con las manos en la tramitación administrativa, un espíritu de Alcaldía, donde prima la acción política, porque la ideología se da por supuesta.
De este modo, la Unió Municipalista (UM) ha logrado contar, además de con la Vicepresidencia de la Diputación de Valencia, con un consejero en A Punt o la Vicepresidencia en la FVMP. Los independientes se van agrupando, ya sea a través de UM o de la marca Ens Uneix, que se ha extendido hasta Torrent con la premisa de esquivar lo que les separa y focalizarse en las zonas comunes. Fuentes municipalistas admiten que llegará un momento en que habrán choques, y deberá verse si son capaces de encontrar un discurso único con escasas líneas rojas. De entrar en Les Corts, gracias a esa bajada del listón electoral, saben que tendrán problemas para cohesionar el discurso, algo que, según lo ven los municipalistas, ya lo sufren el resto de los partidos.
Jorge Rodríguez, a la par de ese quinto elemento, ha recuperado su papel protagonista en la politica valenciana, por su pasado, pero también por el experimento político que protagoniza y que sitúa a Ontinyent como un sucesor de Alcoi en aquella tradicional idea de la 'cuarta provincia' de la Comunitat. El brazo armado político de Rodríguez es Natàlia Enguix, que despliega y completa su legado en la Diputación a través de un estilo más frontal, procedente del socialismo andaluz, mientras que David García, el alcalde de Nules y presidente de Unió Municipalista y vicepresidente de la FVMP simboliza esa apuesta por el pragmatismo de los partidos locales, con capacidad de asociarse con los dos grandes partidos y de obligarles a compartir la gestión municipal, y ya veremos si también la autonómica.
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