Carlos Mazón, en el Palau de la Generalitat.
DECLARACIÓN INSTITUCIONAL 9 D'OCTUBRE

Mazón apela a la unidad y reclama financiación al Gobierno para la recuperación tras la dana

El president de la Generalitat hace hincapié en la «estabilidad» para que la Comunitat avance defendiendo una identidad en base a «símbolos que no tienen que subordinarse a nadie, patrimonios como la lengua valenciana, que no necesita añadidos, comillas, barras ni guiones»

Burguera

Jueves, 9 de octubre 2025, 13:53

Presidencia de la Generalitat ha trasladado una declaración institucional de Carlos Mazón, jefe del Consell, con motivo del Día de la Comunitat, un 9 d' ... Octubre completamente atípico en el que el aviso naranja por lluvias ha provocado la suspensión de todos los eventos conmemorativos, desde el acto oficial de entrega de distinciones del Gobierno valenciano a la procesión cívica.

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Mazón, en su discurso, subraya en varias ocasiones la necesidad de avanzar de manera unitaria, al margen de los conflictos. La palabra «todos» es una de las más empleadas. Nueve veces a lo largo de una intervención en la que el president ha comenzado recordando que, debido a la alerta meteorológica, el acto oficial del 9 d'Octubre se ha pospuesto, además de aprovechar para rendir homenaje a las víctimas de la dana, agradecer la solidaridad recibida y reafirmar la identidad valenciana como un proyecto colectivo basado en la colaboración, el autogobierno y la estabilidad.

Estabilidad «financiera» e «institucional», ha recalcado Mazón cuando ha subrayado que el principal reto sigue siendo la recuperación tras la catástrofe del 29 de octubre, junto con la mejora de los servicios públicos, y de ahí la reclamación de un sistema de financiación autonómica justo. Hace años que el asunto de la infrafinanciación no cobraba el protagonismo que tuvo antaño. En esta ocasión, Mazón ha aprovechado para recordar que las «costuras» de la Generalitat están al límite y que el esfuerzo realizado ha sido enorme: «no cejaré en reclamar un sistema de financiación autonómica justa, sin privilegios de los unos sobre los otros y decidido entre todos. Y mientras se llega a ese acuerdo, la Comunidad Valenciana necesita el fondo transitorio de nivelación que no reclama el Presidente de la Generalitat solo, sino toda la sociedad civil».

El jefe del Consell ha recordado a quienes mostraron solidaridad, ayudando a los esfuerzos de la Generalitat por reconstruir infraestructuras, apoyar a afectados y prevenir futuras emergencias.

El presidente ha reivindicado una identidad valenciana que no nace del conflicto, sino de la colaboración, con símbolos propios como la Senyera y la lengua valenciana, y, ha insistido, la defensa de un sistema de financiación autonómico justo para garantizar la recuperación.

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En el capítulo de los símbolos propios, Mazón ha subrayado «una identidad», la valenciana, «que no tiene por qué pedir permiso para mantenerse y desarrollarse; que tiene símbolos que nos unen que no tienen que subordinarse a nadie, patrimonios como la lengua valenciana que no necesita añadidos, comillas, barras ni guiones».

Declaración completa

Valencianas y valencianos:

Hoy no podremos celebrar como querríamos el tradicional acto institucional del 9 d'Octubre en el Palau de la Generalitat Valenciana, desde donde se hace pública esta declaración institucional.

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Ante las previsiones meteorológicas, y para evitar los desplazamientos de la gran cantidad de galardonados de este año, nos hemos visto obligados a posponerlo.

La misma prudencia que justifica esta decisión es la que pido a todos mientras dure este episodio, en el cual hay que estar pendiente de cómo evoluciona la situación a través de los canales oficiales y de los medios de comunicación.

