Limpieza callejera

Ramón Palomar

Valencia

Domingo, 30 de noviembre 2025, 23:10

Los matices son importantes, sobre todo cuando nos interesa. De lo contrario nos limitamos al blanco o al negro para favorecer la estimulante pedrada que ... tanto alegra nuestra meridional alma. Parece que nos van a enchufar una serie de disposiciones municipales destinadas a cumplir con normas básicas de higiene. En caso de mostrar pertinaz corazón rebelde que revela individualismo feroz así como escasa solidaridad, un recio multazo sacudirá las entrañas de nuestros maltrechos bolsillos. Por escupir en la vía pública, nos puede caer una penalización de hasta 3.000 pavos. No está mal, pardiez.

Publicidad

Cuando chavalín, si me ponía potroso, mi abuelo Ramón me cogía de la mano y de esa guisa cogíamos el tren de cercanías. Tras un ratito de traqueteo de ida y vuelta, una vez recuperado el sosiego, regresábamos. Me fascinaba el paisaje pero, sobre todo, flipaba con ese rótulo que decía lo de «prohibido escupir en el tren». ¿Había gente que escupía?, pensaba uno. Pues sí, de ahí la recomendación. Pero volvamos a los matices... Hombre, no es lo mismo ese breve y límpido escupitajo, apenas un chasquido, acaso una simple y raquítica llovizna de cristalina saliva que arrojamos con disimulo porque un filamento de chorizo remolonea entre las muelas, que un gargajo espeso, tenebroso y grasiento. Justo es reconocer que, en efecto, a veces topamos contra un señor (siempre son señores los que escupen) que perfora mediante aspiración sus pulmones para arrastrar una masa emparentada con un tutifruti de mucosa, a veces verde y a veces parda, que expulsa con frenesí de pistolero. La sangre de un Alien se me antoja más inofensiva. Los profesionales se diría que rastrillan la garganta buscando material jurásico que disparan contra la acera. Ahí sí, ahí multa de castigo. Pero por favor, con el diluido escupitajo, esa típica «escupiñá», un poco de piedad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad