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Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes
Vicent Mascarell, Diana Morant y Tania Baños, ante los medios de comunicación. Iván Arlandis

La larga lista de charcos de Mascarell, mano derecha de Morant

El responsable de Organización del PSPV suma patinazos que desgastan su posición al frente del aparato del partido

JC. Ferriol Moya

Valencia

Jueves, 16 de octubre 2025, 01:11

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La figura del secretario de Organización en el socialismo valenciano, también en el PSOE, respondía tradicionalmente a un perfil bajo, más volcado en mantener engrasada la maquinaria del partido que en erigirse en un portavoz más del partido. El histórico Alberto Pérez Ferré, secretario de Organización del PSPV bajo el liderazgo de Joan Lerma, Ignasi Pla –mientras desempeñó esa función-, Vicent Sarrià, Elena Martín o Alfred Boix no tuvieron una gran visibilidad como responsables del aparato del partido, porque, de forma particular en el caso de este último, su papel tenía mucho más que ver con esa labor silenciosa que permite a un líder garantizarse el apoyo mayoritario de la organización.

Ese perfil bajo del teórico número tres de la organización ha ido evolucionando –igual que lo ha hecho en la calle Ferraz- hacia dirigentes cada vez más presentes en la primera línea. Ha ocurrido en Madrid con José Luis Ábalos o Santos Cerdán; y también en el socialismo valenciano, con José Muñoz primero, y con Vicent Mascarell en la actualidad.

Mascarell ocupa la secretaría de Organización del PSPV desde el congreso extraordinario celebrado en marzo de 2024 que eligió a la ministra Diana Morant como líder del partido. Natural de Gandia, igual que la secretaria general, licenciado en Derecho y diputado provincial, el dirigente socialista ha protagonizado patinazos y salidas de tono que no han pasado inadvertidos en el PSPV. Y esa circunstancia no sólo da oxígeno al PP de Mazón, sino que alimenta la teoría –extendida en el seno del partido- de que existen dos maneras de ser socialista: la del común de los militantes y la de ser de Gandia, una suerte de bula que lo permite todo.

Mascarell firma la carta remitida este martes a la militancia del partido en la que se solicita confirmación por escrito de la asistencia a las manifestaciones del día 25 contra Mazón. Una suerte de compromiso con el que la dirección del PSPV trata de amarrar la asistencia de sus afiliados a esas convocatorias, y que provoca que se pueda interpretar que existe desconfianza sobre el éxito de esa movilización, más allá de que se haga evidente la implicación del PSPV en la convocatoria. Y que aleja por tanto la percepción de movilización ciudadana espontánea en contra del jefe del Consell.

El secretario de Organización del PSPV, responsable del aparato del partido, viene ejerciendo de forma activa como número dos de Morant. Tanto es así que fue también él quien, hace pocas fechas, en vísperas de la procesión cívica que debía celebrarse el 9 d'Octubre –finalmente cancelada por las previsiones meteorológicas- proclamó que esa convocatoria no podría ser cívica si acudía Mazón –con lo que de alentar a la crispación suponía el comentario-, sino que además descalificó a una diputada del PP con síndrome de down que le reprochó su comentario. Morant no sólo no reprendió a su compañero de dirección, sino que ratificó sus palabras y tachó de provocación la eventual presencia del president del Consell.

El dirigente socialista ha protagonizado otros resbalones. Hace pocas fechas, la sede del PSPV en la calle del Hospital amaneció con una serie de pintadas y desperfectos. Y Mascarell se apresuró a señalar la responsabilidad del PP por lo ocurrido. De nada sirvió que la dirección de los populares valencianos condenara los actos. Y tampoco que una autodenominada 'Juventud Combativa-Frente Obrero' reivindicara la autoría del ataque. Los populares ya han presentado una querella contra el dirigente socialista.

A Mascarell también le tienen ganas en su partido. No sólo por lo atípico que supone el hecho de ser de la misma ciudad que la secretaria general –hecho que no se recuerda en el socialismo valenciano (en su día se procuraba que no fuera ni de la misma provincia)-, sino por algunos de sus movimientos orgánicos. Al estrecho colaborador de Morant se le señala por auspiciar la candidatura del alcalde de Ribarroja, Robert Raga, que se enfrentó y salió derrotado en el congreso provincial de Valencia ante Carlos Fernández Bielsa. La derrota de Raga fue interpretada como un traspiés orgánico para Morant, que pese a mantener de puertas afuera una posición neutral, acabó viendo la victoria del alcalde de Mislata, convertido ya en el principal barón crítico con su liderazgo.

Al dirigente socialista se le ha señalado también por sus ausencias de los plenos de la Diputación de Valencia –conectado online en muchas ocasiones- aunque en las últimas sesiones se le ha vuelto a ver por el Palau de Batlia. También se le ha reprochado que con motivo del congreso federal del PSOE impulsara a Morant como cabeza de delegación de los socialistas valencianos, decisión que obligó a la ministra a dejar su puesto en la ejecutiva de Sánchez ante la incompatibilidad de estar entre los delegados encargados de valorar la gestión de la dirección del partido y formar parte de la misma.

Mascarell es de Gandia, como Morant. De hecho, ambos vienen a representar la nueva versión del siempre reconocido poder de los socialistas de la capital de La Safor, y que en su etapa más reciente representaban Alfred Boix y José Manuel Orengo. Este último, exalcalde de la localidad –como la ministra- pasa por ser el descubridor de Morant para la primera línea política.

Boix y Orengo jugaron un papel clave en la llegada de Ximo Puig a la secretaría general del PSPV, primero, y en la llegada de este al Palau de la Generalitat en las elecciones de 2015. En términos orgánicos, Gandia no encabeza la comarca más numerosa del PSPV, pero sí una de las más compactas. El actual alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, pasa por ser uno de los referentes de futuro del partido. Y en algunos ámbitos se especula con que Orengo, tras abandonar sus responsabilidades en Balearia, pueda volver a tener protagonismo en el socialismo valenciano.

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