Ya antes de la alerta meteorológica, todos contemplábamos este 9 d'Octubre de manera muy diferente. No tiene nada a ver con el del año pasado. Y, al mismo tiempo, tiene todo que ver con lo que este día significa para los alicantinos, castellonenses y valencianos.

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Escucharemos al final de esta intervención nuestro himno, que este año cumple 100 años de su aprobación como Himno Regional Valenciano por los ayuntamientos de Alicante, Castelló y València. Y cantaremos su letra que acaba con «vixca, vixca, vixca», tres llamamientos en la vida.

Un Himno que, al contrario que otros, no surgió de un conflicto, sino del orgullo de un pueblo que quería mostrar al mundo su arte, su ciencia y su progreso en la Exposición de 1909 y que en 1925 fue aprobado como Himno Regional Valenciano.

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Notas y palabras que nos han acompañado en los momentos más dulces y que nos han inspirado en los más amargos, como los que vivimos hace ahora un año, cuando la peor catástrofe natural de la historia reciente de España se abatió sobre nosotros.

Por eso, hoy también rendimos el merecido homenaje y emocionado recuerdo a las víctimas, a los afectados y a los damnificados de las riadas del año pasado; y este acto es en conjunto el cálido mensaje de afecto y de solidaridad de todo un pueblo y sus instituciones que trabajan juntos para que vuelva la vida tal como entendemos que hay que vivirla, tal como queremos vivirla y tal como merecemos vivirla.

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Tres veces viva. Vixca, vixca, vixca!

La magnitud de la tragedia que padecimos hace casi un año no tiene precedentes. Tampoco la respuesta solidaria que recibimos.

Sería imposible siquiera enumerar todas las acciones y muestras de valentía, solidaridad y cariño que los valencianos recibimos de toda España aquellos días de desesperación.

Y por ello, la Alta Distinción de la Generalitat la otorgamos a las comunidades autónomas y las distinciones especiales a la solidaridad de colectivos, empresas, profesionales y asociaciones cuya solemne entrega queda pendiente por prudencia. Honraremos y agradeceremos toda la ayuda recibida en nuestras horas más oscuras.

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Aquel ejemplo abrió una senda de esfuerzo, empatía y unidad que es la que nos sigue convocando a todos todavía hoy.

Ahora estamos inmersos en la recuperación: un reto de colosales proporciones que ha llevado en la Generalitat a estirar al máximo las costuras de sus recursos, competencias y capacidades para dar respuesta a una catástrofe para la que –insisto en ello– no contábamos con precedentes.

Con recursos propios se está llevando a cabo un esfuerzo inédito que se ha focalizado en las víctimas, en sus familias, en los afectados y damnificados, en los trabajadores autónomos y en las empresas que sufrieron las riadas.

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Y todo ello sin olvidar, por supuesto, las labores de reconstrucción de infraestructuras esenciales como el metro, carreteras, puentes, depuradoras, centros de salud, colegios o institutos.

Y a pesar de que las capacidades y competencias de la Generalitat ya están forzadas hasta el límite, vamos a seguir trabajando para que la Recuperación –que ya está en marcha– ni se ralentice ni se pare.

Y también para que los planes que estamos diseñando nos permitan evitar, o si no es posible, paliar los estragos de futuras catástrofes mediante la prevención y la mejora de la respuesta a las Emergencias.

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El 9 d'Octubre no es una efeméride más en el calendario ni un fósil. Es una realidad viva.

Una realidad que consagra una identidad que no se ha forjado buscando la confrontación con otros, sino con la colaboración de todos y con todos.

Una identidad que no necesitó nunca del conflicto para construirse ni del agravio para definirse, y que tiene en su Estatuto de Autonomía y su Senyera la máxima expresión institucional, jurídica y política del autogobierno.

Nuestro autogobierno articula nuestra identidad, bebe de un pasado del cual nos enorgullecemos. Un orgullo que vivirá un hito muy especial en 2026, cuando impulsaremos el Año Jaime I para conmemorar juntos el 750 cumpleaños de su muerte.

