La butaca de Marí

Un galán de altura

Centenario de Rock Hudson (1925-1985) Con fama de actor poco expresivo, en su filmografía hay sin embargo numerosas películas excelentes

Viernes, 14 de noviembre 2025, 00:12

Nunca ganó el Oscar, era un actor poco expresivo, la crítica jamás se entusiasmó con sus interpretaciones y -se ha contado mil veces- ocultó su ... homosexualidad hasta última hora porque de haberla revelado en los años 50 y 60 del siglo pasado hubiese supuesto el fin de su carrera en Hollywood. Pero, eso sí, medía casi dos metros (1,96 según cifras oficiales de promoción), en su filmografía hay numerosas películas excelentes, fue un amigo leal y generoso, era guapo a más no poder y tenía una sonrisa luminosa.

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Nació el 17 de noviembre de 1925 (el próximo lunes se cumple su centenario). Roy Harold Scherer Jr. era su verdadero nombre. Hudson creció en un ambiente familiar difícil: su padre abandonó a la familia durante la Gran Depresión y su madre se volvió a casar con un hombre con el que Roy -más tarde Rock, como hemos dicho- tuvo una relación complicada.

Rock Hudson murió el 2 de octubre de 1985 en Beverly Hills a causa de una de las peores pestes del siglo XX. No insistiré en ese tema. Para la historia del cine (¡el séptimo arte!, expresión ya casi obsoleta), la herencia cultural es lo que verdaderamente importa. Comentemos algunas de las mejores o más conocidas películas del actor.

Dirigido por el gran Douglas Sirk, Rock Hudson trabajó en ocho películas. Cuatro de ellas, suntuosos melodramas, son algo parecido a obras maestras: 'Obsesión' (1954), 'Sólo el cielo lo sabe' (1955), 'Escrito en el viento' (1956) y 'Ángeles sin brillo' (1958). Hudson estuvo acompañado en esos filmes por algunas de las figuras más populares de la época: Jane Wyman, Lauren Bacall, Robert Stack, Dorothy Malone...

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En 1964. Rock Hudson protagonizó una muy divertida comedia dirigida por Howard Hawks, 'Su deporte preferido', con la injustamente olvidada Paula Prentiss como compañera de reparto, y en la banda sonora música del siempre inspirado Henry Mancini (sin Mancini, 'Desayuno con diamantes', '¡Hatari¡', 'Dos en la carretera', 'Charada' o 'La pantera rosa' no serían tan míticas como lo son en la actualidad).

En 1959 llegaría no la mejor película, pero si la más taquillera de la carrera del galán Rock Hudson: 'Confidencias a medianoche' (Michael Gordon), con Doris Day, Tony Randall y la añorada actriz secundaria Thelma Ritter, fantástica en 'Eva al desnudo' (Joseph L. Mankiewicz, 1950) y en 'La ventana indiscreta' (Alfred Hitchcock, 1954). Hudson interpreta en 'Confidencias a medianoche', una comedia amable, banal y sofisticada, a un consumado seductor que pasa horas y horas al teléfono, embelesando los oídos de muchas jóvenes a las que ha conquistado.

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Rock y Doris trabajaron juntos en otras dos películas muy comerciales, 'Pijama para dos' (Delbert Mann, 1961) y 'No me mandes flores' (Norman Jewinson, 1964). Son más bien insustanciales, pero entretienen con su ligereza. En este momento internacionalmente tan inquietante, que te entretengan un poco no es algo a desdeñar. Humano, muy humano.

'Plan diabólico'

Sentado en mi cómoda butaca elegí para recordar a Rock Hudson no la célebre 'Gigante' (George Stevens, 1956, coprotagonizada por Elizabeth Taylor), sino una de sus películas más extrañas, 'Plan diabólico' (John Frankenheimer, 1966). El argumento tiene su aquel: el banquero Arthur Hamilton lleva una vida monótona junto a su esposa. Un día recibe la llamada de un amigo, a quien creía muerto. El amigo, un tanto raro, le anima a visitar 'La Compañía'. Allí le ofrecerán algo aparentemente imposible: empezar su vida de cero.

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Empezar otra vez de cero. ¡Magnífica oportunidad para subsanar lastimosos errores de nuestro pasado!

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