El Botánico compensa a Cs por la salida de los tránsfugas sin informes que lo avalen

Les Corts registró ayer un movimiento cruzado con sabor a vieja política. Muy vieja. En una comisión, a puerta cerrada, el Botánico hizo uso de su mayoría para establecer que a Ciudadanos se pueda agenciar una asignación a la que, según los informes jurídicos, no está muy claro que tenga derecho. De hecho, se ha aprobado que Cs reciba una subvención que compense la pérdida de ingresos que supone para ese grupo la salida de, por ahora, cinco diputados. Sale adelante esta medida con los votos en contra de PP y Vox, porque argumentan que no hay informes jurídicos que avalen la decisión de asignar a Ciudadanos más de 40.000 euros anuales que, teóricamente debería ahorrarse Les Corts. Pero a los naranjas les hace falta. Por otra parte, también en la Cámara ha finalizado el plazo para presentar enmiendas en torno a la reforma de la ley electoral. Un cambio normativo que hace un par de semanas no era considerada prioritaria para Ciudadanos, al menos así lo dijo su nueva coordinadora, María Muñoz, en À Punt. Unas enmiendas que, hace una semana, la portavoz de Cs en Les Corts, Ruth Merino, no tenía claro que se fuesen a presentar. Y a pesar de todo, se han presentado.

La cuestión es dirimir si se trata de un 'quid pro quo', o de un 'do ut des'. Dos locuciones latinas, de los tiempos en los que Roma no pagaba a traidores.

La primera frase significa que, en ocasiones, un 'quid' se emplea en vez de un 'quo', error leve. Así que no pasa nada. Quizá Ciudadanos se haya equivocado, y a pesar de la opinión inicial de Muñoz o de las dudas de Merino, al final haya presentado unas enmiendas que, en la práctica, suponen que Cs se sentará a negociar con el tripartito una reforma de la ley electoral que supondría, en caso de aprobarse, la rebaja de la barrera electoral, del 5% actual al 3%.

La segunda frase, sin embargo, se emplea para indicar una reciprocidad, un intercambio de favores: 'doy para que des', o 'te doy para que me des'. Eso supondría que la decisión de Ciudadanos de enmendar la ley, objetivo del tripartito, obedece al pago del favor de que el Botánico le facilite una compensación económica que reduzca el impacto en sus arcas de la salida de, hasta ahora, cinco de sus diputados. Ha querido la izquierda, que no el azar, que estas dos decisiones, la de otorgar a Cs la subvención y la de presentar Ciudadanos sus enmiendas, se produzcan el mismo día. Inicialmente, la comisión a puerta cerrada que facilitaría a los naranjas un balón de oxígeno financiero se debía tomar el miércoles. Sin embargo, Les Corts decidió el martes posponer esa comisión al día de ayer, que era justamente el plazo para presentar enmiendas. Un intercambio que permite mantener vivo económicamente al grupo de Ciudadanos y al proyecto de reforma legislativa.

Fuentes parlamentarias indicaron que ayer, en la comisión de gobierno interior (que se celebra a puerta cerrada porque, al final y en la práctica, es ahí donde se tratan los asuntos que de verdad importan a los grupos parlamentarios, el dinero a repartir), PP y Vox advirtieron que con esa subvención que el Botánico ha aprobado conceder a Ciudadanos, se rompe la proporcionalidad entre los grupos. Es decir, que el grupo de Cs vale más, porque genera más beneficios económicos, que los recibidos por otras formaciones con más diputados.

Igualmente, a los tránsfugas se les retira todas las aportaciones que reciben los diputados por el hecho de formar parte de un grupo parlamentario y para facilitarles su actividad. En definitiva, que el tripartito trata con mano de hierro a los fugados y con guante de seda a Ciudadanos. Lo hace en virtud de una proposición contra el transfuguismo con un rango inferior al Reglamento de Les Corts, donde uno de los artículos debería ser modificado para cuadrar esta aportación reclamada por Cs y concedida por el tripartito.

Desde Ciudadanos se explica que su aportación a la ley electoral pretende «mejorar la proporcionalidad y avanzar hacia el principio de una persona, un voto». Aunque los naranjas consideran que «no es el momento de debatir esta ley, pero una vez que se ha admitido a trámite y se va a debatir, nuestra obligación es trabajar y presentar enmiendas e intentar mejorarla. Por ello, hemos presentado enmiendas en la línea de cumplir nuestro programa electoral».

'Quid pro quo' o 'do ut des'.