Porque estamos orgullosos de todo aquel pasado, porque sabemos que es también guía de este presente que nos pertenece y nos acoge a todos para soñar con el futuro que merecemos.

Una identidad que no tiene por qué pedir permiso para mantenerse y desarrollarse; que tiene símbolos que nos unen que no tienen que subordinarse a nadie, patrimonios como la lengua valenciana que no necesita añadidos, comillas, barras ni guiones porque tiene su identidad propia forjada por siglos de amor del pueblo que el habla y un Estatuto de Autonomía que la define.

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Porque nuestras instituciones –como nuestras señas de identidad– no tienen más propietario que el pueblo valenciano y es precisamente esto, además de su potencia histórica, simbólica y política, aquello que hace de ellas referencia permanente de funcionamiento, seguridad y estabilidad para las tres provincias.

Todos aquellos que viven y hacen vivir este proyecto colectivo en Alicante, en Valencia o Castellón no somos simples beneficiarios de quienes tanto lucharon para tener instituciones de autogobierno en el pasado, somos custodios de quienes las tienen que disfrutar en el futuro.

La Comunidad Valenciana, a pesar del golpe sin precedentes que hemos soportado, merece ese esfuerzo, para continuar avanzando y para consolidar una Administración autonómica que ofrezca estabilidad, eficacia y libertad.

Estabilidad fiscal, eficacia administrativa y libertad para los emprendedores que propician las condiciones para atraer la inversión productiva y la creación de puestos de trabajo.

Nunca, en las últimas décadas, ha habido un mayor nivel de inversión ni tanta gente trabajando en la Comunidad Valenciana. Nunca ha habido tantos autónomos, ni se han reducido tanto las tasas de desocupación, especialmente la femenina y la juvenil.

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Estabilidad institucional, eficacia en las políticas públicas y libertad para las familias para decidir cómo educar sus hijos, para reducir las listas de espera sanitarias y de dependencia, para impulsar infraestructuras estratégicas, proteger nuestro patrimonio natural e histórico y fomentar la ciencia, la cultura y el deporte.

Estabilidad que necesita la Recuperación, la cual continúa siendo el reto más importante de la Generalitat, sin olvidar la prestación de los servicios públicos de excelencia en Educación, Sanidad y Dependencia.

En este sentido, que los más de cinco millones de habitantes de las provincias de Alicante, Castelló y València tengan a su disposición los servicios públicos que merecen no tiene precio, pero sí que tiene coste.

Un coste que, hoy por hoy, la Generalitat no puede hacer frente sin recurrir al endeudamiento.

Por eso no cejaré en reclamar un sistema de financiación autonómica justa, sin privilegios de los unos sobre los otros y decidido entre todos. Y mientras se llega a ese acuerdo, la Comunidad Valenciana necesita el fondo transitorio de nivelación que no reclama el Presidente de la Generalitat solo, sino toda la sociedad civil.

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Somos una tierra plural, abierta, mediterránea; un pueblo que escucha y que decide, que empuja y que propone, que acoge y que exige. Una tierra orgullosa de lo que es y lo que puede llegar a ser, compartiendo su destino con el resto de España y de Europa.

Una tierra que tiene el compromiso de cuidar de los más vulnerables, de ensanchar los márgenes de nuestra libertad como padres y madres, como trabajadores o empresarios, como estudiantes o profesores, como sanitarios o pacientes.

Una tierra de gente que madruga, paga sus impuestos, respeta las normas y no pide más que un trato justo; de quienes nacieron aquí y de quienes nos eligieron para vivir porque aquí encontraron un lugar para ser como querían ser.

Para esa gente, nuestra gente, es el Nou d'Octubre. Para todos son los tres vivas –los tres vixca– con los que, juntos, cantamos nuestro himno.

Juntos.

Muchas gracias.

Moltes gràcies

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