Siempre he pensado que es importante separar una crítica de alguien de lo positivo de ese alguien. Así que lo primero que quiero destacar de ... la comparecencia de Ron Gourlay el pasado lunes me parece bien y acertada. La gente quiere respuestas y -ahora entraremos en el contenido- y el CEO del Valencia salió a dar sus explicaciones.
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En tiempos bien recientes Murthy o Layhoon no salían a hablar (casi) nunca básicamente porque todo iba a ser mentira. Bueno, y porque para hablar de fútbol hay que tener un mínimo de conocimiento que aquellos no tenían. Gourlay es hombre de fútbol y puede hablar de fútbol estés o no de acuerdo. Aplaudo la decisión y acepto al interlocutor.
Y ahora el contenido. El problema de este buen señor es que nadie le cree por muchas verdades que pueda contar. Yo no sé realmente si su llegada supone un cambio de modelo a algo más parecido a un club de fútbol normal. Eso dice él que ha venido a hacer. Pero, claro, pide la misma paciencia y tiempo que pidieron los anteriores que mintieron como bellacos.
Ni usted es Ron Gouray, sin la 'l' ni Mestalla se escribe sin 'l'. Haga el esfuerzo de decirlo bien
¿El problema? A Gourlay le ha contratado el mismo que los anteriores. El mismo que Mestalla quiere tirar hace años. Gourlay intenta escapar de esa realidad pero... de la realidad no se puede escapar. Nadie le cree porque es hombre de Lim.
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Segundo: sale a pedir unidad a la afición tras los pitos del día del Oviedo y la derrota en Girona. ¿Pedir unión qué es exactamente? Porque yo no he visto más unida a la afición en muchos años; unida en la petición unánime del 'Peter vete ya' y unida como nunca en torno al equipo de fútbol. Récord de abonos y más de 40.000 cada partido. Más unión no puede haber... salvo que la unión que pida es callarse. Que es lo que intuyo.
Los pitos con 1-0 ante el Oviedo y el runrún ante el Athletic han hecho saltar todas las alarmas. En Roy, en Corberán o en los dos. ¿Pero qué esperaban? Aplausos mientras te burreaba el Athletic? ¿La ola sometido en casa por el colista? ¿Pensarían, quizá, que no estar en descenso es motivo de euforia? Pues si eso esperaban, lea avanzo la noticia: los pitos van a seguir. La gente está harta de Lim, harta de perder y muy harta de aguantar. Y no tolera que empiece otra liga sin realidades futbolísticas.
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Porque Mestalla es la afición más inteligente que yo he conocido: cuando el equipo la necesita para no bajar va a muerte, ni un reproche, ni un pito, ni una protesta. Todos al campo a salvar de Lim al equipo de fútbol. Pero ahora no estamos en esa. Y la gente lo sabe. Ahora toca que el equipo le dé a la gente. Y si no le da... pita. Y si no corre... protesta. Y si no aprieta... se queja. Así fue Mestalla siempre y así ha vuelto a ser esta temporada: exigente cuando puede y debe exigir. Bravo.
Y, por cierto, se habrán fijado en el titular de mi columna de hoy; 'Ron Mestala'. Lo dejo para el final porque es lo menos relevante pero, si eres el CEO del Valencia y llevas cuatro meses aquí no te vamos a pedir que hables español -que en el medio plazo debe ser obligatorio- pero, como mínimo, hay que decir bien el nombre de tu estadio. Porque decirlo bien no te da nada, pero decirlo mal suena a -no digo que lo sea- a menosprecio, cuando no pasotismo con la casa del valencianismo.
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Ni usted es Ron Gouray sin 'l' ni Mestalla es sin 'l'. Fácil de comprender; si usted no permitiría -con razón- que se dijera mal su nombre -normal- haga el esfuerzo de decir bien el nombre... de su estadio. Desde luego, alguien se lo tendría que haber explicado el primer día que lo dijo mal en la oficina. Pero...
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