El presidente avala en Barcelona el derecho a decidir

Ximo Puig quiso enfocar su presencia en Cataluña como un deseo de «normalizar» las relaciones entre las principales instituciones del autogobierno catalán y valenciano, pues el líder del PSPV considera que «lo que no es posible es continuar de espaldas. Durante mucho tiempo hemos estado a oscuras», una referencia al rechazo frontal del Consell del PP a las actuaciones del Govern, especialmente por las reivindicaciones soberanistas que arrancaron durante la pasada legislatura.

Sin embargo, durante el encuentro entre Puig y Puigdemont en el Palau de la Generalitat catalana, fuentes de Presidencia del Ejecutivo valenciano señalaron que no se habló del proceso independentista. En cualquier caso, preguntado durante el coloquio posterior a su conferencia en el Hotel Palace, Ximo Puig no quiso pronunciarse sobre si la desconexión iniciada desde el Gobierno liderado por Puigdemont puede revertirse con una mejora de las inversiones por parte del Gobierno central.

«Ni quiero ni debo opinar», señaló Puig, para quien «la Generalitat y el pueblo de Cataluña han de tomar libremente sus propias decisiones», un aval al derecho a decidir que resulta espinoso respecto a las posiciones de su partido, el PSOE, especialmente durante las negociaciones con Podemos para formar Gobierno.

Durante el encuentro entre Puigdemont y Puig el tema que ocupó la mayor parte de la conversación fue la cuestión del corredor mediterráneo. Los dos presidentes acordaron la creación de una mesa conjunta (en la cual la presidencia se comparte) mediante la cual se pretende exigir la puesta en marcha de la infraestructura lo antes posible. «El corredor mediterráneo es fundamental. Ni aquí ni en la Comunitat, ni en Bruselas se entienden los proyectos alternativos presentado en su momento por el Gobierno español. Se ha perdido mucho tiempo con este tipo de intentos de evitar que prospere nuestro corredor para favorecer un eje ferroviario central. No es razonable, por otra parte, que entre la segunda y la tercera ciudad de España no haya AVE», señaló Puig en el coloquio posterior a su conferencia, donde también resaltó la importancia de «concertar espacios de confluencia» en asuntos como la cuestión lingüística.

«El de la lengua es un conflicto que afortunadamente ya se superó en la Comunitat. Gracias, entre otras cosas, a la labor de presidentes como Eduardo Zaplana. A partir de entonces y una vez llegados a este punto, hay que medir las acciones con el fin de evitar generar enfrentamientos», admitió Puig durante una serie de intervenciones muy medidas en las que incluso se manejó con cautela a la hora de hablar de «el país de los valencianos».

El presidente se reunió durante tres cuartos de hora con Puigdemont en la sede del Gobierno catalán. Tras la cita, concertada el martes a última hora, los presidentes destacaron, además de la necesidad de reivindicar el corredor mediterráneo, la importancia de generar una reciprocidad entre las señales de TV3 y la nueva televisión valenciana, que espera comenzar a emitir a finales de año. Ese intercambio de señales sirvió de símbolo de un acercamiento sobre el que Puig abundó al instar al presidente catalán a visitar Valencia: «Es el momento de romper una incomunicación demasiado larga». En este mismo sentido, y a pesar de haber señalado anteriormente la conveniencia de «medir las acciones» en materia lingüística, Puig admitió que su deseo es que la Comunitat emule a Baleares. El Gobierno insular firma mañana el convenio para su incorporación al Instituto Ramón Llull, el ente de promoción de la cultura catalana en el exterior. No obstante, el presidente de la Generalitat valenciana matizó que actualmente el Instituto Ramón Llull mantiene relaciones con la AVL, si bien a él le gustaría que la Generalitat que preside se incorpore en el futuro al instituto promovido por el Govern catalán.